COLEGIO NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
Este curso escolar 2019-2020 se celebra el 125 aniversario del Colegio Nuestra Señora del Carmen. Todos estos años la vida del colegio ha estado unida a la del barrio y a la de muchísimas generaciones de familias que han estudiado aquí.
Cuando Villaverde era un pequeño pueblo cercano a Madrid, sus habitantes vivían de sus tierras de labranza aprovechando las aguas abundantes que aún se encuentran bajo su suelo. En el siglo XIX, una de esas propiedades pertenecía a Rufino Rascón y Ortiz, canónigo y capellán de la reina regente, María Cristina de Habsburgo. La propiedad tenía carácter de obra benéfica, y quien la regentaba, Dª Rosalía, viuda de Pierod, estaba buscando alguien que continuara con la actividad, pues estaba pensando dejarla. De manera fortuita, Dª Rosalía encontró a la madre Luisa Pujalte y consiguió atraer su interés. La Congregación de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús, a la que pertenecía, y que ya había fundado varias casas en Madrid y en el resto de la Península, aceptó seguir con la obra benéfica, ahora enfocada a la educación de niñas y jóvenes.
Así, la obra de la madre Isabel Larrañaga, fundadora de la congregación, se amplía con la construcción en Villaverde Alto del Colegio Nuestra Señora del Carmen, que se abre en septiembre de 1895 y se convierte en el único centro educativo de la zona hasta los años 70 del siglo XX.
El pueblo de Villaverde Alto, anexionado a la villa de Madrid a mediados de los años 50, fue por esas fechas y por su situación periférica zona de asentamiento de fábricas e industrias: importante atractivo para una clase trabajadora con formación profesional básica. Siendo el colegio el único centro escolar de la zona, las alumnas asistentes procedían de todas las clases sociales, si bien en su mayoría eran hijas de trabajadores, procedentes de todos los puntos de España. En los años 60 el colegio contaba con 430 alumnas.
En la actualidad, la situación ha cambiado notablemente, aunque hay aspectos que vuelven a repetirse. Al igual que en los años 50 y 60, hoy es zona donde llega gran número de población inmigrante. La razón no es su atractivo laboral (apenas quedan algunas de las entonces numerosas fábricas). Más bien la razón sea otra: barrio antiguo, población mayor (jubilados de los años 50-60), casas vacías, arrendamientos baratos y posibilidad de compra de inmuebles a precios asequibles.
Desde hace unos años el número de inmigrantes va aumentando de forma notable, realidad a la que el centro se va adecuando de forma progresiva. Además de los inmigrantes, el resto del alumnado es en su mayoría hijos o familiares de antiguos alumnos (aquellas madres que en los 50-60 traían a sus hijas, hoy traen a sus nietos y bisnietos). Actualmente cuenta con el millar de alumnos con clases mixtas desde el año 2000.
Ahora el centro es un colegio privado-concertado, financiado en parte con fondos públicos, que abarca las etapas educativas desde Infantil a Bachillerato y sigue dando servicio a la sociedad, trabajando por una educación integradora que reconoce la diversidad y adaptándose a los alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales. Además este curso 2019-2020 se estrena un aula TEA, destinada a atender a alumnos con autismo y trastorno del espectro autista.
único centro educativo
de la zona hasta los 70
Durante el curso, el colegio acogerá diversos encuentros de profesores, alumnos y religiosas de la congregación, en noviembre, abril y enero respectivamente. Se está preparando una “carrera popular” y un torneo de voleibol con fechas por determinar. Y para los alumnos y familias, jornadas de encuentro para el 5 y 6 de junio, con actividades lúdico-deportivas. Se presentará además un musical realizado por alumnos, padres, madres, profesores y religiosas contando la historia del colegio. La clausura está prevista para el 21 de noviembre de 2020, con una solemne eucaristía.
Durante todo el curso se informará de las actividades a través de las redes sociales, otro signo de adaptación del colegio a los nuevos retos del tiempo presente.