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La A.D. Villaverde Bajo abre el plazo de preinscripción para la temporada 2020-2021 

¿Aún no nos conoces? Somos una escuela de fútbol fundada en 1991 y que contamos con casi 30 años de historia. Hemos formado a muchos futbolistas, pero estamos muy orgullosos de haber formado al mismo tiempo a grandes personas.

Nos caracterizamos por no ser una escuela de fútbol cualquiera, y nuestro lema es “Más que un club, una familia”. También inculcamos unos valores basados en la humildad, el respeto y la diversión. Las puertas están abiertas para todos vosotros. 

Contamos con categorías altas y competitivas, entrenadores titulados, entrenador específico de porteros, preparador físico, fisioterapeuta, coordinadores de metodología, instalaciones cuidadas y de última generación y todos los jugadores federados y asegurados. 

Nos encontramos en Villaverde Bajo, en el Polideportivo Oroquieta – Félix Rubio (C/ de la Alianza, 4). Además, al ser una instalación municipal, el Ayuntamiento de Madrid será quién se encargue de la desinfección y de cumplir los protocolos sanitarios y de seguridad pertinentes. 

Desde nuestra escuela abrimos el plazo para poder ingresar en el club. Todos los jugadores que quieran acceder, deberán rellenar la solicitud para que podamos indicarles los pasos a seguir para realizar las pruebas de acceso.

A día de hoy, Sanidad y los diferentes organismos competentes no se han pronunciado al respecto, y por tanto estamos a la espera de las indicaciones que nos puedan dar.

Les informaremos si podemos realizarlas a finales del mes de junio o primeros de julio o por lo contrario debemos esperar a la vuelta de verano. 

Los niños nacidos en 2016, 2015, 2014, 2013, 2012 y 2011 son admitidos directamente sin necesidad de pruebas. Igualmente deben rellenar el formulario y les enviaremos los pasos a seguir para formalizar la reserva de plaza. 

La solicitud la puedes encontrar colgada en nuestra página web (www.advillaverdebajo.com), dentro de la sección de “Club”, en el apartado llamado “Documentos” (Solicitud de preinscripción temporada 2020-2021). 

Para más información, puedes ponerte en contacto a través de: 

Teléfono: 627 842 588 (Serena). 

Correo electrónico: advillaverdebajo@gmail.com 

¡A ver si nos aclaramos! 

Todos sabemos que en España en el año 1936 se produjo un levantamiento militar contra la república legalmente instituida que culminó con la victoria de dicho levantamiento militar en el año 1939. Con esta victoria se instauró una dictadura militar que eliminó todas las conquistas sociales que se habían conseguido con la república, y sobre todo acabó con las libertades políticas y sindicales, eliminó la posibilidad de elegir a quienes nos gobernasen e impuso un régimen de terror basado en eliminar a todo el que hubiera sido o fuera contrario a dicha dictadura. Esto costó la vida a miles y miles de españoles. 

Los símbolos más destacados de este régimen eran la bandera rojigualda y los himnos de Viva España y Cara al sol, que por obligación se cantaron en los colegios hasta mediados de los años sesenta. Esta dictadura duró hasta que Franco, su cabeza visible, murió en 1975. Se abre entonces un periodo de reformas y cambios políticos hasta que en diciembre de 1978 entra en vigor la Constitución que hoy sigue siendo norma suprema del ordenamiento jurídico español. 

En todo este tiempo, y gracias a la lucha e implicación de la mayoría de los ciudadanos, ha habido avances sociales, conquista de libertades y de derechos, pero últimamente estamos viendo que algunos de éstos nos van desapareciendo por culpa, qué casualidad, de los partidos y sectores que se envuelven con los símbolos, heredados de la dictadura (pues no se cambiaron), de la bandera rojigualda y el himno nacional. Por efecto de estos partidos y otros partidos y sindicatos que no se han opuesto lo suficiente, estamos viendo cómo vamos perdiendo derechos que tanto esfuerzo y sacrificios costó conquistar, y además nos imponen leyes para castigar la contestación social (“Ley Mordaza”). Además apoyan al poder económico en su objetivo de privatizar los servicios públicos esenciales: sanidad, educación, residencias de mayores, etcétera. 

Como consecuencia de favorecer que el capital nacional y extranjero entre en la sanidad pública y en la gestión de los centros de mayores para hacer sus negocios millonarios, hemos visto cómo la Covid-19 se ha cobrado miles y miles de vidas en España. Para favorecer la entrada del capital privado en el sistema sanitario, se vienen haciendo recortes en los últimos años en la sanidad pública, tanto en personal como en equipamiento; por eso no hemos podido hacer frente a esta pandemia con los medios adecuados. 

Al cederle al capital privado la gestión y explotación económica de los centros de mayores y no controlar si la gestión que hacían era la adecuada, e impedir que asociaciones de familias de usuarios lo hicieran, la gestión ha sido totalmente nefasta, con criterios de beneficio del negocio, proporcionando medios escasos y personal insuficiente y a menudo poco especializado. Por eso no es de extrañar que gran parte de las personas fallecidas por Covid-19 hayan sido personas residentes en estos centros. 

