JOSÉ MANUEL CALDERÓN MARTÍN.
Hace unos meses leí un artículo en el periódico ABC en el que se recogían todos los problemas de mi barrio, San Cristóbal de los Ángeles, relacionados con la droga y la delincuencia. Esto me hizo reflexionar y decidí escribir al autor porque consideré que en el reportaje solo se reflejaban las cosas negativas del barrio y no las positivas; por lo que, a mi juicio, se estaba haciendo un trabajo incompleto, además de mostrarse una muy mala imagen de una zona que ya de por sí está bastante denostada y olvidada por las Administraciones.
Además de ello, le lancé una proposición al Sr. concejal del distrito de Villaverde, Orlando Chacón Tabares, para invitarle a dar una vuelta conmigo por el barrio y observar, destacar y anotar todas aquellas cosas que se podrían arreglar. Todo ello con dos objetivos: principalmente el de mejorar la calidad de vida de los vecinos, pero también para que este tipo de artículos tan nocivos sobre el barrio dejen de existir, pues son una constante durante los últimos años.
Esta propuesta, después de ser enviada en varias ocasiones, no ha tenido lugar debido a que no he obtenido respuesta. Y como quiero entender que las ocupaciones propias de su cargo hacen que sea difícil esto que le propongo, me he decidido a enumerar alguno de los asuntos que trataría con él en una hipotética reunión para ver si así se decide a aceptarla.
Empezaré por hablar del apeadero de RENFE, dado que, según leo en las noticias de su periódico, se prepara una reforma en la estación de Villaverde Bajo. Este apeadero de San Cristóbal de los Ángeles es el peor de toda la línea C3. Aparte del mal servicio que ofrece Cercanías (el cual nos llevaría otra carta hablar de él), tiene las paredes desconchadas, las escaleras son peligrosas para bajar o subir, hay humedades y no dispone de un sitio donde cobijarse en caso de lluvia, frio, etc. Quizás no sea competencia esta directa del Sr. concejal, pero sí que lo es el llevar la voz donde fuese menester (Ayuntamiento, Comunidad, RENFE…) para que se tomaran medidas al respecto.
También hablaríamos de la suciedad y de la práctica que existe de dejar las basuras en la primera farola que se encuentre. Posiblemente si se hiciera más presente la policía, tanto municipal como nacional, conseguiríamos que las personas tuvieran miedo de ser vistas y por tanto multadas. También así estaríamos más seguros. La última vez que vi a la policía por este barrio el uniforme era de color marrón. Entiéndase la ironía.
En fin, aunque parece complicado, no pierdo la esperanza de poder conocer al Sr. concejal, al que deseo una buena legislatura, y charlar e intercambiar puntos de vista en un tiempo no muy lejano. Mientras, sirvan estas píldoras.
