21 de junio, a las 19:00, en la Biblioteca María Moliner
Chirimiri, la corriente de un río nos dice que cuando los sueños se derrumban hay salidas. Aunque hay ocasiones en que la locura estalla y se puede ver desde dentro en la literatura. Chirimiri descubre que la locura está en el mundo. Sale del cascarón para ir a una pequeña ciudad, volviendo cada verano a la sierra de veraneo. Los contrastes, el caciquismo cultural y político, se contrarresta con la ilusión de un grupo que aporta nuevas ideas, como lo fue el ecologismo en los años 80. Y la literatura marginal adquiere protagonismo.
Una lectura que exige se haga pausadamente para no perder cada detalle. El lector podrá dejarse llevar por la corriente de un río interior y descubrir (sus) nuevos mundos.
El personal del Hospital 12 de Octubre anunciamos una concentración el jueves 13 de junio a las 11:00 en la puerta principal de la Residencia General del centro hospitalario. La convocatoria surge como respuesta a la política de recortes de derechos en conciliación que venimos sufriendo desde 2020: no nos conceden los permisos estipulados en los acuerdos del SERMAS, nos limitan las excedencias para cuidados de familiares, y la última novedad para este año, la denegación de la posibilidad que existía de acumular días con la reducción de jornada y sueldo para cuidar durante el verano de nuestros hijos y mayores.
Estas medidas afectan gravemente a nuestra conciliación familiar y vulneran los derechos tanto nuestros como de nuestras familias. Exigimos una conciliación familiar real. Recordamos que 2.000 trabajadoras de este hospital presentamos en octubre una petición para crear una escuela infantil que ayudaría a esta conciliación. Petición que no tuvo ninguna respuesta.
La concentración de este jueves busca visibilizar estas demandas y presionar a la gerencia del Hospital 12 de Octubre para que retire la última medida adoptada con respecto a las reducciones de jornada. No entendemos que, existiendo una Dirección General de Recursos Humanos del SERMAS, pueda existir discriminación entre el personal de los distintos hospitales.
Si vives o has vivido en Villaverde, es muy probable que alguna vez hayas sentido lo que es el clasismo. Es muy probable que algún compañero de trabajo, o quizás el amigo de un amigo, te haya hecho una bromita sobre lo peligroso que es tu barrio. Es muy probable que tu jefe te echara una miradita de condescendencia cuando supo de tu lugar de origen o residencia. Es muy probable que, desde una aparente simpatía o desde una falsa pena —depende del caso—, te hayan hecho sentir inferior. Es muy probable que te hayan discriminado y te hayan restado valía, a fin de cuentas. Quienes lo hemos vivido lo sabemos.
Esta discriminación no sería posible sin una vertiente económica. Más concretamente, sin una desigualdad galopante de la que sabemos mucho en Madrid. Por ponerlo en datos, los ingresos netos promedio en Villaverde son casi un 40% inferiores que la media del municipio. En San Cristóbal, son bastante menos de la mitad. Si miramos de reojo a los barrios ricos de la capital, los residentes en Chamberí ingresan un 135% más que nuestros vecinos, mientras que los de Salamanca cobran hasta un 144% más. Yendo un paso más allá, un residente en Recoletos ingresa, en media, tres veces más que uno de Villaverde Alto. Datos y más datos que arrojan la clara conclusión de que la brecha norte-sur sigue muy viva.
No nos engañemos, todas las ciudades y regiones sufren desigualdades. Pero dentro de esto también hay distintos niveles, y Madrid no sale precisamente bien parada si acudimos a comparaciones. Según estudios especializados, nuestra ciudad fue la más desigual de entre las de más de 50.000 habitantes en 2014 y 2015, y ocupó el segundo lugar en 2016, solo por detrás de Barcelona. No es fácil encontrar datos actualizados, pero mirando a nuestro alrededor no parece que la situación se haya revertido. Y en medio de todo eso estamos nosotros, los vecinos de Villaverde, sufriendo estrecheces económicas y lidiando con la superioridad moral de quienes creen que solo ellos pueden tener dinero. Y con dos batallas por ganar: la de combatir esa desigualdad y la de reivindicarnos contra quienes nos miran por encima del hombro. Desde luego, por orgullo y sacrificio no será.