Por ello, además de reconocer y agradecer con nuestros aplausos todas las tardes el sacrificio y la dedicación de todo el personal sanitario, de las fuerzas de orden público, el Ejército y todos los que con riesgo de sus vidas están haciendo que nuestra sociedad no se pare, es totalmente necesario que exijamos que la sanidad, la educación, los centros de mayores y otros servicios esenciales sean totalmente públicos y universales, y dejemos de hacerles la ola a los que se envuelven con la bandera rojigualda y el himno nacional, que solo quieren el beneficio de una minoría a costa del esfuerzo y sacrificio de la mayoría del pueblo.  

Además, que no se nos olvide: ¡gobierne quien gobierne, los servicios públicos se defienden! 

Juan Presa 

Como pasa un alcohólico en recuperación la pandemia 

Mi nombre es Ángel, vecino de Villaverde, alcohólico y miembro del Grupo Villaverde de Alcohólicos Anónimos. Aprovecho para dar las gracias al periódico del Distrito por la estupenda labor que hace de dar voz a vecinos y colectivos. Ante el cambio radical que se produjo en nuestras vidas con motivo de la pandemia de la COVID-19, quiero expresar cómo lo está pasando un alcohólico en recuperación. 

Con el cierre de colegios vino también el cierre de ayuntamientos, parroquias y la propia responsabilidad de los grupos que decidieron cerrar los locales donde se reunían. Nosotros cerramos el local el día 10 de marzo, cuando tuvimos la última reunión. 

Los acontecimientos se sucedían de forma muy rápida, cerraban muchos establecimientos, e ignorábamos cuanto tiempo iba a durar esto. Me sorprendía la compra compulsiva de comida; veía largas colas en los estancos, los fumadores hacían acopio de tabaco ante la perspectiva de que los cerraran. Al final el Gobierno no los cerró, pensando, supongo, en la ansiedad que le podría causar a un fumador estar encerrado y no poder fumar. 

Cerraron las casas de apuestas, aunque los ludópatas podían seguir jugando online. Cerraron los bares, pero los alcohólicos podían seguir comprando alcohol en los supermercados.  

En muchas ocasiones pensé cómo lo estarían pasando los adictos a drogas ilegales, ¡qué ansiedad! Veía escenas en la televisión que me hacían pensar cuántos de ellos serían adictos que les estaba pudiendo su adicción. Un adicto pierde la capacidad de elegir si consumir o no, es impotente al comportamiento o consumo que nos produce la adicción, hemos perdido la capacidad de controlar. La fuerza de voluntad no existe, por lo menos a mí no me sirvió. 

Me imaginaba cómo me sentiría si estuviese consumiendo en esta situación, encerrado en casa, escondiéndome para consumir, que mi familia no se diera cuenta de mi consumo. Lo que hacía antes: esconder mi consumo, me sentía culpable, creía que era un vicioso o falto de voluntad. Ignoraba que padecía una enfermedad: una enfermedad muy grave que como no busques ayuda te lleva en último lugar a la muerte, no sin antes tener muchísimo sufrimiento y haber hecho sufrir a los que te quieren. 

Ante esta situación que no me gustaba, empecé aceptando lo que estaba ocurriendo, viviendo el día a día (el presente), y no me creaba expectativas de cuándo terminaría. En fin, procuraba tener buena salud mental. Procurando estar bien para poder ayudar a los demás. Aunque estaba tranquilo y sereno, había algo dentro de mí, algo que no me dejaba concentrarme ni leyendo, ni viendo la televisión, etc. Me daba cuenta de que necesitaba compartir lo que me estaba ocurriendo: hablaba con compañeros, pude asistir de forma telemática a reuniones de Alcohólicos Anónimos en las que podía seguir  compartiendo con mis compañeros. No estaba solo, tenía personas que me iban a entender y ayudar. 

Afortunadamente, hicimos de la necesidad virtud: surgieron más de 20 grupos que hacían reuniones diarias por diferentes plataformas. Seguíamos tendiendo la mano al alcohólico que pide ayuda. Nos ha dado la oportunidad de reinventarnos. 

Imagino que la situación no ha sido fácil para nadie: convivencia de varios familiares en viviendas pequeñas, problemas diferentes, falta de trabajo e ingresos, personas que por su trabajo están expuestas a contagiarse y que puedan contagiar a sus familias. Viviendas con un solo baño y muchísimas dificultades para poder aislarse si algún miembro de la familia enferma, familias que han perdido a alguno de sus miembros, etcétera. 

He podido ver lo bueno de la sociedad, la solidaridad de la gente, escuchaba lo bien que se sentían cuando estaban haciendo algo por los demás sin esperar nada a cambio. Dándolo con amor, es la mejor forma de recibir. Quien nunca ha dado de esta forma no sabe lo que se siente. 

Esto que estamos pasando permite que hoy valore más lo que tengo: salud, familia que me quiere, un techo, un plato de comida, amigos con los que tomar un café o pasear, poder ver una película, una obra de teatro, leer un libro, un paseo, etcétera. 

