ANA POZO MOHEDANO.
Otra vez, la ley de vida hizo la trampa. No le digas que está en el cielo, cuando se ha ido para siempre, cuando flota en el infinito, porque no lo sabes.
Dile simplemente eso: que no lo sabes…
El cielo es oscuro y en la oscuridad no está. Oscuro como la noche, que da miedo, pero también inspira.
Estás tú solo, tú sola, con lo que sientes, solo o sola, con lo que piensas, con lo que vives, con lo que deseas, con lo que crees, con la cojera del alma. No hay experto en el tema, porque es un misterio.
Porque miras hacia arriba y no ves lo que buscas.