Pasta, arroz, pan… podríamos hablar de muchos alimentos que “nos prohibimos” para poder controlar el peso. Esta vez nos centraremos en la pasta, en conocer de dónde viene ese miedo a consumirla, qué supone y cuáles son las alternativas.
Presentando la pasta diremos que proviene de los cereales, con lo que su nutriente mayoritario serán los hidratos de carbono. ¡Pero no es lo único que nos proporciona! El miedo viene de ahí, de que siempre hemos tenido temor a consumir hidratos de carbono porque los asociamos erróneamente con un aumento de peso. Más interesante sería centrarse en la cantidad que comemos, con qué lo acompañamos… y no en el alimento en sí. Como decíamos, la pasta también tiene proteínas vegetales (el conocido gluten, entre algunas).
Aquello que nos prohibimos produce en nosotros un efecto de contención hacia algo que nos gusta y con lo que disfrutamos, de tal forma que la respuesta que obtenemos hacia la prohibición es de rabia por no poder consumirlo. En definitiva, asociaremos la pasta con una mala experiencia y será complicado que esa relación emocional mejore si no se conocen los fundamentos de la nutrición.
¿Tenemos alternativas? ¿La podemos consumir? Por supuesto que sí. La clave está en la cantidad y en el acompañamiento. ¿Recuerdas que meses atrás hablábamos del “plato saludable”? De esta forma podemos preparar una deliciosa receta de pasta que en crudo ocupe un cuarto del espacio del plato, con unas verduras salteadas con ternera. Es un plato exquisito al que le puedes añadir zumo de limón para aderezar.
Sarai Alonso Segura. Nutricionista www.saraialonso.com