Entre lo mucho que agradezco está que no solamente dejé de beber: estoy aprendiendo a vivir. El dejar de beber no significa que no me ocurran cosas que no me gustan, lo que cambia es mi actitud ante lo que me ocurre en el día a día. Todo lo que me ocurría era la excusa perfecta para beber, y una situación como ésta habría sido la excusa perfecta para estar borracho todo el día. Las emociones, el sufrimiento, me llevan a consumir. El sufrimiento  es un “lujo” que no me puedo permitir, tengo que enfrentarme a la vida con sobriedad emocional. 

Si alguien tiene problemas con el alcohol, quizás podamos ayudarle. Que se ponga en contacto con nosotros en el teléfono 91 341 82 82, estaremos encantados de informarle acerca de dónde puede tener una reunión en forma telemática. Cuando esta situación termine, nos volveremos a reunir en nuestros lugares habituales. Naturalmente, guardando todas las recomendaciones de las autoridades sanitarias. 

Me despido de mis vecinos deseándoles salud y fuerza: felices 24 horas. 

Ángel (Grupo Villaverde Alcohólicos Anónimos) 

Cacerolada en San Cristóbal de los Ángeles contra la droga y el abandono institucional

La Asociación Vecinal La Unidad de San Cristóbal, recogiendo el hastío del barrio, impulsa una concentración para pedir la intervención urgente de las administraciones, el día 11 de junio en la Plaza de los Pinazos a las 20.00 horas.

La droga ha vuelto con fuerza a San Cristóbal de los Ángeles. Y con ella, la inseguridad, en forma de robos, peleas, ocupaciones de índole mafioso y narcopisos. Elementos que han hecho (y hoy continúan haciendo) más difícil si cabe el confinamiento por la epidemia del Covid-19. Por ello, ante el incremento de los actos violentos ocurridos en las últimas semanas y la pasividad de las administraciones, recogiendo el hartazgo de su población, la Asociación Vecinal La Unidad de San Cristóbal de los Ángeles organizará una concentración de protesta el próximo jueves, 11 de junio.

Con el lema “Contra el abandono institucional, por un barrio limpio y seguro, no a los narcopisos, no a la venta de droga”, la entidad ha realizado un llamamiento a sus vecinos y vecinas para que ese día, acudan a las 20:00 a la Plaza de los Pinazo, con cazuelas, mascarillas y respetando la distancia de seguridad.

“Desmantelaron la Cañada y los traficantes se desplazaron al polígono de Villaverde y por proximidad a su salida del Metro, que es la de nuestro barrio. Y ahora sufrimos sus daños colaterales, algo que no estamos dispuestos a asumir”, sostiene Prado de la Mata, presidenta de la asociación vecinal, antes de resumir la situación que vive en estos momentos la zona: “el tránsito de toxicómanos por nuestras calles ha incrementado de manera exponencial la inseguridad. Los robos, el aumento de la suciedad, la falta de vigilancia…son situaciones que nos han llevado a convocar la concentración del jueves, pues requerimos de soluciones urgentes, efectivas y duraderas en el tiempo”.

La vecindad está harta del abandono que sufre desde años San Cristóbal, un barrio que se encuentra en el puesto número cuatro de la capital respecto al índice de vulnerabilidad, según datos del Ayuntamiento de Madrid.

Este índice resulta de cruzar datos como la esperanza de vida, la tasa de paro, el nivel de estudios, la renta media, el valor catastral de las viviendas, el número de familias perceptoras de renta mínima o el porcentaje de vecinos migrantes.

“¿Por qué tiene que ser la zona sur de la capital sinónimo de abandono? ¿Qué somos?” se pregunta Prado de la Mata antes de responder con amargura: “seguimos siendo la alfombra bajo la que se meten los restos que nadie quiere ver, y así parezca que no existen”.

“No queremos un polígono de venta de drogas, queremos un polígono con actividad industrial, lo que fue en su día, y que hoy por hoy, es muy necesario después de las consecuencias sociales, económicas y laborales que está dejando aflorar la pandemia del coronavirus. Regeneren el polígono y creen empleo, devolviendo la dignidad a nuestro barrio”, concluye la representante vecinal.

Asociación Vecinal La Unidad de San Cristóbal de los Ángeles

La España gorrinera 

Todas las mañanas desde que nos dejaron salir me doy un voltio desde mi casa hasta el Carrefour, que está como a cinco minutos andando, aunque yo ahora tardo media hora o más. El paseo está lleno de parquecitos y pequeñas zonas verdes, y es fácil, si tienes paciencia, ver pájaros de muchas clases: petirrojos, jilgueros, verdecillos, verderones, estorninos, carboneros, mitos, herrerillos, pito real y hasta algún pico picapinos he llegado a ver.  

Estos días también he podido ver cómo la cantidad de basura en las zonas más cercanas al Carrefour ha aumentado exponencialmente, y hoy, un pequeño paseo justo delante de la puerta del Carrefour, con césped y algunos árboles, ya estaba literalmente lleno de plásticos, guantes, alguna mascarilla y otras porquerías que se suelen tirar, con o sin coronavirus. Y el miniparque que hay justo antes de ése, lleno de lo mismo y además litronas, latas y envoltorios a cascoporro de gente que se para en los bancos con las bolsas de la compra a tomarse una cerveza y comer algo. Hay papeleras por todos lados. y precisamente el suelo alrededor de las papeleras es donde más basura tiran, encima vacilando.  

