Sí, los teléfonos inteligentes ya son una parte clave de la vida de la mayoría de las personas, lo que nos permite estar conectados e informados en todo momento. Lo malo es que muchos de nosotros también somos adictos a los sonidos, vibraciones y otras alertas de nuestros dispositivos, incapaces de ignorar nuevos correos electrónicos, textos e imágenes.
¿Pero tú piensas que no estás “enganchado”? Pues ojo: una nueva investigación liderada por Erik Peper y Richard Harvey revela que el uso excesivo de teléfonos inteligentes es similar a cualquier otro tipo de abuso de sustancias.
“La adicción a la conducta del uso de teléfonos inteligentes comienza a formar conexiones neurológicas en el cerebro de forma similar a como lo experimentan las personas que toman oxicodona para el alivio del dolor, por ejemplo”, explicó Peper.
Además de eso, la adicción a las redes sociales puede tener un efecto negativo en la conexión social. En una encuesta a 135 estudiantes del Estado de San Francisco, Peper y Harvey encontraron que los estudiantes que usaban sus teléfonos con mayor frecuencia informaban de niveles más altos de aislamiento, soledad y ansiedad.
Los expertos advierten que la adicción digital no es culpa nuestra, sino el deseo de la industria tecnológica de aumentar las ganancias corporativas. “Más ojos, más clics, más dinero”, comenta Peper. ¿Cuál es la buena noticia? Que de la misma forma en que podemos entrenarnos para comer menos azúcar, por ejemplo, también podemos tomar las riendas y entrenarnos para ser menos adictos a nuestros dispositivos.
Beatriz Troyano Díaz. Coach personal y profesional