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Quisiera, podría y sería

poesía
RAÚL GONZÁLEZ MARTÍN.

Quisiera escuchar tu voz.
Quisiera tener tu silencio.
Decirlo todo y al fin
decirte siempre “Te quiero”.

Podría dejar de sentir.
Podría salir huyendo.
Pero no soy capaz de admitir
lo que me da tu recuerdo.

Sería imposible pedir
tu amor, tu risa, tu aliento.
Hoy ya no puedo elegir
a ese cariño tan tierno.

Quisiera hablar de perdón.
Quisiera volver a lo nuestro.
Dejar atrás el rencor,
los celos, la envidia y el tiempo.

Podría tratar de vivir.
Podría expresar que ya puedo.
Pero no logro existir
sin tus abrazos y besos.

Sería capaz de admitir
por qué, por cómo y por esto.
Buscarte e ir hacia ti
aunque ya es tarde e incierto.

Quisiera hallar el valor.
Quisiera gritarle a los vientos.
Quisiera morirme en tu amor.
Quisiera decirte “Lo siento”.

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‘Off man. Los últimos días de Philip Seymour Hoffman’, de Iván Cerdán

Off man. Los últimos días de Philip Seymour Hoffman

En la sala Tres Aguas, los jueves de febrero

Este jueves, día 8 de febrero, en la sala Tres Aguas, se estrena el Montaje Off man. Los últimos días de Philip Seymour Hoffman, basado en la obra de nuestro colaborador Iván Cerdán Bermúdez, en donde desnuda lo que pudieron ser los últimos días del gran actor que ganó un Oscar por Capote.

La obra podrá verse todos los jueves de febrero a las 19:30, y viene de haber estado de gira de forma exitosa por Argentina y Chile.

Off man. Los últimos días de Philip Seymour Hoffman

BIOGRAFÍAS DE TALENTO. Félix Lope de Vega Carpio

Lope de Vega
Casa del dramaturgo en Madrid.

Lope de Vega  nació el 25 de noviembre de 1562 en Madrid. Fue uno de los dramaturgos más destacados del Siglo de Oro en España, máximo exponente del teatro barroco español de su época, autor de comedias, autos sacramentales, poemas, novelas o epopeyas. Hijo de Francisca Fernández Flórez y Félix de Vega, maestro bordador, ambos procedían de Cantabria. Lope tuvo cuatro hermanos: Francisco, Juliana, Luisa y Juan.

Casa Museo de Lope de Vega (Madrid).
Casa Museo de Lope de Vega (Madrid).

Con cinco años ya sabía leer en latín y en castellano. Pasó parte de su infancia con su tío, Miguel de Carpio, inquisidor de Sevilla, quien se ocupó de su educación. A los diez años, Lope marchó a Madrid, donde comenzó sus estudios en el prestigioso Colegio Imperial.

Autor de más de 1.500 obras dramáticas y más de 3.000 poemas, su producción literaria es colosal, lo que lo llevó a ser conocido como “El Fénix de los Ingenios”. Sus obras destacan: El comendador de Ocaña, El caballero de Olmedo, El villano en su rincón, El castigo sin venganza, La dama boba o El perro del hortelano.

El primer amor que se le conoce es María de Aragón, la Marfisa de sus versos. Era la hija de un panadero, y Lope se enamoró de ella en 1580. Tuvieron una niña llamada Manuela.

Su segundo gran amor fue Elena Osorio. Separada por aquel entonces de su marido, el actor Cristóbal Calderón. Lope entabló una apasionada relación con ella que duraría cuatro años. Finalmente, Lope acabó en prisión por difamar contra ella. Años más tarde recordaría sus amores en su novela dialogada La Dorotea.

Casa del dramaturgo en Madrid.

Sin embargo, por entonces ya se había enamorado de otra mujer: Isabel de Alderete y Urbina (Belisa en sus poemas), hija del pintor del rey Diego de Urbina, con quien se casó en 1588 tras raptarla con su consentimiento. Con ella tendría a su hija Antonia.