Una pena pensar que todos esos animales tan especiales se terminarán marchando porque quién querría vivir en un sitio como ese, lleno de mierda. Si ni siquiera cuidamos el parque de al lado, ¿cómo pretendemos salvar el Amazonas o el océano? El coronavirus no es un permiso para hacer el guarro, más bien es un aviso para dejar de serlo. Voy a intentar ser muy diplomático: las personas que hacen eso me dan mucho asco y hasta un poco de miedo, porque qué no harán cuando estén en algún paraje natural sin nadie que les vigile o que vaya detrás recogiendo toda la mierda que van dejando. Y mejor que no diga lo que pienso de verdad. 

Samuel Iglesias Antón 

La ‘nueva normalidad’ 

Aquí estamos otra vez, ya recorriendo las primeras etapas del camino que nos llevará a la “nueva normalidad”. Y debo reconocer que me asustaba un poco: terrible ha sido mucho de lo vivido estos dos meses y medio, sobre todo lo referente a la elevada (y aún no cerrada) cifra de víctimas mortales, pero al mismo tiempo también abonaban mi inquietud negros presagios acerca de qué tipo de sociedad iba a salir de todo esto. Cómo esta traumática experiencia podría provocar que nos encerrásemos más en nosotros mismos, volviéndonos más desconfiados, evasivos, huraños, insensibles… 

Afortunadamente, ya desde muy pronto, especialmente desde que se permitieron los paseos, pude ver cómo al fin y al cabo la gente es gente, le suele gustar tratar con otra gente, y hartos del confinamiento en general tendemos a la apertura y la normalización. Aunque las mascarillas no dejan ver mucho del rostro, uno podía adivinar en las miradas la felicidad de estar otra vez en la calle, intuir anchas sonrisas al cruzarnos unos con otros, comprobar por los saludos de los vecinos que en realidad poco ha cambiado y que seguimos siendo barrios unidos ante lo que tenga que venir. 

Es verdad que también se han visto conductas nada edificantes, como ese tipo humano que se ha definido como “policía de balcón”, que centra su atención en lo que hacen los demás para denunciarlo y así acreditar una supuesta superioridad moral que no debe de serlo tanto, ya que vista desde fuera resulta bastante miserable. También están los difusores de odio, a quienes todo les viene bien si les sirve para su fin político, pescadores a río revuelto de más garrulos para engrosar el rebaño. A éstos, ni caso: meten mucho ruido pero en realidad son cuatro gatos, seguidos ahora quizá por cuatrocientos más, y que aunque fueran cuatro mil solo supondrían una diminuta manchita entre los millones de personas que viven en nuestra ciudad. No son nada, no son nadie, y no hay que dejarles ningún espacio, ni compartir siquiera en nuestras redes sus rebuznos para criticarlos, pues así es como logran difusión. Ya lo decía Durruti: “con el fascismo no se discute…”.  

Pero ya digo, la mayoría de la gente está en otra onda completamente distinta y hace lo posible por disfrutar de la vida en colectivo, que ahora seguramente valora mucho más. Y creo que debemos quedarnos con eso: con lo estupendo que es poder saludar a los vecinos y preguntarles cómo lo llevan, con lo bonitas que nos parecen nuestras calles con menos tráfico y el aire más limpio, con el aplauso y agradecimiento a todas las personas que han seguido al pie del cañón para superar este escenario y también a todas las que se han quedado tanto tiempo en casa para frenar los contagios. Y quiero destacar muy especialmente todas las iniciativas solidarias vecinales que ha puesto en marcha la “gente corriente” entendiendo que en este barco vamos todos juntos y juntos nos tenemos que salvar, algo que, por lo que supone como modelo para la nueva sociedad que hemos de construir, a quien esto suscribe le hace sentir con fuerza aquello que decía también el amigo Buenaventura: “llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones, y ese mundo está creciendo en este instante”.  

ROBERTO BLANCO TOMÁS

Los alumnos de Educación Primaria que necesiten refuerzo podrán ir a clases desde hoy

Los alumnos de Educación Primaria en la Comunidad de Madrid que necesiten refuerzo podrán iniciar, de manera voluntaria, las clases presenciales a partir de hoy.

La vuelta al colegio de manera presencial es posible gracias al paso a la Fase 2 del Plan para la Transición hacia una nueva normalidad tras el COVID-19.

La Consejería de Educación y Juventud ha enviado a los centros educativos las instrucciones para organizar el retorno a las aulas de aquellos alumnos en los que se ha detectado que han tenido una especial dificultad en los estudios a distancia, ya sea por carencia de medios tecnológicos o por tener necesidades especiales del aprendizaje derivados del COVID-19.

En este caso, se van a desarrollar tutorías y clases voluntarias en grupos reducidos, previa cita de los alumnos o sus familias, con el objeto de reducir las potenciales diferencias educativas que pudieran haber surgido.

