Ponte en situación: estás en una butaca del cine viendo una película y a la vez tomando una bolsa de palomitas. Te estás alimentando, ¿verdad? ¿O no? ¿O solo nutriéndote? Pues bien, existe una diferencia entre nutrirse y alimentarse, aunque están íntimamente relacionados.
Alimentación, según su definición, es la acción de proporcionar alimentos al cuerpo, mientras que la nutrición sería la ciencia que estudia el conjunto de los procesos del organismo para estar vivos (intervienen los nutrientes: lípidos, proteínas e hidratos de carbono).
El cuerpo humano necesita de unas sustancias que le proporcionen vida, esa energía que nos permite despertarnos cada día y enfrentarnos a lo que nos depare. Es nuestro combustible, como lo es la gasolina para el coche, indispensable para vivir.
Por ello, hay que preguntarse si la alimentación que estoy siguiendo tiene todos los componentes que mi cuerpo necesita para que realice un trabajo óptimo o realmente le estoy obligando a trabajar sin el combustible adecuado. Debemos tomar alimentos de todos los grupos (proteicos: carne, mejor blanca, y pescado, mejor azul; grasos: aceite de oliva, mantequilla; azúcares y fibra: frutas, legumbres y hortalizas) en las cantidades necesarias dependiendo de las características de cada individuo (la altura, el peso, el ejercicio físico, enfermedades y medicación…), pero sin abusar de ninguno de ellos, ya que descompensaría la balanza nutricional y la alimentación dejaría de ser equilibrada. Por lo tanto, las claves para una buena alimentación son la variedad y el equilibro.
Te animo a que este mes hagas un pequeño análisis de tu alimentación, poniendo atención en qué comes, la cantidad y la forma de cocinado. ¿Te alimentas o te nutres?