Es una de las comidas más importantes del día, pues el organismo ha pasado ocho horas sin aporte energético y es el momento de recuperarse. Además… ¡nos tiene que mantener como mínimo despiertos hasta la siguiente comida! En el caso de aquellas personas que realizan una actividad fuerte en la mañana, necesitarán una ingesta calórica mayor que la de una persona con actividad baja/media.
Debe estar compuesto por:
- Cereales: fuente importante de fibra que va a facilitar el tránsito intestinal y además nos saciará, evitando la temprana sensación de hambre.
- Una loncha de jamón cocido/pavo: nos aporta proteínas, necesarias para ejercitar el músculo. Es un producto poco calórico, con lo que ayudará al mantenimiento del peso.
- Un lácteo (yogur o leche): los hidratos de carbono que poseen nos aportarán la mayor parte de la energía. Además, en el mercado podemos encontrar diferentes tipos en relación a la materia grasa. Un lácteo semidesnatado con una dieta completa sería buena opción.
- Fruta: nos aporta la energía más inmediata con los hidratos de carbono simples. Las vitaminas nos mantendrán activos, y la gran cantidad de agua nos saciará la sed y nos dará ese frescor tan necesario en estos días de calor.