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Construir o plantar

Te quiero mostrar un texto, que se nos presenta anónimo, de la tradición popular. Dice que cada persona, en su existencia, puede tener dos actitudes: construir o plantar.

Los constructores pueden demorar años en sus tareas, pero un día terminan aquello que estaban haciendo. Entonces se paran, y quedan limitados por sus propias paredes. La vida pierde el sentido cuando la construcción acaba. Todo su fin era dicha construcción, y al terminarla sienten el vacío del “¿y ahora qué?”, lo que les paraliza y frustra ante la idea de buscar un nuevo objetivo.

Pero existen también las personas enfocadas a plantar. Éstos a veces sufren con las tempestades, las estaciones y raramente descansan. Pero al contrario que un edificio, el jardín jamás para de crecer. Y al mismo tiempo exige la atención del jardinero, lo que también permite que para él la vida sea una gran aventura.

Quizá las primeras personas, los constructores, estén más enfocados a la acción y no sepan pararse a observar y reflexionar, sin embargo quizá los jardineros tengan más serenidad y aplomo que los anteriores, lo que les puede ayudar a disfrutar del aquí y ahora, pero quizá les cueste tomar decisiones… Quizá.

No sé si tú te identificas con el tipo de personalidad que construye y construye o el que continuamente planta, pero en mi modesta opinión, el mejor resultado de la vida, quien conseguirá realmente disfrutar de cada paso, será quien en unas ocasiones construya y en otras siembre, ya que ni nosotros somos los mismos siempre, ni las circunstancias a las que nos enfrentamos día a día lo son.

¿Tú qué opinas?

Beatriz Troyano Díaz

Directora de la Escuela Europea de Habilidades Sociales & Remodelatuvida

Socióloga Coach Personal y Profesional.

siquieres@remodelatuvida.es

www.remodelatuvida.es

La tecnología 5G, por fin, ya está aquí

Seguro que en estos días estás oyendo hablar mucho del 5G, y es que las grandes operadoras han anunciado que están realizando ya el despliegue (Vodafone ya lo hizo hace algún tiempo). Por eso, y aunque ya hablamos de ello hace más de dos años, vamos a intentar, de forma breve, aclarar qué es el 5G.

El nombre se refiere a que es la quinta generación de la conectividad móvil. Ahora estamos utilizando el 4G. La principal diferencia con el 4G es la velocidad de transmisión, que podrá alcanzar los 400 Mbps, así como la latencia (la conexión entre el servidor de origen y nuestro dispositivo) será mucho menor, indispensable para servicios como los coches autónomos, operaciones quirúrgicas a distancia… Más dispositivos conectados a la vez por cada nodo, menor gasto energético, etc. Nuestros routers de fibra podrán incorporar también la tecnología 5G, por lo que en algunos casos tendremos las dos opciones y en otros solo una de ellas. Las descargas de archivos serán mucho más rápidas, y podremos ver películas en directo sin cortes.

Esta tecnología permitirá dar un gran empujón al Internet de las Cosas y a la Inteligencia Artificial, es decir, se realizará un avance de la conectividad de cosas y de personas, sin precedentes. Tecnologías para los vehículos autónomos o para la sanidad darán un salto cualitativo y cuantitativo enorme. Es cuando realmente se podrá hablar de un mundo completamente conectado.

Pero no todo iba a ser perfecto. Hay que tener en cuenta, por un lado, que los dispositivos deberán estar preparados para poder utilizarla; hoy por hoy hay muy pocos con esa tecnología en el mercado, y en general son de gama alta. Por otro lado, la ciberseguridad se deberá reforzar para una sociedad hiperconectada, pues al principio las nuevas tecnologías suelen estar más indefensas, ya que la tecnología avanza más rápido que la seguridad.

En todo caso, el avance tecnológico es vertiginoso, por ello los ciudadanos deberemos estar preparados con nuestro comportamiento y formación, y no permanecer ajenos. Ya estamos ante la 4ª Revolución Industrial.

CARLOS GÓMEZ CACHO – Tecnólogo

www.gestoriatecnologica.es

¿Paracetamol o ibuprofeno?

Son dos de los medicamentos más conocidos y consumidos en todo el mundo como analgésicos, se utilizan para reducir la fiebre y para calmar los dolores más comunes. Ambos tienen propiedades como antipirético (disminuir la fiebre) y analgésico (aliviar el dolor) por distintos mecanismos, pero en el caso del ibuprofeno además asocia efecto antiinflamatorio. A menudo, entre la población general, suele haber dudas acerca de uno u otro. En términos generales, son unos medicamentos seguros con un amplio margen de experiencia bien conocido.