El año de 1598 Lope contrae su segundo matrimonio, con Juana de Guardo, hija de Antonio de Guardo. Se celebró el 25 de abril de 1598 en la parroquia de la Santa Cruz de Madrid. El padre de la novia era un rico mayorista que abastecía a la Corte de carnes y pescados.

Funeral de Lope de Vega, de Paul Balze.
Funeral de Lope de Vega, de Paul Balze.

Fue ordenado sacerdote ya en su vejez, en 1614. Entre sus muchas amantes está la actriz Micaela Luján, con la que tuvo dos hijos. La relación amorosa entre los dos llegó a su fin en 1608, última fecha en la que se hallan testimonios literarios de la relación de Lope con Micaela (los hijos que había tenido con Lope de Vega vivían con su padre). Fue el poeta más mujeriego del siglo de oro.

El 19 de diciembre de 1611, en plena noche, Lope de Vega fue acuchillado por un desconocido. Éste le asestó varias puñaladas, pero no llegó a alcanzarlo directamente. Era amigo íntimo de  Miguel de Cervantes,  junto a Tirso de Molina y Calderón de la Barca.

Finalmente fallecía el 27 de agosto de 1635, tras hacer testamento a su hija Feliciana. Su cuerpo fue enterrado con grandeza y ceremonia en la Iglesia de San Sebastián, en Madrid.

NARCISO CASAS

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Solo ríndete ante ti

poesía
JUAN JOSÉ CARVAJAL ESPIGARES.

Si tienes que rendir cuentas,
que sea delante de tu conciencia,
que sabe a lo que te enfrentas
y siempre actuará en consecuencia.

Si tienes que firmar tu rendición,
que sea delante de tus sentimientos,
que no hay nada peor
que el peso del remordimiento.

Si tienes que pactar condiciones,
que tu alma sea testigo
para que tus propias decisiones
no sean tu peor castigo.

Si esta tristeza llega
al fondo de tu corazón,
estarás asistiendo a la entrega
de tu último bastión.

Y si sufres esa condena,
entonces ríndete ante ti,
porque detrás de esta pena
tienes que empezar a vivir.

http://orcacharches.es/

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Lectura dramatizada de ‘Las que guardan’

Lectura dramatizada de ‘Las que guardan’

En La Trueca, el 9 de febrero, a las 19:00

La inquieta compañía teatral Las del Gueto sigue realizando lecturas dramatizadas de la obra de teatro Las que guardan, de Alba Quintas. En esta ocasión, la cita será en La Trueca (C/ Manganeso, 5. Local de la A.V. Santiago Apóstol) el viernes 9 de febrero, a las 19:00.

Las que guardan es una obra de recuerdos colectivos familiares acerca de la Guerra Civil Española y la posguerra. La autora y el equipo artístico, dirigido por Nerea Lebrero, ha creado alrededor de las historias de aquellas que estuvieron, durante tres años, y lo que vino después, inmersas en lucha por la supervivencia. Un texto apasionante, puesto en escena por un equipo excelente… ¡No te la pierdas!

Lectura dramatizada de ‘Las que guardan’

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El puente romano

Escritores de Vilaverde
MIRIAM GARCÍA SANTAMARÍA.

—¿Tienes frío? —me preguntó Javier.

—Un poco —dije tímidamente.

—Toma, póntela. —Cubrió mis hombros con su chaqueta azul.

Yo no temblaba de frío, más bien era de nervios. Ambos los teníamos. Nos encontrábamos en el antiguo puente de piedra. La noche era hermosa, con una luna llena que se reflejaba en el agua. Mi mirada se dirigía al río, observando las ramas secas que surcaban sus aguas. Éramos dos jóvenes que no queríamos parecer patosos por la falta de experiencia, ni tampoco derrochar exceso de romanticismo. Llevábamos viéndonos varios meses, pero solo días esporádicos. No teníamos nada serio, no había ningún compromiso entre nosotros, solo queríamos conocernos. Y jugábamos a los sentimientos.

