¿Mejor el melón o la sandía? Es una pregunta muy común en estas fechas. Partiendo del hecho de que ningún alimento por sí solo se puede considerar “bueno o malo”, examinaremos los valores nutricionales de ambas para poder determinar en qué muestran semejanza y en qué difieren.
A continuación, los datos. Porcentaje de agua: 85-90% (M), 90-95% (S). Energía: 19 Kcal (M), 37 Kcal (S). Proteínas: 0’63 g (M), 0’60 g (S). Hidratos de carbono: 4’2 g (M), 8’3 g (S). Lípidos: 0’1 g (M), 0’2 g (S). Vitamina A: 59’95 mcg (M), 33’0 mcg (S). Vitamina C: 32’1 mg (M), 11’0 mg (S).
— El porcentaje de agua es muy elevado en las dos, de ahí que sean un buen aporte hídrico en temporadas de calor.
— La cantidad de hidratos de carbono es más elevada en la sandía, con lo que el aporte de energía por 100 g en seco es superior a la del melón, habiendo una diferencia mínima en producto hidratado, pues la cantidad de agua es mayor también.
— Cabe destacar en ambas frutas la rica composición en vitaminas (A y C), y en minerales como calcio, potasio, magnesio y fósforo.
Podemos concluir entonces que son mayores las semejanzas que las diferencias entre ambas. Las dos deben estar incluidas en la dieta de tal forma que se cumpla la regla de las cinco raciones de frutas y verduras al día.
Tenemos que aprovechar las bondades que nos brinda la naturaleza en cada estación. Sandía, melón, albaricoque, nísperos, paraguayas… Frutas llenas de color y propiedades para disfrutar del verano y estar protegido del sol y la deshidratación. Ya sea en ensaladas, en cremas frías, en macedonia… ¡no las dejes escapar!