El paracetamol sirve para controlar el dolor y la fiebre, que no implique inflamación: dolor de cabeza, dolor de articulaciones, malestar general y síntomas asociados a la gripe.

Tiene un efecto sobre receptores nerviosos y es eficaz para los dolores de cabeza. Es muy seguro tanto en adultos como en niños. Como inconvenientes, el paracetamol no tiene el efecto antiinflamatorio, por lo que es menos eficaz para el tratamiento del dolor asociado a la inflamación, y su inicio de efecto suele tardar en torno a 45 minutos desde que se ha tomado. En condiciones normales, es preferible usar paracetamol porque no daña al estómago, pero su consumo excesivo puede ser agresivo para el hígado. Por eso en personas que sufren de insuficiencia hepática no estaría recomendado.

El ibuprofeno tiene un potente efecto antiinflamatorio, es útil para disminuir la fiebre alta y tratar los dolores cuando existe inflamación.

Puede ser más útil tomar ibuprofeno para el dolor menstrual y el dolor de garganta. Es más eficaz para aliviar dolores musculares y lesiones corporales. Su inicio de efecto es más rápido que el paracetamol y sus efectos pueden durar hasta seis horas. Existe una presentación de ibuprofeno con arginina que aumenta la absorción del fármaco y así hace el efecto mucho más rápido. No obstante, el ibuprofeno puede ser agresivo para el estómago y es conveniente tomarlo con las comidas, no deben tomarlo personas con úlceras pépticas ni problemas de riñón; y en niños no se recomienda su uso antes de los seis meses. Si se toma diariamente puede provocar úlceras estomacales o agravar las existentes, también puede elevar la tensión arterial. Si el uso es reiterado, puede ser adecuado tomar un protector de estómago (omeprazol), pero no se recomienda usarlo a no ser que el médico lo haya prescrito.

En conclusión, son dos fármacos efectivos para tratar el dolor y la fiebre. Las dosis de ibuprofeno 600 mg y paracetamol 1 g están sujetas a prescripción médica. Las dosis de ibuprofeno 400 mg y paracetamol 500 mg son igualmente efectivas para la mayoría de dolencias, evitando efectos adversos.

Dr. Ángel Luis Laguna Carrero

Especialidad Medicina Familiar y Comunitaria, Máster Medicina de Urgencias y Emergencias, Experto Universitario en Nutrición y Dietética

Alegaciones para la eliminación de las depuradoras de La China y Butarque

Ante la propuesta que el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) ha planteado de mantener las Depuradoras de La China y Butarque en pleno Parque Lineal del Manzanares, y como vecinos/as de los barrios de San Fermín, El Espinillo, Villaverde Bajo, Los Rosales, Butarque, Vallecas y Perales del Río, dentro del plazo legal formulo las siguientes ALEGACIONES:

1.- Que los vecinos de este barrio llevamos décadas padeciendo mal olor, insectos, ruidos, lodos, colectores, estanques de tormentas, emisión de contaminantes, vibración, con efectos de insomnio, náuseas, stress, tensión nerviosa, problemas para respirar, que son una agresión a la salud humana. Y no puede ser que se quieran construirlas nuevas sin pensar en la gente que las vamos a sufrir.

2.- Que el desarrollo urbano ha dejado a estas depuradoras dentro del núcleo urbano. Y este conflicto plantea que son las depuradoras las que deben desaparecer. ¿O es que deben desaparecer nuestras viviendas y nuestro hábitat?

3.- Que los diversos gobiernos municipales han prometido su desmantelamiento y no puede ser que tengamos una valoración menor que unos JJ.OO. como motivo que justificaba su eliminación.

4.- Que la mayor inversión que se va a hacer en la historia del Sur de la Ciudad de Madrid no puede ir destinado a construir nuevas Depuradoras que nadie quiere y no a regenerar el Sur dado que el Informe del MITECO ratifica que técnicamente es viable.