De eso van sobrados nuestros vecinos.
El contrato aprobado mejorará más de 102.470 m2 de pavimentos en los distritos de Latina, Carabanchel, Usera y Villaverde
El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado el 6 de junio, en Junta de Gobierno, un contrato para la mejora del pavimento de 46 calles de los distritos de Latina, Carabanchel, Usera y Villaverde por importe de 1,7 millones de euros. Este paquete forma parte de las 323 calles que está renovando el Área de Obras y Equipamientos en el marco de la Operación Asfalto 2024.
Los trabajos tienen por objeto la mejora las condiciones de rodadura, así como la disminución de las emisiones sonoras que provocan los pavimentos de calzadas envejecidos en su capa de rodadura por efecto del tiempo. Las obras comprenden fundamentalmente el fresado del aglomerado asfáltico deteriorado, la reparación y saneo de los daños estructurales del firme existente, el sellado de fisuras, la puesta en altura de tapas y registros, la extensión de una nueva capa de rodadura asfáltica y el repintado de marcas viales.
Mediante este contrato se mejorará una superficie de 102.470 m2. Las calles de nuestro distrito en las que se intervendrá son las siguientes: Acebes, Afluentes, Burjasot, Huerta de Villaverde, Lubián, Platino, Santa Cristina, Tordegrillos y carretera de Villaverde a Vallecas.
Están programadas dos representaciones, los días 30 de junio y 7 de julio
¿Existe una forma acertada de atravesar un duelo? Ésta es la principal pregunta de Ayer no termina nunca. Partiendo de la admiración completa que este grupo de teatro tiene por Isabel Coixet, este año se atreven a adaptar la película homónima que dirigió la directora en 2013. Un relato sencillo en apariencia, que esconde unos personajes de gran complejidad moral y emocional. Dos formas radicalmente opuestas de hacer frente a una tragedia familiar y a cómo seguir adelante tras esta, lo que conlleva una serie de enfrentamientos llenos de reproches, medias verdades y consuelos velados.
En poco menos de una hora, veremos a estas dos personas llenar un escenario vacío de elementos, pero cargado de recuerdos y sentimientos que llevaran al público a plantearse la misma pregunta que enfrentan las actrices, y cuya respuesta no tiene una solución aparente.
Teatro Baypass es una compañía que lleva en funcionamiento dos décadas sin parar, arriesgando en cada montaje con una visión personal alejada del gusto habitual del público. En constante movimiento y trabajo, lo común en esta compañía es preparar varios proyectos al mismo tiempo, donde afrontan todo tipo de trasfondos.
Próximamente podremos ver también obras (de autoría propia) como Un hombre corriente y el cierre de su Trilogía de la España Negra, donde tras homenajear en primer lugar a los cómicos de la legua que enfrentaron la época guerracivilista y, después, hablar sobre los casos aún sin resolver de los bebés robados durante décadas en nuestro país; ahora dan voz a algunos de los miles de asesinados y desaparecidos durante la Guerra Civil que hoy día permanecen sin justicia en nuestras cunetas.
Acudimos al Centro de Salud de San Cristóbal de los Ángeles para conocer mejor esta iniciativa orientada al cuidado de la salud y el bienestar del vecindario
Es cosa sabida que la sociedad en la que vivimos y el tipo de vida que llevamos influyen en nuestra salud. Si desarrollamos esta idea, hallaremos que los fármacos pueden ser un remedio rápido pero temporal para algunos de nuestros padeceres, y que una solución real pasaría por ir a la raíz del problema y hacer cambios en nuestra vida cotidiana. En este campo, el Centro de Salud de San Cristóbal de los Ángeles lleva ya tiempo trabajando en un método innovador:
la receta social.
