Si ahora mismo estás pasando por una ruptura, lo estás pasando francamente mal; es muy doloroso aceptar que todo lo que habías dado, todo por lo que habías apostado y todo ese futuro planeado desaparece como un abismo bajo tus pies. Quizá ahora no ves que algún día vayas a dejar de estar así, pero… ¡te aseguro que lo estarás! Y no solo lo habrás superado: habrás aprendido tantísimo de la experiencia que serás una persona con mucha más autoestima, autoconocimiento y más segura de los pasos que quieres seguir dando en tu vida.
Te aviso: es un camino por el que hay que pasar, pero te quiero dejar aquí unas claves para que conozcas lo que va a ir ocurriendo y algunos trucos para evitar caer en el pozo.
Las fases por las que se va pasando ante una ruptura son las siguientes:
— Fase de la negación: “esto no me ha podido pasar a mí”.
— Fase de la negociación: “¿y qué tal si intentamos…?”.
— Fase de la depresión: “no puedo con esto”.
— Fase de la ira: se destapa toda nuestra frustración.
— Fase de la aceptación: cuando ya hemos asumido que ésta es la nueva realidad.
Vamos sintiendo unas y otras según los días, según cómo estemos, si vemos o no vemos a la otra persona, etc. Así hasta que realmente llegamos a la aceptación plena y pasamos página.
Pero, ante todo y como base principal: ¡Valórate! Que otra persona no haya querido seguir contigo no quiere decir que seas ni mejor ni peor: la otra persona ha elegido otro camino. Tú ya habías sido feliz antes de estar con esa persona, así que valora todo lo que tú eres sin necesidad de alguien más.
“Todo fluye, nada permanece” (Heráclito).