5.- Que su desmantelamiento es una decisión necesaria para la recuperación medioambiental de la zona, ya que nos encontramos en pleno Parque Lineal del Manzanares, resolviendo la conexión Usera/Villaverde, y Villaverde/Perales del Río; el estrangulamiento del eje del Manzanares; y la dotación de Ciudad en la Zona Sur, según las reivindicaciones históricas formuladas, y las propuestas aprobadas por la Oficina para el Reequilibrio del Sur y el Este de Madrid.

6.- Que apoyo las alegaciones presentadas por las Asociaciones Vecinales de los Barrios arriba indicados con la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), y que coincido y asumo las alegaciones sociales, técnicas, económicas, medioambientales y jurídicas presentadas.

7.- Que se nos debe considerar como actores dentro de un proceso en el que hemos sido activos en todo lo que afecta a la relación Depuradora – Hábitat urbano. Y que las alegaciones que presento aportan un valor cualitativo que también debe ser incorporado y puntuado en la evaluación de las decisiones a adoptar.

POR TODO ELLO, FUNDADO EN LOS MISMOS ARGUMENTOS TÉCNICOS PLANTEADOS POR QUIENES DAN PRIORIDAD A MANTENER ESAS DEPURADORAS, REITERAMOS QUE LA DECISIÓN A ADOPTAR, CON FUNDAMENTO, RAZÓN, ARGUMENTOS Y LA MÁS ALTA VALORACIÓN, ES EL DESMANTELAMIENTO DE LAS DEPURADORAS DE LA CHINA Y BUTARQUE. ALEGACIÓN QUE, REITERAMOS, ESTÁ EN PLENA CONSONANCIA CON LAS ALTERNATIVAS QUE HAN SURGIDO DESDE EL PROPIO MOVIMIENTO VECINAL, Y QUE SON PRESENTADAS POR LAS AAVV Y LA FRAVM.

Si lo prefieres, también podéis descarga la alegación en el siguiente enlace.

También habrá copias en las asociaciones vecinales de los distritos de Villaverde, Usera, Vallecas y Perales del Río.

  • En AVIB podéis pasar a firmar los martes de 18:00 a 20:00 horas y los viernes de 18:00 a 21:00 horas.
  • En la Asociación Vecinal La Unidad de Villaverde Este (calle Diamante 22) los lunes y miércoles de 18 a 22 horas.
  • En la Asociación Vecinal La Incolora (calle Acebes 6) los lunes de 18 a 21 horas

El plazo para presentar alegaciones termina el 16 de noviembre.

Fuente: Avib

Almuerzos, meriendas y snacks

Estamos acostumbrados a escuchar que los pequeños de la casa siempre tienen que tomar algo a media mañana y a media tarde. Pero, ¿por qué no se dice que los mayores de la casa también deberían hacerlo?

Se ha demostrado que cuando llegamos a una comida principal (comida o cena) habiendo comido unas horas antes una menor cantidad de comida, nos alimentamos con menor ansiedad, sin aparecer los temidos atracones. Además la sensación de saciedad aparece antes, ya que el estómago sigue todavía ocupado digiriendo los alimentos que tomamos hace un par de horas. Y por otro lado, ¿crees que es más saludable para el cuerpo subir y bajar de una montaña rusa que mide 400 metros de alto o de otra que mide 20 metros? Cada vez que comemos, la energía de los alimentos supone una subida y, por consiguiente, una bajada de energía. Si dichas curvas son muy pronunciadas, el cuerpo se enfrenta a desafíos continuos, es decir, situaciones no muy saludables.

Os preguntaréis: “¿tengo que hacer siempre un almuerzo y una merienda?”. La respuesta es: depende. Por ejemplo, si sales de casa a las 7:00 para ir a trabajar, vuelves a las 16:00, y no tienes un tiempo destinado a comer (entendido como tomar una comida principal), la opción que recomendamos es realizar varios almuerzos a lo largo de la mañana. Como siempre decimos: tu alimentación debe estar adaptada a ti y no a recomendaciones generales no personalizadas.

¿Qué puedo tomar de almuerzo, merienda o snack? En el siguiente artículo comentaremos que no solo existen los bocadillos de pan de molde.

Sarai AlonsoNutricionista – Dietista   

www.saraialonso.com

Centros de salud en tiempos de COVID

Como profesional sanitaria que soy, concretamente enfermera, quiero dedicar unas líneas a visibilizar un poco todo el trabajo que estamos haciendo.

En los centros de salud sabemos que estáis hartos. Hartos de que no os cojamos el teléfono, de esperar colas para entrar al centro, de las colas del mostrador, de las demoras para ciertas peticiones… Y sé que muchos de vosotros podéis estar enfadados y no os falta razón.