En las instrucciones se incluyen, además, todas las medidas necesarias en cuestión de higiene para realizar las actividades escolares de una forma segura, según las indicaciones del Ministerio de Sanidad y del Ministerio de Educación y Formación Profesional.

En esta vuelta a las clases, los centros deberán tener en cuenta la voluntariedad de los alumnos para asistir y la distancia social a guardar, que deberá ser de dos metros. Además, dispondrán de autonomía para la organización de estas sesiones en función de sus características: asistencia alterna, semigrupos paralelos, distribución de alumnos, reordenación de horarios, turnos, así como entradas y salidas escalonadas.

De igual modo, los centros podrán reorganizar el horario de las sesiones y el número de las mismas al día, las que correspondan por asignatura y la organización de periodos de recreo, así como otras medidas que consideren adecuadas.

Alumnos de Secundaria y de Infantil

Los alumnos de 2º de Bachillerato se reincorporarán a las aulas a partir del día 16, ya que hasta entonces se encontrarán realizando sus exámenes de fin de curso. Cuando finalicen estas pruebas podrán ir a sus centros educativos, de forma voluntaria, para recibir clases de refuerzo teniendo en cuenta que se enfrentarán a la EBAU los días 6, 7, 8 y 9 de julio. Además, los centros, si lo estiman oportuno, podrán organizar clases de refuerzo para el resto de Educación Secundaria, tras realizar los exámenes finales ordinarios.

Por su parte, la reincorporación a las clases presenciales en las escuelas infantiles se producirá una vez que la Comunidad entre en la Fase 3 de desescalada. Será de manera voluntaria y siempre que se cumplan todas las garantías sanitarias, cuando los alumnos de primer ciclo de Educación infantil (de 0 a 3 años) cuyos progenitores deban trabajar fuera de casa.

Para ello, estos deberán acreditar, según se les indique desde el centro, la justificación de la imposibilidad de realizar su trabajo a distancia. Esta restricción desaparecerá cuando dejen de estar en vigor las fases y siempre que las condiciones sanitarias lo permitan.

Medidas de seguridad e higiene

Los centros educativos deberán seguir las medidas de prevención e higiene dictadas conjuntamente por el Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Educación y Juventud para la reapertura parcial de los centros educativos. Se trata de una serie de indicaciones como mantener la distancia de seguridad, llevar mascarilla cuando sea necesario o evitar aglomeraciones.

En cuanto a la higiene será necesario el lavado frecuente de manos con agua y jabón o con geles hidroalcohólicos, desinfectar las instalaciones al menos una vez al día, limpiar los baños y aseos adecuadamente, al menos tres veces o vigilar la limpieza de papeleras, entre otras medidas.

Los trabajadores y los alumnos vulnerables (enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades pulmonares crónicas, cáncer, inmunodepresión o hipertensión arterial), podrán acudir siempre que su condición clínica esté controlada y lo permita, y manteniendo medidas de protección de forma rigurosa.

En el caso de que un estudiante inicie síntomas o estos sean detectados por personal del centro durante su jornada escolar, se le llevará a un espacio separado y se avisará a la familia para que contacte con su centro de salud o con el teléfono de referencia de la Comunidad de Madrid para que se evalúe su caso.

La educación en confinamiento, vista por las familias 

Parece muy lejano aquel 9 de marzo cuando se nos dio la noticia que el día 11 se cerraban las aulas y nuestros hijos e hijas quedaban al desamparo educativo.

En este tiempo, todo han sido noticias, órdenes y resoluciones, algunas contradictorias, que no solo afectaban a los centros educativos, sino directamente a nuestros hijos e hijas.  

Profesores que han seguido la directriz de no ampliar la materia y solo reforzar la ya dada hasta el momento frente a profesores que han decidido seguir el temario como si nada hubiera cambiado, obviando que se han vivido momentos muy duros en las familias  derivados de esta pandemia, tanto a nivel económico como emocional.

Tampoco podemos olvidarnos de las carencias y necesidades que ha destapado este nuevo sistema adoptado, tanto de medios personales como materiales de las familias y del profesorado (en algunos casos sin ningún tipo de formación tecnológica). 

Cambios de criterios de evaluación, eliminando en muchos casos la evaluación continua de algunas asignaturas y donde da la sensación de que no se valora lo suficiente el esfuerzo realizado tanto por el alumnado como por sus familias en estos últimos meses, que no debemos restar  importancia que hemos pasado ser sus padres/madres-profesores al tiempo que hemos tenido que seguir con el resto de nuestras responsabilidades laborales y domésticas. 

Hemos sufrido la descoordinación por parte de una parte del profesorado en el modo de acceder a las tareas enviadas (por correo, a través de diversas plataformas, aulas virtuales, clases grabadas, web de los centros…), siendo una carrera a contrarreloj en muchas ocasiones para adaptarnos a cada uno de ellos. 

Y como en todo, las familias hemos sido conscientes de la profesionalidad de cada uno de ellos, su preocupación por las situaciones en los hogares o su falta total de interés por cómo se está viviendo esta pandemia en cada caso.  