Para conocer mejor esta iniciativa, que ha sido la protagonista de la II Feria de Salud Comunitaria celebrada en San Cristóbal el pasado 10 de abril, me he acercado por el centro de salud. Allí me han recibido Sandra Ursa, trabajadora social de los centros de salud de San Cristóbal de los Ángeles y Ciudad de los Ángeles; Eros Ferrando, director del centro; e Irma Sánchez, coordinadora de la Asociación Educación, Cultura y Solidaridad de San Cristóbal. Todos ellos participan en la Mesa de Salud y Género de San Cristóbal, espacio de coordinación que lleva trabajando desde el año 2004 con diferentes espacios y formatos en un proceso comunitario muy vinculado con los temas de salud y mujer y que es el impulsor de esta interesante medida.
Irma nos proporciona una primera definición: “La receta social es una forma de cuidarnos y de cuidar nuestra salud. Somos conscientes de que para muchas de las dolencias que tenemos necesitamos la medicación, pero hay una parte muy conectada a todas estas dolencias: la situación social, socioeconómica, sociofamiliar y socioeducativa que están viviendo muchos de los vecinos y vecinas. Es ahí desde donde entra la receta social: es acompañar en el bienestar del vecindario no solo con la parte médica que necesitan, sino también ofreciendo unos recursos sociales que pueden ayudar a dicho bienestar”. Desde el punto de vista médico, Eros coincide: “En el centro de salud veíamos que había pacientes muy frecuentadores de la consulta. Hoy en día la sociedad tiene el concepto de que tenemos una pastilla para todo, pero observamos que el problema iba a más. Entonces analizamos la situación en la Mesa de Salud y Género y resumimos las que por nuestra experiencia parecían las cuatro necesidades más importantes que tiene la población de nuestro barrio: la soledad no deseada, el empleo, problemas de castellano y para la gente joven sobre todo recursos de salud afectivo-social. Así pues, en esa receta que ofrecemos al ciudadano le señalamos los recursos a los que pueden dirigirse. El objetivo es quitar medicación, es decir, que no para todo en la vida hay que tomar un medicamento, con el que muchas veces queremos la solución y lo que hacemos es poner un parche”.
Irma da más detalles sobre el proceso: “En 2014 llegó al barrio un proyecto de intervención comunitaria intercultural, el proyecto ICI. En ese marco se estuvo haciendo un diagnóstico de las necesidades que había en el barrio. A raíz de ese estudio, en el que participó gran parte del vecindario y entidades de San Cristóbal, salió una programación comunitaria. Había una gran preocupación sobre todo con el tema de los cuidados, y en esa línea salió la receta social: cuando un vecino acude a su consulta hay mucha confianza en esos profesionales para contarles todas sus necesidades. Y estos profesionales a la vez, para los vecinos, son toda una autoridad, por lo que si les hacen una recomendación se considera que también se les va a hacer más caso. Entonces se vio que era una oportunidad que fueran esos mismos profesionales los que hicieran esas recomendaciones. Desde ahí comenzamos a trabajar todo el tema de la receta social, a partir del 2014-15”.
De izquierda a derecha, Sandra Ursa, Irma Sánchez y Eros Ferrando. R.B.T.
Como una receta convencional
El diseño de la receta social imita a una convencional, aunque, como dice Eros, “No es un principio activo, no es una medicación”. “Es un recurso social, una entidad que está trabajando en el barrio o en el Distrito que está vinculada a la necesidad que pueda tener esa persona, que puede ser una circunstancia de empleo, una dificultad con sus hijos menores, un problema de idioma…”, apunta Irma. Y Sandra añade: “Es un formato sencillo, en forma de receta. Como estamos en un centro de salud queríamos imitar eso, y muy concreto, con direcciones y teléfonos para que el paciente pueda acceder allí”. Irma asiente: “En el diseño de la receta se creó algo que fuera muy similar para que la gente lo pudiera identificar; elegimos las temáticas en las que veíamos que había recursos que podían abordarlas y de las que más se volcaban dentro de las consultas y empezamos a trabajar con los profesionales del centro. Estuvimos haciendo un proceso de formación con todos los profesionales que había aquí para que conocieran cada recurso, para que supieran dónde recomendar y qué recomendar”.