Puede que para muchos sea insuficiente, pero os aseguro que todo el equipo (enfermeras, auxiliares de enfermería, médicos y pediatras, celadores, personal de limpieza, administrativos y los equipos de apoyo como higienistas dentales, fisioterapeutas, trabajadores sociales, matronas, dentistas, etc.) nos estamos dejando la piel.

Muchas veces la gente que acude a una cita presencial nos comenta que hay muy pocos pacientes por los pasillos y que estamos muy tranquilos. Y tiene una explicación: la consulta telefónica ocupa el grueso de nuestra agenda e intentamos citar las consultas presenciales con diferencia horaria suficiente para intentar que las personas no coincidan en la sala de espera.

¿Y qué hacemos en los centros de salud? Pues prácticamente seguimos haciendo lo que hacíamos antes de la COVID-19, como seguimientos del enfermo crónico (preferentemente por teléfono), curas, extracciones de sangre, visitas a domicilio, seguimiento y ayuda para dejar de fumar, revisiones de niño sano, vacunaciones, entre otros; a lo que hemos sumado las crecientes llamadas telefónicas para seguimiento de personas positivas de coronavirus, detección de convivientes y petición de PCR, realización de PCR y las llamadas correspondientes para dar los resultados. La guinda del pastel es la consulta de respiratorio y el triaje. Y seguimos atendiendo urgencias.

No estamos tranquilos. Estamos trabajando mucho para que todas las personas puedan ser correctamente atendidas y reciban los cuidados que precisan en cada momento. Ojalá se consiga parar la transmisión pronto, mientras tanto mucho ánimo.

Miriam Perales Navarro, Enfermera especialista en enfermería familiar y comunitaria 

Europa ante el espejo de sus escritores árabes

Hace tres años, una compañera de profesión me envió un audio desde un campamento de refugiados improvisado en la isla de Chios, en Grecia. El encargo consistía en traducir del árabe al español el testimonio largo de Mohammed, un refugiado sirio al que acababan de entrevistar. Sus palabras formarían parte de un amplio documental que abarcaría las experiencias de otros refugiados en Turquía y Atenas con el objetivo de denunciar la política de asilo europea.

Pero el mundo se quedó sin saber lo que Mohammed tenía que decirnos. Ya con pocos minutos por terminar la traducción, la compañera me comunicó que por cuestiones técnicas tenían que descartar su participación en el proyecto. Sin embargo, la historia de Mohammed se quedó conmigo como un diamante en bruto, a salvo de la precariedad del periodismo que me ahogaba y de este viejo continente al que seguimos viendo naufragar.

No pude conocer a Mohammed en persona, pero lo imagino sentado en su tienda, con un cigarro en la mano, viendo cómo sus sobrinos revolotean entre sus piernas. Su voz quemada por el tabaco y sus ojos de color agujero negro, por los que la luz ya no entra, pero que parecen chispear cuando le preguntan por sus sueños.

“Voy a publicar la segunda parte de El caparazón. ¿No lo conoces? Es un libro prohibido en mi país. Lo leí clandestinamente”, revelaba Mohammed. “Habla de las torturas que sufren los prisioneros en las cárceles de Siria, en los tiempos que gobernaba Asad padre. Por eso yo quiero escribir la segunda parte, de los sirios que, para no enfrentarse a ese horrible destino con Asad hijo, se embarcan en un viaje suicida con destino a una Europa que no los acoge. Esta vida es una miseria y merece ser recogida en otro libro tan atroz como el primero. Lo llamaré El caparazón 2.”

Yo no conocía ese libro, y le pregunté a un compañero sirio. “Es el libro que más se lee a escondidas en Siria desde hace años, y trata sobre la situación de los presos políticos en la prisión de Palmira durante la terrible década de los 80. Es imprescindible leerlo para entender a lo que hemos llegado hoy”. Poco después, el libro de Mustafa Khalifa se publicó en español de la mano de Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. Me atreví a leerlo, pero no se lo recomiendo a nadie que quiera dormir plácidamente por las noches.

Yo me pregunto: ¿cuántos Mohammed nos estamos perdiendo mientras somos testigos del sufrimiento de miles de refugiados en Lesbos, que ni un incendio puede librarlos de la prisión a la que les condenamos? Hace tan solo unas décadas Europa y Estados Unidos acogían. Y tenemos escritores árabes maravillosos que nos han regalado auténticas joyas de la literatura porque encontraron refugio en nosotros.

