Olvidemos el silencio
al olvidarnos
por un momento.
Dejémosle a la melodía
sus corcheas,
su ritmo rápido,
recordando el silencio
al disfrutarnos.
Retrocedamos en el tiempo
para disfrutar otra vez
del abrazo
al correr el minutero.
Déjame pedirle al día
que sus horas caminen despacio
entre tu mano y la mía.
Déjame pedirle a la luna
que su calendario
me regale más momentos
de silencio entre tus brazos.
Así, volveré a olvidar
recordando, tras la marea,
el ritmo rápido de los besos
mientras el corazón
sigue latiendo,
en silencio,
tras mi pecho