Javier estaba detrás de mí, me agarró de la cintura con mucho cuidado, me tomó por el cuello y se me erizaron los pelos de la nuca. Sus labios rozaron los míos hasta unirse en uno solo. Sus manos me abrazaron con fuerza, y mi corazón se detuvo. Acababa de sentir por primera vez el significado de la palabra amor. No había duda dentro de mí. Aquella acción lo cambió todo. Los latidos se aceleraron, quería que aquel momento fuera eterno. Nos habíamos besado cientos de veces, pero en todas ellas solo acaricié el deseo. Esta vez era diferente, me llegó su calor metiéndose en mi interior.

Sus ojos oscuros se clavaron en mí, me miró con ternura, acarició mi mejilla y pronunció con dulzura la frase “Te quiero”. Me deshice en sus brazos aquella noche y supe que quedaría atrapada en ellos de por vida.

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Os dejamos aquí el cartel de carnaval de este año y os esperamos el domingo 11 de febrero donde siempre 💪🏾🎉🤪

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‘Hay que apoyar al arte y al artista’

Marta Hernández, ‘Kirame’, pintora y vecina de Villaverde

Marta Hernández es una joven (cumple 24 primaveras en abril) vecina del Distrito que reconoce que “desde pequeña quería pintar”. Lo hace, y muy bien: actualmente el trabajo artístico que suele exponer está enfocado a la acuarela y a la plumilla, acercándose cada vez más al hiperrealismo. Firma sus obras con el nombre de “Kirame” (que ha elegido dando la vuelta al término griego “meraki”, que viene a significar “poner el alma, el corazón, la creatividad y el amor en aquello que te gusta hacer”). Aparte, hace otras muchas cosas utilizando el acrílico y la pintura textil, orientando esta producción a la venta en los mercadillos de arte. Para conocerla mejor, quedé con ella una tarde de enero para realizar la entrevista que sigue.

¿Cómo te iniciaste en la pintura?

Desde pequeña quería pintar, siempre he estado pintando, y en 3º de Primaria o así ya me apunté a clases de pintura en el Centro Cultural Santa Petronila, donde empecé con carboncillo, porque es como la fase de iniciación, y luego ya pasé al acrílico. Estuve allí tres o cuatro años.

Sabía desde siempre que quería ser artista, pero la gente te dice que no tiene salidas, que es un hobby, que no puedes vivir de ello, que es muy difícil, que te tienes que dedicar a un trabajo “de verdad”… Entonces me metí en Bachillerato de Ciencias de la Salud, y fueron los peores dos años de mi vida [risas]. Ahí, el primer año, descubrí el Bachillerato de Artes y me quise cambiar, pero en el instituto no me dejaron, ya era tarde. Decidí que cuando terminase el Bachillerato iba a dejar Ciencias, que no era nada mío, y meterme en el arte. Vi un Grado de Ilustración y dije “Pues me meto”, pero me hicieron una prueba de acceso y suspendí [risas]. Yo sabía que no quería hacer otros estudios universitarios, y en cualquier caso ya no podía, así que decidí opositar; que aquí seguimos, todavía, opositando… Y para desarrollar mi técnica pictórica me apunté en una academia en Argüelles, Architekt, en octubre o noviembre del 2018, y desde entonces estoy allí.

Cuando llegué, me quería iniciar en la acuarela, y se lo dije a Carlos, mi profe, que me empezó a sacar dibujos para ver cuál era mi nivel. Yo le decía que seguía en Instagram a un pintor, Thierry Duval, que hace paisajes en acuarela de París que parecen fotografías, y quería hacer eso llevado a mi estilo, que son sobre todo paisajes naturales. Carlos me decía que pintara, y yo sacaba todos los detalles posibles, así que concluyó: “ya sabemos adónde vas: al realismo”. Desde entonces yo en un cuadro me puedo tirar horas y horas, y quiero acercarme al hiperrealismo.