Gibran Khalil Gibran, Edward Said, Amin Maalouf, Rafik Schami, por nombrar a unos pocos, representan el talento rescatado de una parte del mundo que se desmoronaba. Un talento del que hoy estamos más necesitados que nunca, ya que esta vez el mundo que se desmorona es el nuestro. Episodios como el del campamento de Moria son los síntomas.

Me da miedo esta Europa que actúa contra sus valores. “¡Qué naufragio!”, como dice Amin Maalouf. Y no tardará mucho hasta que Mohammed se libere de sus circunstancias y recoja en su libro cómo le trató el peor sátrapa de Oriente Medio, sí, pero también de cómo le trató esta Europa cruel e insolidaria. Y serán nuestros hijos los que no duerman por las noches.

LAILA MUHARRAM

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El fantasma de los Himalayas

El leopardo de las nieves, junto a la pantera nebulosa y al lince boreal, forman el grupo de los felinos más esquivos de la Tierra, a los cuales resulta muy difícil avistar y por lo tanto estudiar en profundidad.

Sin embargo, el primero tiene peculiaridades que le hacen destacar sobre los demás. Una de ellas es que es un animal capaz de vivir a alturas de 6.000 metros, donde el aire está altamente enrarecido por la ausencia de oxígeno. Su anatomía está diseñada de manera envidiable para adaptarse a entornos tan hostiles: posee una larga cola, muy gruesa, del tamaño de su cuerpo, que le vale tanto para abrigarse a modo de manta como para realizar giros en el aire a la hora de saltar sobre sus presas, puesto que suele atacarlas desde arriba, en ocasiones abalanzándose sobre ellas desde más de 15 metros de altura y amortiguando la caída con sus enormes pezuñas, que a la vez le sirven a modo de raquetas para moverse por la nieve y no hundirse en ésta.

Su alimentación es carnívora, y suele abatir habitualmente piezas como los íbices siberianos, de 120 kilos, cuando él suele pesar entre 30 y 35. Otra peculiaridad que tiene, y que le hace extremadamente silencioso, es que no ruge como el resto de felinos, sino que simplemente resopla.

Cuento todo esto porque hará cuestión de unos años un leopardo de las nieves se hizo célebre en toda la cordillera del Himalaya por la voracidad del animal, ya que era frecuente ver los restos de sus cacerías, los cuales abandonaba una vez saciado, y en lugar de volver en días sucesivos a terminar con la ingesta, como es costumbre en su especie, dejaba tras de sí un reguero de íbices y de barales descuartizados, así como, a medida que descendía de altura, animales domésticos como yaks, cabras, ovejas y caballos. Todo le valía: su voracidad era tan grande que también complementaba su dieta con aves que encontraba a su paso, como las chovas piquigualdas.

Poco a poco empezó a crear el terror en la zona, y se realizaron diferentes batidas para darle caza, pero era como perseguir a un fantasma: siempre se desvanecía como una sombra, sus huellas desaparecían de inmediato al fundirse con la nieve y lo único que veían sus perseguidores era a sus víctimas. Desgraciadamente, sucedió la tragedia que algunos auguraban y dio muerte a dos pastores en días alternos. Ambos se encontraban a una distancia de unos 20 kilómetros.

Uno de ellos era Narayan, quien vio huir al leopardo con parte de su adorado hermano Chandan entre sus fauces. Desde aquel mismo instante decidió vengar a su hermano, se equipó con todo lo necesario e inició su búsqueda, de la cual hizo su razón de vida. Al principio realizó batidas por la zona donde tenía constancia de que había habido matanzas y aparecían presas a medio devorar. La imagen que presenció del leopardo, aunque fue fugaz, se le quedó marcada de forma perenne en la memoria. El felino presentaba varios rasgos distintivos, como una cicatriz en el hocico y una ligera amputación en la oreja derecha producto de alguna cacería. Su tamaño también era ligeramente mayor al habitual.

