BEATRIZ TROYANO DÍAZ
Anthony Robbins nos dice: “la forma en que nos comunicamos con los demás y con nosotros mismos, en última instancia, determina la calidad de nuestras vidas”. Sin embargo, en muchísimas ocasiones somos incapaces de establecer relaciones saludables con los demás, y mucho menos con nosotros mismos. De hecho, normalmente sentimos que estamos en un mundo donde respetar y hacer valer nuestros derechos de forma adecuada para todos no es nada sencillo. Según muchos estudios, esto se debe en gran medida a la falta de asertividad de las personas que nos rodean, y se instaura en nuestra infancia.
Pero rebobinemos: quizá has oído hablar de la asertividad, y sin embargo no sabes qué es exactamente, o quizá ni tan siquiera te suene el término… La asertividad es la capacidad de poder comunicar lo que piensas y sientes de una forma correcta, es decir, el término medio entre callarse y no comentar lo que quieres cambiar y explotar con un acceso de ira, gritando y perdiendo los papeles.
Ahora que ya hemos dejado claro el concepto, la pregunta es: ¿y qué podemos hacer? ¿Podemos mejorar en ella? ¿Podemos cambiar? La respuesta en todos los estudios es que sí, ya que la asertividad no deja de ser una habilidad social que se entrena, si bien hay que partir de un fortalecimiento de nuestra autoestima, ya que va a ser ella la que me dé valor para poder mostrarme como soy, por supuesto respetando a los demás, pero sobre todo respetándome a mí y reivindicando mi postura ante las cosas y mi derecho a ser feliz.
Por lo que, si quieres ser más asertivo y ganar calidad de vida, sobre todo… ¡potencia tu autoestima!