Ahora nos enfrentamos, como en todos estos momentos, con la incertidumbre de cómo será realmente el fin de curso, si se volverá o no a las aulas, si es lo recomendable o no, si realmente es viable mantener las medidas sanitarias para que vuelvan, si realmente desde el punto de vista educativo valdría la pena volver….  

No podemos obviar que el sistema educativo español es lamentablemente la solución del problema de la falta de conciliación laboral que sufrimos los padres y madres trabajadores y que ha generado un gran debate en nuestra comunidad por la necesidad de la apertura de los centros no ya porque este curso se pueda salvar, sino como solución a las situaciones de la vuelta a los trabajos sin tener dónde dejar a nuestros hijos y a la preocupación derivada de esta posible vuelta por si realmente los estamos enviando a un lugar seguro. 

Mucho nos tememos que esta incertidumbre durará hasta el inicio de curso, en el que se plantea la reducción de ratios (es inviable porque tendríamos que duplicar el número de centros educativos que ya están de por sí masificados y no se dispone en muchos casos ya de laboratorios, aulas de informática, bibliotecas… para este fin) o el compaginar la educación a distancia con la presencial, por lo que aparte de revivir los problemas encontrados hasta ahora de falta de recursos nos encontraríamos con el anteriormente citado problema de la conciliación laboral. 

DELEGACIÓN VILLAVERDE FAPA GINER DE LOS RÍOS 

Escuela pública de Villaverde en tiempos de pandemia

Un muestrario del compromiso profesional y humano presente en los claustros de nuestro distrito.

Cuando me pidieron que escribiera este artículo, mi primera intención era denunciar la situación de desamparo y falta de recursos en nuestro distrito. Decidí que debía ampliar mi mirada más allá de los muros de mi centro, IES Celestino Mutis, y he pedido a compañeros y compañeras de colegios, institutos y centros de adultos del Distrito que me escribieran en una frase o unas pocas líneas su experiencia sobre la “teledocencia” en sus centros. Por mi doble condición de profesora en el IES Celestino Mutis y delegada de la Federación de Enseñanza de CC OO en el Distrito, no tenía dificultades para llegar a casi todos los centros del mismo.

Ha sido al recibir las respuestas de docentes del Distrito cuando he decidido que no podía escribir un texto que fuera un rosario de quejas, todas muy justificadas, sino que tenía que escribir un artículo de reconocimiento al compromiso profesional y humano de los claustros de Villaverde. Este artículo está plagado de frases entrecomilladas que son copia literal de sus testimonios. No diré sus nombres ni los de sus centros, pero todos los barrios de Villaverde están representados.

No dejar a nadie atrás

En primer lugar quiero destacar sus esfuerzos por atender a todo el alumnado, por no dejar a nadie atrás: es un hecho recurrente en las respuestas recibidas.

“Es un centro con mucha diversidad, y hay que hacer un esfuerzo grande por atenderlos a todos. Los resultados varían mucho, pero yo destacaría el inmenso esfuerzo que hacen muchos alumnos a pesar de las enormes dificultades socioeconómicas con las que se encuentran muchos de ellos. Tengo alumnos que llevan dos meses entregando tareas a diario sin más recursos que los datos móviles de un smartphone”.

“La comunidad educativa de mi colegio ha hecho un trabajo encomiable. Nos hemos puesto en contacto con cada uno de los alumnos, analizando las condiciones familiares para intentar acomodarnos a sus circunstancias y ponerlos también en contacto con los servicios de la zona. Se han impreso materiales para los alumnos con menos recursos, se ha distribuido packs de materiales escolares y también se repartieron tablets solicitadas a la Comunidad de Madrid.

Todos los niveles educativos y profesionales de apoyo han puesto en marcha sus propios blogs para acercar a los alumnos las tareas de una forma cercana y ordenada, y se intenta, poco a poco, explicar a las familias cómo crear una cuenta de correo y cómo utilizarlo”.

“No obstante, algunos alumnos que tienen un contexto familiar desfavorable (no tanto porque no posean dispositivos o conectividad a internet, ya que en mi colegio les facilitamos las tareas en formato papel), sino porque sus padres no pueden o no saben ayudarles, se están quedando al margen. La figura presencial del maestro es insustituible, esta modalidad de enseñanza es artificial”.

“Te puedo decir que los maestros luchan diariamente contra unos condicionantes sociales pésimos. Y aun así se da clase y se da amor a todo ese colectivo de alumnos”. “El trabajo en equipo y las ganas de aprender para poder dar a nuestros alumnos y alumnas una enseñanza de calidad”. “El trabajo realizado para que a todos los niños les llegue el trabajo a casa, incluido el equipo directivo”. “Faltan recursos tecnológicos para esta buena gente”.

Adaptación al medio

En segundo lugar, quiero destacar la adaptación al medio tecnológico poniendo todo de nuestra parte: medios personales, jornadas interminables entre atención al alumnado, organización y planificación, coordinación…

“Ahí estamos: trabajando y en contacto con el alumnado. Dependiendo de los conocimientos informáticos de cada docente, se están utilizando todas las herramientas online a nuestro alcance. Unos mejor que otros, cada profe en función de sus capacidades informáticas… pero en contacto entre nosotros, a través de videoconferencias se mantienen reuniones de CCP, de equipos docentes

y de departamento. Incluso una reunión informática con 60 participantes para dar información al alumnado de distancia sobre sus exámenes”.