El realismo con acuarela suena complicado…

Sí, tú pintas y luego la acuarela hace lo que le da la gana, pero también te permite manejarla. Cuando tengo que dar las bases, que es cuando te la puede liar, ahí no lo controlas, pero luego ya empiezas a dar los detalles y a mí me encanta pintar con el pincel cero, el más chiquitín. No hay mucho margen de error, pero resulta muy gratificante dibujar con la acuarela.

¿Por qué la acuarela? ¿Qué es lo que te atrajo de ella?

Pues no lo sé… El óleo no me llama mucho la atención, me parece una técnica muy lenta… Luego el acrílico lo puedo pintar en casa y sabía manejarlo, y la acuarela era como que quería aprender pero en casa no conseguía llegar a la técnica, a dominarla. Cuando empecé con ella, probé y me gustó el acabado, los tonos, que son muy sutiles, muy limpios. Gracias a lo que he aprendido en la academia, ahora en casa sí que soy capaz de pintar sola con la acuarela y hago las cosas que hago en la academia, pero ahí en cada dibujo aprendo algo nuevo. Ahora estoy haciendo el Palacio de Cristal del Retiro, y madre mía… Con los reflejos que tiene, los cristales, cada día es una cosa nueva.

¿Pintas del natural?

Eso lo hago con libretas y rotulador negro, para tomar los apuntes, pero normalmente pinto de las fotografías de mi padre [Agustín Hernández, presidente de la Asociación Fotográfica de Villaverde]. Luego, las plumillas, por ejemplo, las hago de catedrales y edificios, para sacar el máximo detalle. Y también tengo como norma mía, a no ser que sea un encargo, pintar solo cosas que yo he ido a visitar. Por ejemplo, fui a Florencia y pinté una vista de la ciudad desde la Torre Uffizi; y quiero pintar París, pero todavía no he ido, así que no voy lo voy a hacer hasta que no vaya.

¿Cuándo consideras que diste el salto a “artista”?

Pues yo siempre pintaba para mí, y siempre paisajes de mi pueblo, Serradilla del Llano (Salamanca), pero una amiga me encargó que dibujase a su perro y acepté. Nunca había pintado a un animal, y fue ahí cuando ya puse más en valor mi trabajo, porque no había sido yo la de “vendo esto”, sino que otra persona había venido a mí para hacerme un encargo y yo había tenido que darle un precio (agobiada, porque poner precio es muy difícil), así que lo hice y se lo entregué. Después vino otro encargo, también un perro: a raíz de ése la gente se había animado a pedirme sus mascotas, y ha sido otra forma de aprender, porque yo no tengo animales en casa y no había tenido ese afán de dibujarlos. Luego ya también empiezas a subir cositas a Instagram, la gente lo ve, y el boca a boca hace mucho y ayuda, así que he tenido también encargos de plumillas, de catedrales… Igual yo hago mi pueblo, mi paisaje, y tú lo ves y dices: “pues yo quiero mi paisaje”.

¿Y vendes mucho?

Sí, la verdad, aunque de momento no he conseguido vivir de ello… Son muchas horas, mucha dedicación, tengo otro trabajo y luego tengo en casa que estudiar, así que tampoco tengo dedicación plena y exclusiva, pero sí que me salen muchos más encargos de lo que yo esperaba. Va un poco a temporadas: por ejemplo en primavera, que los campos están muy bonitos, a la gente sí que le llama más la atención. En cambio, en enero y en agosto está todo muy parado. Influyen también las épocas en las que la gente tiene más dinero para gastar en estas cosas.

¿Cómo empezaste con los mercadillos?

