“Antes de dormir tomaré un vaso de leche con miel, parece que me estoy constipando…”. ¿En cuántas ocasiones has hecho esto para evitar que el resfriado vaya a más? Tiene su fundamento, pues la miel tiene poder expectorante y antitusígeno, además de aliviar el dolor de garganta.
Pero si lo que queremos en prevenir en vez de curar, atento: está demostrado que un consumo habitual de miel (no más 50 gr/día) como endulzante del desayuno, por ejemplo, será un antibiótico natural que evitará comenzar el resfriado o acortará su duración. Mantiene el sistema inmunitario despierto ante los agentes externos.
Haciendo comparativa, el azúcar (glucosa) aporta hasta un 25% más de energía (Kcal) que la miel; además, ésta última viene acompañada de vitaminas y minerales. Difieren en propiedades organolépticas y nutricionales.
Elige una miel natural a la que no se le haya añadido agua ni azúcar. Ten en cuenta que las abejas la preparan para poder comerla directamente del panal. No te preocupes si con el tiempo se cristaliza (endurece), es síntoma de calidad.
Las abejas, esas maravillosas obreras, no solo nos brindan los beneficios de la miel. Otros productos apícolas como el propóleo, la jalea real y el polen también se consumen por sus virtudes saludables.
La naturaleza es sabia, nos regala aquello que más necesitamos en cada época del año. Pero también sufre. Desgraciadamente, en los últimos años las abejas han soportado diferentes enfermedades provocadas por la insistencia del ser humano por no preservar lo que es autóctono. ¡Estamos matando aquello que nos da vida!
Sarai Alonso Segura