“Jornadas interminables para atender individualmente a los alumnos y a padres a pesar de no ser tutora, mucho tiempo dedicado a aprender nuevos programas para videoclases, dificultades para usar Raíces al ser muy poco intuitivo en algunas herramientas”.

“Hemos enviado regularmente las tareas por correo electrónico, hemos recibido las fotos de las tareas hechas y las hemos corregido. Hemos llamado desde nuestros teléfonos personales a las familias para interesarnos por su situación, para saber los problemas tecnológicos, para hacer seguimiento de cada uno de nuestros alumnos… Hemos mantenido reuniones de coordinación, evaluación, claustros por diversas videoplataformas… Revisado las programaciones… Hemos hecho jornadas muy largas, mucho más largas que nuestra jornada laboral, y no se han tenido en cuenta las situaciones personales o familiares de nadie, había que trabajar”.

Trabajo en equipo

En tercer lugar, quiero destacar el trabajo en equipo y la cooperación, otro elemento recurrente en las respuestas.

“Desde un principio hemos funcionado como una familia. Hemos hecho un grupo de WhatsApp y nos ayudamos en cuanto a programas informáticos, datos de alumnos, posibles ayudas… Te sientes lejos de la Administración, pero cerca de tus compañeros”.

“Buen ambiente entre compañeros, un equipo directivo flexible y cooperador. Un centro grande y con alumnado difícil, pero muy bien organizado”

“El equipo directivo lo coordina todo eficazmente ayudando al profesorado en su labor diaria. Hay mucha colaboración y complicidad entre el profesorado.”

“El sentimiento de cercanía y apoyo por parte de mis compañeros y también el alto grado de implicación de las familias y el reconocimiento por parte de éstas hacia nuestra labor”.

Meses extraños

No están todas las respuestas recibidas, pero sirva esta muestra para conocer cómo estamos viviendo los docentes de la escuela pública de Villaverde estos extraños meses. Yo misma lo vivo todos los días, y al leer las respuestas he comprendido que mi experiencia es compartida.

Los primeros días fueron de locura con jornadas interminables para organizarnos, asimilar la nueva situación, pasar de la mañana a la noche de presencial a online, la incertidumbre y el miedo a no saber cómo actuar o qué decisiones tomar para contactar con nuestro alumnado.

Contábamos con una plataforma, Educamadrid, sin capacidad para soportar la carga de la teledocencia, una Administración que daba por hecho que poseíamos en nuestros domicilios los medios tecnológicos necesarios y que en todos los centros funcionaban aulas virtuales, las cuentas de correo de Educamadrid de los alumnos… y que las familias sabían acceder a Robles o teníamos sus datos en nuestras aplicaciones. Y no era ésa la realidad en muchas escuelas públicas de Madrid, y especialmente en barrios como el nuestro.

Como muchos de mis compañeros, puse a disposición del alumnado cuenta de correo personal o creada ad hoc, ya que la de Educamadrid no funcionaba correctamente; realicé llamadas desde mi teléfono personal; aprendí a usar plataformas de videoconferencia. Y sobre todo, me sentía una privilegiada por impartir una asignatura cursada por pocos alumnos, Latín.

Me ponía en la piel de mis compañeros y compañeras de otras especialidades que suman más de 100 alumnos; descubrí que algunos tienen hasta 260, y no podía dar crédito a las declaraciones del consejero de Educación cuando decía que no era necesario cubrir las bajas por enfermedad porque otros compañeros podían asumir la carga docente al no ser presencial.

Sentí que los y las docentes no éramos personas, sino máquinas capaces de atender individualmente a 100 o 200 alumnos y que debíamos carecer de familia o vida personal. Como transmiten las respuestas recibidas, hemos podido salir adelante y seguir cumpliendo con nuestro alumnado gracias a las redes creadas entre nosotros para cooperar, colaborar, compartir conocimientos y materiales, intercambiar datos de alumnos… Como me decía una compañera en su respuesta: “en mi colegio se respira humanidad y compañerismo”.

¡Qué lejano parece el 10 de marzo! Nuestra obligación ahora es cerrar el curso con la esperanza de que se tomen las medidas necesarias para no llegar a septiembre con la sensación “de que no hay plan para trabajar en educación con la Covid-19 y existe una descoordinación que tiene en alerta a toda la comunidad educativa”.

Todo plan o medida para el curso próximo pasa por una premisa necesaria e imprescindible, mayor dotación presupuestaria en recursos económicos y humanos para garantizar la prevención y la seguridad de alumnado y personal docente y no docente y partidas económicas e inversión en tecnología (vía préstamos desde los centros y/o instituciones) para garantizar los medios necesarios con el fin de que nuestro alumnado más desfavorecido socioeconómicamente no se quede atrás.

