Árbol de tronco rojizo cubierto de escamas grisáceas, de hojas perennes y frutos rojos que maduran en otoño.
Se usan mucho en jardinería por el colorido de los frutos. Entre los romanos era un árbol sagrado, protegía el umbral de la casa y también ponían ramas sobre los féretros. Los griegos clásicos hacían flautas con su madera. Los pajareros en la España del siglo XVIII usaban las semillas para coger pájaros en invierno.
Además de ser comestibles, los frutos se utilizan para hacer licor de madroño y mermeladas. Antiguamente en España se obtenía azúcar de esta planta. En Libia se usan las raíces para teñir de rojo las pieles.
La corteza se ha utilizado en medicina natural como diurético y antiséptico urinario y renal, y son astringentes contra las diarreas. Con la madera rojiza se elaboran mangos para utensilios, postes, leña y carbón. En Estados Unidos se hacen arcos con ella.
No se comprende el motivo de la aparición del árbol en el escudo de Madrid, ya que ni había osos en esa época ni el madroño es típico de este clima. Otra definición la dio el humorista y caricaturista Antonio Mingote en su libro Historia de Madrid, en el que dice: “el oso, primitivo habitante del país, abrazado a un árbol para impedir que venga un concejal y lo corte”.
ELVA FRANCO