Tras la formación, se lanza la iniciativa. Sandra lo evoca: “En el año 2019 hicimos la primera Feria de Salud, donde la receta estuvo presente, y recuerdo que luego la Gerencia nos dio un premio como idea innovadora para el cuidado de las personas”. Continúa Irma: “El Ayuntamiento de Madrid también nos dio un premio en reconocimiento a proyecto innovador, y desde diferentes lugares nos han llamado muchas veces para conocer la iniciativa y ver si se podía implementar en otros sitios. La ventaja que hemos tenido en San Cristóbal es que siempre ha habido una base de trabajo comunitario muy fuerte. Luego tuvimos el parón de la pandemia, y después, por las circunstancias en las que estaban los centros de salud y las prioridades en ese momento, no pudimos retomarlo inmediatamente. Finalmente, cuando la situación con la COVID se estabilizó un poco y pudimos recuperar la iniciativa, había que empezar otra vez de cero, ya que la plantilla había variado. Ahora lo hemos retomado, el centro de salud otra vez se puede dedicar al trabajo comunitario en ese sentido, y estamos muy contentas”.
Ahora, me comenta el director del centro de salud, se abre la fase de comprobar el impacto que tiene esta medida, evaluar si está siendo eficaz o necesita algún ajuste. En cualquier caso, Eros observa claros “pros” de la receta social: “Antes a menudo detectábamos el problema pero no sabíamos dónde derivar, teníamos que buscar por internet o a través de experiencias personales o de otros compañeros. La utilidad de esta receta a nivel profesional es que sabemos a qué recurso derivar, lo que nos supone un apoyo en el día a día, y además al tener identificados esos problemas hacemos una búsqueda más activa”. Y Sandra apunta: “Hay que añadir que también es una línea estratégica del SERMAS. Las intervenciones comunitarias forman parte de nuestro trabajo, por tanto doble misión en materia de receta: ayudar a la población y cumplir los objetivos que el SERMAS nos marca”. En cuanto a los pacientes, Eros explica que, aunque en algunos casos hay que convencerles por la novedad de la medida, en general “todo el mundo que va a los recursos está encantado”, lo que abre la puerta al siguiente paso: que por el “boca a boca” los propios pacientes vengan a la consulta demandando el recurso. Irma insiste en esa idea en su conclusión: “Yo les diría a los vecinos y vecinas que se animen a preguntar a sus profesionales del centro de salud por la receta social”.
El día de San Isidro falleció un buen amigo de la Ciudad de Los Ángeles. Persona cabal, todo un caballero de planta y de hechos. Lector empedernido, seguidor del periódico de Villaverde, lo buscaba si no llegaba a su buzón. Hacía publicidad gratuita. Cristiano practicante, participaba en la vida de la parroquia de San Mateo.
Un cáncer se lo llevó en desigual combate; estuvo mucho tiempo echándole un pulso. Manuel era culto, incisivo, leal, trabajó hasta casi el final de su dura enfermedad.
Yo le conocí en la parroquia. Me impresionó por su mente preparada, por su visión del mundo y de la vida, por su caballerosidad. Le gustaban mis libros y artículos, y me lo manifestaba a menudo. Persona agradecida y generosa, me llegó a regalar sobres de jamón del bueno (la única persona en mis 61 años que me regaló eso). Discreto y elegante, también le gustaba escribir y había compuesto algún villancico. Amante de las tradiciones, nos deleitaba en el WhatsApp con largos escritos, muy concienzudos y bien estructurados.
Con buena voz, cantaba con sentimiento y sentido musical. Si le pedías algo, se desvivía por conseguirlo y hacía lo que estaba en su mano para ello. En varias Navidades hizo de Rey Mago, el traje le sentaba de maravilla, su elegancia estaba por dentro y por fuera. Manuel, siempre te recordaré con tu corbata y tu sonrisa.
Veniros a pasar una tarde agradable y fresquita a conocer la técnica del collage y hacer nuestras propias creaciones para luego difundirlas en nuestras redes. El tema propuesta será el cuidado de la naturaleza y el medio ambiente.