La Consejería de Educación debe cuidar la escuela pública y no seguir haciendo dejación de sus funciones pensando que su profesorado puede suplirlas a costa de esfuerzo personal.

Como cierre, una frase definitoria de la docencia en Villaverde: “Impresionante inmersión en la sociedad multicultural del futuro”. En este mundo cambiante, la escuela pública de Villaverde es la mejor preparación.

Por último, quiero desde estas páginas agradecer a mis compañeros y compañeras del departamento de Lengua (Francés y Latín) del IES Celestino Mutis todo su cariño y colaboración: gracias “por ser como sois y estar siempre”.

Almudena García Mayordomo, Profesora y miembro del consejo escolar del Instituto Celestino Mutis. Delegada sindical de CC OO. Presidenta de la Junta de Personal Docente Madrid Capital

Sanidad pública cien por cien, universal y de calidad

La crisis derivada de la COVID-19 ha puesto de manifiesto las carencias de la sanidad pública madrileña, asediada y castigada por una serie de recortes paulatinos y constantes durante los últimos años.

La falta de recursos o la derivación de los mismos hacia la sanidad de titularidad privada ha provocado deficiencias significativas en la atención durante la pandemia debido principalmente al desborde de los hospitales y centros de Atención Primaria.

Estos “ajustes” en forma de recortes hacia nuestra sanidad y sus profesionales forman parte de las decisiones políticas impulsadas en las últimas legislaturas por el Gobierno de la Comunidad de Madrid liderado por el Partido Popular, y tienen especial impacto en un distrito como el de Villaverde, que no solo está afectado por dichos recortes, sino por la falta de recursos en algunos de nuestros barrios.  

La situación en la Atención Primaria en nuestros centros de salud se ha degradado de forma notoria durante la última década, empeorando la calidad del servicio para nuestros vecinos  y vecinas, generando tiempos de espera excesivos y situaciones poco agradables para el personal sanitario. 

En nuestro distrito además, la falta de centros de salud en algunos barrios como en Butarque, que se lleva exigiendo años, saturan el resto: por la proximidad lo asume el Centro de Salud de Los Rosales. La población aumenta y los equipamientos y personal sanitario disminuyen. No cuadran las cuentas. 

El aumento de las listas de espera es inasumible. No podemos esperar seis meses o más, en la mayoría de las ocasiones, para la realización de cualquier prueba diagnóstica, radiografía, ecografía, etc.

Además, se dan casos en los que dichas pruebas son derivadas hacia clínicas privadas. Si añadimos el intento por parte de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de imponer recortes horarios en Atención Primaria, seguimos sumando ineficacia y mala atención. 

Este compendio de dificultades y carencias se hacen extensibles al hospital de referencia de Villaverde, el 12 de Octubre, el cual también ha sido objeto de recortes tanto de personal como de recursos, dificultando las labores de atención de sus trabajadores y trabajadoras,  

La inversión de Sanidad Pública no solo es necesaria, es muy urgente.

Hay que dotar a los centros de Atención Primaria de personal sanitario suficiente y de recursos materiales (equipos de protección) para poder dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos. No solo hay COVID, hay otras muchas patologías que no se están atendiendo y en algunos casos los retrasos pueden tener graves consecuencias.

Los ciudadanos hemos sido responsables y hemos entendido las prioridades que ha provocado el coronavirus y hemos procurado no acudir a los centros de salud porque además su personal había sido derivado a otros centros. 

Otro tema que preocupa a las asociaciones vecinales del distrito de Villaverde, y que es consecuencia directa de la crisis por la que estamos pasando, son todos los problemas de índole social que están surgiendo y que continuarán cuando finalice el estado de alarma y la desescalada.

Buena parte del tejido vecinal del Distrito está volcado en la organización de redes de apoyo vecinal. Estas redes funcionan como espacios de solidaridad entre la vecindad de Villaverde que, a través de un voluntariado activo adherido en muchos casos a las asociaciones vecinales, sostienen a centenares de familias golpeadas por la crisis en nuestros barrios.

Una función que suple las carencias, en algunos casos, de unos servicios sociales desbordados por la demanda y que también pasan por una situación de falta de recursos por parte de la Administración, en este caso municipal y dependiente de la Junta de Distrito dirigida por Ciudadanos.  

La situación de recortes, degradación y privatización de la sanidad pública madrileña, así como de otros ejes como los servicios sociales, es un problema que nos afecta a todos y todas.  

Poniendo en valor y agradeciéndoles de manera muy, muy especial a los trabajadores y trabajadoras sanitarios la función y la labor tanto profesional como humana que han realizado durante estos dos meses y siguen realizando, cuentan con todo nuestro apoyo y nuestros aplausos; exigimos para la sanidad pública más recursos, mejores condiciones laborales, contrataciones, dotación de EPIs para el personal y mejorar los servicios sociales que son necesarios pero que empezarán a ser imprescindibles cuando los voluntarios y voluntarias tengan que volver a la “normalidad”. 

A.V. LA UNIDAD DE SAN CRISTÓBAL / A.V. LA UNIDAD DE VILLAVERDE ESTE / AVIB / A.V. LA INCOLORA / RED VECINAL VILLAVERDE ALTO