Nos sorprendería conocer las cifras del dinero que “tiramos” al hacer la compra. La comida se nos pone mala en la nevera: a la basura; compramos cantidades de más y, en muchas ocasiones, no aprovechamos las sobras; compramos por impulso y el alimento llega a caducarse en el armario… Muchos puntos que hacen complicado el ahorrar en el hogar cuando nos falla algo tan cotidiano como es la organización alimentaria.
Pon atención a estos consejos, porque en el momento en que los pongas en práctica te asombrará lo bien que marcha la “pequeña empresa familiar”.
- Lo primero que debes hacer es crear un plan de comidas semanal o quincenal, dependiendo de la frecuencia con que se realice la compra.
- Elaboramos una lista de la compra. Sobre el plan, plasmaremos en un papel los ingredientes que necesitaremos para llevarlo a cabo y la cantidad, teniendo en cuenta el número de raciones que se prepararán en cada ocasión.
- Con la lista en mano haremos la compra en nuestro establecimiento habitual. Recuerda:
- No comprar alimentos que no aparezcan en la lista, serán gasto innecesario.
- Evita hacer la compra a horas cercanas a las comidas o cuando tengas hambre. De esta forma no comprarás por impulsos.
- Cuidado con las ofertas de alimentos que no entren en nuestro plan.
Ya sabes, coge papel y boli y… ¡a comenzar el plan!
Sarai Alonso Segura. Nutricionista