En marzo de 2022 un amigo me llamó y me dijo: “Oye, que hay aquí un mercadillo artesanal: ven y échale un ojo”. Somos una asociación de Villaverde: Por Amor Al Arte. Estuvimos una temporada en Butarque, y luego hemos estado en Los Rosales, en Puente Alcocer y en Ciudad de los Ángeles. Yo ahí no llevo los cuadros que expongo, ni láminas de los cuadros, cosa que no hago porque siento que el original es el que vale. En el mercadillo tengo en venta los minilienzos, que los saco a partir de las fotografías de mi madre, que hace macros… Son en acrílico, y están tanto el original en un minicaballete como copias en estilo Polaroid: las escaneo y tienes ese dibujo, porque como es en el mercadillo, es una forma de acercar el arte a todo el mundo: puedes comprar una cosa u otra, aunque yo soy partidaria de comprar el original. Luego en pandemia, como había que matar las horas, aprendí a hacer ganchillo y a bordar, así que también vendo escudos de fútbol bordados, bordo siluetas de fotografías… Básicamente lo que se me proponga… Y también hago cosas de ganchillo: flores, sonajeros para los peques… Tengo muchas cositas, y también tengo tote bags pintadas… Voy haciendo temporadas: en primavera cositas de flores, en invierno género invernal, en Navidades saco artículos navideños, ahora que va a llegar San Valentín cosas en esa línea… Soy un poco “culo inquieto”, siempre me gusta aprender cosas y siempre quiero probar: todo lo que tiene que ver con el arte me gusta.

¿Cuándo empezaste a exponer?

El año pasado. El octubre anterior me contactó una inmobiliaria, Encuentro, para exponer en una de sus oficinas, en Móstoles, y estuve enero y febrero. Luego estuve en un bar de Leganés, La Zaranda, en el comedor: podías comer y ver mis dibujos. Y después he estado en centros culturales del Distrito: primero fue en Los Rosales, luego en Santa Petronila en diciembre. Ahí hice inauguración y vino un montón de gente… La verdad es que no esperaba tanto: pensaba que iba a estar sola con los bombones y los caramelos, pero vino mucha gente. Ahora he estado en el Centro Sociocultural Marconi todo enero, y del 1 de febrero al 31 de mayo voy a estar en otra oficina de las Inmobiliarias Encuentro: en el número 16 de la calle Cavanilles, en Retiro.

¿Qué podemos ver en tus exposiciones?

Acuarela y plumilla. De las acuarelas, todas menos tres son paisajes de mi pueblo, y luego está Florencia y otras dos: Paradela de Muces y el otro es San Juan de Gaztelugatxe. La de Paradela, una casita, fue el primer dibujo que hice con las acuarelas profesionales que me regalaron. Antes iba probando con unas más baratas, para no gastarme un dineral, y a éste le tengo mucho cariño porque es el primero que pinté con las profesionales y ya acercándome al detalle. Puedes ver la evolución, porque está ése y también el último que he pintado en acuarela. Y luego están las plumillas, que ahí sí que considero que se ve mucho más mi progresión desde la primera, la Clerecía de Salamanca (yo pinto Salamanca y mi pueblo: me inspiran muchísimo), hasta la última, la catedral de la Almudena. Para mí, se ve un gran cambio.

¿Quieres mandar algún mensaje a nuestros lectores?

Sí, que hay que cuidar entre todos un poquito el arte, que ya la vida es muy fea y complicada a veces, y el arte es muy bonito en todas sus variantes. Hay que apoyar al arte y al artista, y al amigo artista. Que apoyar no es necesariamente comprar: también es que si algo te gusta se lo digas a su autor, que eso anima mucho, porque hacerlo son muchas horas, es mucho trabajo y es un cachito de mí. Y un mensaje importante: no cuestionéis los precios de los artistas [risas]. Ah, y otro para los artistas: pedid siempre fianza [risas].

Marta Hernández expone del 1 de febrero al 31 de mayo en la oficina de Inmobiliarias Encuentro situada en el nº 16 de la calle Cavanilles (Retiro)

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‘De la Hermandad a La Del Manojo’, nuevo álbum de Eseape

‘De la Hermandad a La Del Manojo’, nuevo álbum de Eseape
ALEJANDRO MURCIANO.