El territorio de caza de estos animales suele ser de unos 200 kilómetros en el valle del Spiti, donde él vivía, pero sin embargo su pista le fue alejando cada vez más de su hogar, convirtiéndole en un nómada de los Himalayas. Abandonó la India para adentrarse en Pakistán y terminar en Tayikistán, donde lamentablemente acabó su vida, puesto que su cadáver fue encontrado a medio devorar por un leopardo de las nieves, quien sin embargo dejó intacto su diario envuelto en piel de yak y que narra las peripecias de Narayan hasta el trágico momento. Dos días antes, una cámara trampa de las que utilizan los turistas para avistar felinos había captado a Narayan caminando por un valle y observado desde un risco por un leopardo de las nieves con las mismas características que el que devoró a su hermano y del cual aparecieron diferentes dibujos en su póstumo diario.

DAVID MATEO CANO

El Teatro Español

Situado en la calle Príncipe, frente a la plaza de Santa Ana, en el barrio de las Letras (también llamado “de los literatos” y “de las musas”), se trata de uno de los principales teatros de la ciudad de Madrid, y referencia escénica a nivel mundial que ofrece algunas de las mejores producciones nacionales e internacionales del momento.

Es un teatro público, perteneciente al ayuntamiento de la capital, y el más antiguo del mundo en cuanto a representación continuada se refiere.

En sus orígenes, en el siglo XVI, fue un corral de comedias llamado “el Corral del Príncipe”, por estar ubicado en la calle del mismo nombre, donde se representaban pequeños espectáculos y se estrenaban fragmentos de los que serían después grandes clásicos de nuestra literatura. Uno de los testigos de las mejores páginas de la historia del teatro clásico español del Siglo de Oro, constaba de tablado, vestuario, gradas para hombres, corredor para las mujeres, balcones con ventanas de hierro y rejas o celosías, canales maestras y tejados que cubrían las gradas. El patio fue empedrado y se confeccionó un toldo que defendía de los días soleados, pero no de la lluvia.

La estructura originaria se mantuvo hasta 1735, año a partir del que se levantó un nuevo edificio bajo la dirección del arquitecto italiano Juan Bautista Sachetti en colaboración con el arquitecto madrileño (de Ciempozuelos) Ventura Rodríguez, terminando las obras diez años más tarde. En ese momento cambió su apelativo de Corral del Príncipe a Teatro del Príncipe. Esta nueva construcción sufrió en 1802 un gran incendio que dejó apenas la fachada en pie. Se decidió entonces reconstruirlo, encomendándose la labor al maestro Juan de Villanueva, que incorporó una ampliación del escenario y la fachada que hoy conocemos.

A mitad del siglo XIX tuvieron lugar dos grandes hitos para la historia de este teatro: en 1849, el Coliseo del Príncipe se convirtió en Teatro Nacional y pasó a llamarse Teatro Español; y en 1851, el Ayuntamiento de Madrid recuperó su propiedad, conservando el nombre hasta nuestros días. En años posteriores se produjeron diversas reformas. En 1995 se realizó la ampliación, con la creación de una sala de ensayos, biblioteca, cafetería, sala de exposiciones, oficinas y almacenes.

El teatro cuenta con dos salas: la Principal y la Margarita Xirgu.

La Sala Principal alberga 735 localidades y un escenario en el que vieron por primera vez la luz las obras de Miguel de Cervantes, Lope de Vega o Tirso de Molina. Tiene varios salones de diferentes estilos y épocas.

En la actualidad el Teatro Español está regido por Natalia Menéndez, que toma el testigo de Carme Portaceli. Pasaron por el cargo directores como José Luis Alonso, José Luis Gómez, Adolfo Marsillach, Gustavo Pérez Puig, Mario Gas o Juan Carlos Pérez de la Fuente.

NARCISO CASAS

Luis Candelas, un bandolero madrileño

Un servidor de ustedes nació en la calle Concepción Jerónima, número 28. En el cuarto piso de una enorme casa galdosiana, sin ascensor, con escaleras de madera. Morada fría en invierno, muy fresca en verano, soleada y de anchos muros. Vivienda de altos techos, largos pasillos, fogón en su amplia y alargada cocina —de donde sacábamos las ascuas para el brasero—, chimenea francesa de mármol en el gabinete de mi tía Mercedes —actriz de teatro y pianista—, recio despacho de suelo ajedrezado de mi bisabuelo —abogado y a quien no conocí—, tres balcones a la calle y uno a un patio interior, piano de pared, muebles alfonsinos, mantones de manila, caracolas decimonónicas, baúles, abanicos, figuras, joyeros y todo tipo de artículos decorativos del siglo XIX y de principios del XX. Además, la vivienda tenía, en su planta superior, tres habitaciones abuhardilladas —accedíamos a ellas por unas escaleras de madera desde una habitación oscura al fondo de la cocina— donde mi padre tenía gallinas y palomas.

