BEATRIZ TROYANO DÍAZ
Estamos cogiendo tanto gusto a esto de las críticas que, pese a que nos molesta infinitamente que nos critiquen, cada vez hay más programas de televisión y radio que se basan únicamente en eso: intentar dañar a las personas criticándolas y juzgándolas. Hoy en día, estos programas cada vez son más y tienen niveles de audiencia muy altos. ¿Cómo es posible? ¿Qué está pasando? ¿Por qué criticamos?
Aquí tienes algunas de las razones:
— Hay personas tan insatisfechas consigo mismas que al criticar a los demás se autoengañan pensando que el problema está en otros y no en uno mismo.
— Sentirse inferior es un fuerte motor para criticar a los demás. Para que los demás no detecten la debilidad nos hacemos pasar por “prepotentes” en la crítica cuando en realidad en nuestro interior ocurre todo lo contrario.
— Los numerosos estudios al respecto nos dicen que para afianzar nuestra pertenencia a un grupo muchas veces tendemos a criticar a las personas de grupos diferentes. De ésta forma la crítica nos da la seguridad de que el grupo nos acepta y nos estima.
— También puede ocurrir que antiguas rencillas no solucionadas por no haber tenido el arrojo suficiente, psicológicamente, se intenten compensar criticando a personas que no tienen nada que ver, pero que al criticar lo sentimos como bálsamo frente a esas heridas.
En definitiva, la crítica puede ser un “deporte emocional”, pero sigue debilitando a la persona en lugar de sanar sus heridas y reconfortar su autoestima.
“En lugar de criticar a los demás, elógialos. Verás como en un mes notarás un gigante cambio en ti”. Alejandro Chaban.