Entender a Eseape sin Villaverde parece imposible. El artista de la Ciudad de los Ángeles lleva más de 15 años de carrera en la música urbana, en los cuales no han faltado las referencias y guiños a las calles en las que se crio. En su último trabajo, el más maduro y completo, vale con recurrir al título para constatar que no iba a ser una excepción. De la Hermandad a La Del Manojo no solo cita dos de las calles más conocidas de la Ciudad de los Ángeles, sino que trata con un alma y sensibilidad especial todo aquello que nos preocupa a los jóvenes (y no tan jóvenes) de Villaverde. La intro, con su versión particular de la zarzuela La del Manojo de Rosas, ya nos hace sospechar que no estamos ante un disco de música urbana normal y corriente.

Y así es. Durante los 10 tracks del trabajo podemos encontrar crónicas de barrio y “barras” crudas que nos trasladan al rap más clásico. Pero también viajes introspectivos y palabras para sus seres queridos escritas desde la más absoluta ternura. Un bofetón contra quienes aún conciben el género urbano como algo simplón y sin trasfondo. Cuando Diego se pone delante de su micrófono de grabación, el rap de competición, las referencias culturales, la conciencia social y las letras profundas no están reñidas. De hecho, bailan a un son perfectamente coordinado. Ahora solo te falta entrar en tu plataforma musical favorita y escuchar la nueva banda sonora de tu barrio.

CONTACTO Y MÁS INFORMACIÓN

Exposición fotográfica: ‘Calvas: mujeres sin nada que ocultar’

Exposición fotográfica: ‘Calvas: mujeres sin nada que ocultar’
CALVAS.

En el Centro Cultural Santa Petronila, del 2 al 27 de marzo

Las personas calvas existen. Hay hombres calvos, bien visibles, por todos lados. Hombres por lo general viriles, maduros, atractivos. Hay también mujeres calvas. Mujeres con alopecia. De diferentes tipos: androgénica, areata, universal, etc. Pero ésas, ellas, son menos visibles.

Ser mujer y ser calva es un tabú en una sociedad en la que la imagen estereotipada es tan importante. El pelo femenino, preferiblemente largo, es un signo de belleza, de feminidad. Ser mujer y ser calva es, muchas veces, ser menos mujer. Y ser, desde luego, menos bella. La pérdida de cabello, incluso de cejas y pestañas, supone un cambio radical en la imagen y en la autoimagen de las mujeres que lo sufren. Muchas de ellas se ven obligadas a ocultar su condición, incluso durante toda su vida, impidiéndoles disfrutar de actividades tan cotidianas como ir a la piscina o salir a la calle tal y como son. Impidiéndolas, en ocasiones, trabajar. Tener pareja. Ser ellas mismas. Sin esconderse ni disfrazarse.

Calvas: mujeres sin nada que ocultar es un proyecto fotográfico de Carmen Fernández y Juan Francisco Camacho Conesa. Creemos necesario trabajar desde las disciplinas artísticas para la visibilización y sobre todo para la normalización de esta condición, para transformar el concepto de belleza socialmente aceptado a uno que no esclavice ni cosifique a las mujeres, sea cual sea su edad y condición. Buscamos mediante esta expresión artística ayudar a romper el estigma social que las oculta, que las esconde.

La construcción de este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de ACMA (Asociación de Alopecia de la Comunidad de Madrid). 15 mujeres y niñas han posado ante la cámara, en estudio, de forma individual y dirigida, obteniendo tras ello una secuencia de tres fotografías que hablan de su historia, de la de cada una de ellas, individual y personal, pero al mismo tiempo colectiva.

La exposición podrá visitarse en el Centro Cultural Santa Petronila (C/ María Martínez Oviol, 12) del 2 al 27 de marzo, de lunes a viernes de 9:00 a 21:00 y sábados de 9:30 a 13:30. El sábado 2 de marzo tendrá lugar la presentación a las 11:30 en el mismo centro cultural.

Exposición fotográfica: ‘Calvas: mujeres sin nada que ocultar’

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