Mi infancia transcurrió en esta casa adyacente a la Plaza Mayor madrileña. Desde allí podíamos ver la torre de la iglesia de Santa Cruz (la Atalaya de la Corte), templo donde fui bautizado. Muchos de mis amigos residían en el cercano barrio pintoresco y castizo de Lavapiés. Barrio en el que nació el 9 de febrero de 1804 Luis Candelas Cajigal.

Vio la luz en una carpintería de la calle del Calvario. Tercer hijo de un matrimonio que vivía sin necesidades y que pudieron darle estudios en el colegio de San Isidro. Fue un niño rebelde y, tras la bofetada de un clérigo, respondió con la misma moneda, siendo expulsado del centro de estudios. Amante de la lectura, tuvo una formación autodidacta y a pesar de su vida díscola siempre fue hombre de buenos modales y de buen vestir. Empezó de adolescente a robar y ya pisó la Cárcel de la Villa a sus quince años. A sus diecinueve fallece su padre e intenta dedicarse a librero sin éxito, siendo condenado a seis años de cárcel por el robo de dos caballos y una mula. Conquistaba mujeres —tenía buena planta— y vivía de ellas. “Era moreno, bien parecido, dientes blancos, con patilla ancha y flequillo bajo el pañuelo, bien afeitado, calañés, faja roja, capa negra, calzón de pana y calzado de mucho tirar”.

Formó una cuadrilla de ladrones en 1835, con los que se reunía en distintas tabernas madrileñas que les daban cobijo, buen vino, buenas cantaoras y buenas féminas con derecho a roce. Sus fechorías y su ingenio fueron cantadas por los madrileños con cariño, y su fama de “robar a los ricos para repartir a los pobres” le dio un halo romántico y misterioso, ganando con ello la simpatía y la aprobación de las clases populares, que le ayudaron a escapar de la Justicia en varias ocasiones. Sus botines cada vez eran más suculentos, llevando una doble vida. Indiano respetado y adinerado de día con el falso nombre de Luis Álvarez de Cobos, hacendista en el Perú y estafador y truhan de noche. Nunca mató a nadie en ninguna de sus acciones, ni utilizó la violencia contra ninguno a quien despojó de sus bienes. Fue detenido y encarcelado varias veces y siempre logró fugarse por medios propios o sobornando a los carceleros. Entró en la masonería tras ayudar al político, abogado y escritor español Salustiano de Olózaga Almandoz a escapar de prisión. Fue este político quien lo ingresó en la Logia Libertad.

Tres mujeres marcaron su vida. Manuela Sánchez, viuda de veintitrés años —quien también había pisado la cárcel—, con la que tuvo una breve relación. Posteriormente mantuvo amores y amoríos con Lola “La Naranjera” —favorita del rey Fernando VII—. Gracias a las amistades importantes que Lola tenía en la villa de Madrid, consiguió librar a Luis Candelas de presidio en alguno de sus lances. Y Clara, la última de sus amantes, joven de buena familia y con la que se fue a vivir a Valencia llevando una vida holgada a base de robos y engaños. Posteriormente cometió dos atracos que fueron su perdición: asaltó a la modista de la reina en su taller y al embajador de Francia y a su señora en una diligencia, acarreándole el ser perseguido sin tregua. Intentando huir a Inglaterra desde Gijón, Clara se echó atrás, no estando dispuesta a partir, con lo que volvieron a Madrid, siendo detenido el 18 de julio de 1837 en el término municipal de Alcazarén (Valladolid).

Trasladado a Madrid, fue acusado de más de 40 robos, juzgado el 2 de noviembre y condenado a morir por garrote vil en el patíbulo. Pidió clemencia a Maria Cristina de Borbón – Dos Sicilias sin éxito. Falleció ajusticiado una gélida mañana, el día 6 de noviembre de 1837, a la edad de 33 años en la plaza de la Cebada. Tal vez si no hubiera ingresado en la masonería habría salvado su vida al no tener delitos de sangre.

Sus últimas palabras fueron: “He sido pecador como hombre, pero nunca se mancharon mis manos con sangre de mis semejantes. Adiós, patria mía. Sé feliz”.

Fernando José Baró