Vuelan los poemas,
palabras que no se quedan quietas,
no hay ninguna jaula para ellas.
Surgen los versos,
cualquier día,
cualquier segundo,
con el espíritu cansado o ligero.
Amanecen de noche
o con la aurora,
es indiferente.
No les afecta el sueño,
ni la temperatura,
ni lo presente,
ni lo… duradero.