Inicio Blog Página 330

La Casa de las Siete Chimeneas

La Casa de las Siete Chimeneas está ubicada en el barrio de Chueca: en la plaza del Rey, esquina a la calle de las Infantas, a pocos pasos de la Gran Vía

Destacan siete chimeneas cilíndricas dispuestas en línea, del mismo color del ladrillo rojo que la fachada. Pero en el siglo XVI era una casa de campo rodeada de huertas y jardines en el límite de la ciudad.

Fue proyectada y construida entre 1574 y 1577 por el arquitecto Antonio Sillero. Se dice que las siete chimeneas representan los siete pecados capitales o que la casa sirvió de reclusión a una hija ilegítima de Felipe II y que todavía habita allí su espíritu.

Este edificio se construyó para servir de morada a la hija de un montero de Felipe II, de quien se dice que fue amante en secreto. La joven se llamaba Elena y poseía una extraordinaria belleza que cautivó al hijo de Carlos I cuando aún era príncipe. El caso es que la joven Elena Osorio, que carecía de nobleza, se casó con un capitán del Ejército del Rey llamado Zapata. Poco después del enlace tuvo que partir a la guerra en Flandes contra las tropas francesas, donde participó en la famosa batalla de San Quintín, el 10 de agosto de 1557, el día de la festividad de San Lorenzo. El capitán murió en combate y la joven viuda quedó desolada por la tristeza. Finalmente murió de pena, pero algunos afirmaron que antes del fatal desenlace dio a luz a una niña de la que no se supo nada.

El asunto se complicó cuando los sirvientes afirmaron que en realidad Elena no había muerto de pena, sino asesinada, porque habían descubierto en su cuerpo varias marcas de cuchillos. Por eso empezaron a circular rumores que relacionaban la muerte de la joven con el rey, que había sido su amante y tal vez trataba de ocultar una relación de la que había nacido una supuesta hija por evitar futuros problemas sucesorios. Pero a quien se acusó formalmente del crimen fue al padre de Elena, quien fue interrogado. Poco después, su cuerpo sin vida apareció colgando de una cuerda sujeta a las vigas de la Casa de las Siete Chimeneas.

Las autoridades ordenaron entonces investigar más a fondo la muerte de Elena, pero el cadáver ya había desaparecido. A finales del siglo XIX se realizaron obras para adecuar el edificio para una entidad bancaria y los albañiles encontraron el cadáver perteneciente a una mujer con monedas de la época de Felipe II. Cuando la casa se vende al Ministerio de Cultura y se acometen otras obras, aparece un segundo cadáver, esta vez de un hombre. Cuerpos que según la leyenda corresponderían a los cadáveres de Elena Osorio y su padre.

En el siglo XVIII la casa fue ocupada por el marqués de Esquilache, ministro de Carlos III, contra quien el pueblo madrileño se amotinó en 1766. Fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1948 y otra vez reformada en 1957 por los arquitectos Fernando Chueca Goitia y José Antonio Domínguez Salazar. Y en 1995 es declarada Bien de Interés Cultural.

NARCISO CASAS

EL SILENCIO DEL MÁRMOL

         Jamás encontraremos esa hermosa tierra del “podía haber sido así” …

Ya siempre es de noche cuando salimos a caminar por la mañana temprano. Muere el verano y la luz tarda más en resucitar.

“A menos diez para las siete” estoy clavado en la esquina de la ortopedia, de donde parece que no me haya ido nunca. Veo a James acercarse poco a poco con su particular manera de andar, a cada paso se le quiebra el cuerpo mientras sus anchos pantalones resoplan para tomar aire. Nuestras siluetas grises se mueven en el claroscuro de la madrugada con las manos entreabiertas para sentir el tacto de las cosas. Nos abrimos paso a golpes de palabras. Nos esperamos, él con su Dios, yo con el mío, que, al fin y al cabo, es el mismo. Tenemos un contrato de mutua tristeza e impenetrable oscuridad.

  • ¡Mijo! ¿Cómo vamos? ¿Qué tal pasó la noche? ¿Y Esme cómo está? ¿Qué dice María? ¿Y el pequeño Samuel? ¿Y la pequeña Fani? —Me pregunta, antes de nada.

Entonces, cuando lo tengo a la distancia de una mano extendida hacia una estrella, le miro y asiento con un gesto. En sus ojos, turbios de preocupación por no saber su destino, percibo una luz que tiembla. Jorge le ha encargado que haga de maletero, Juan Carlos le ha pedido que sea su testigo en una audiencia en el juzgado y el Sr Obispo sólo le dice que le espera “con cariño”, lo cual puede significar que los malos tiempos están a punto de llamar a su puerta.

  • No quiero ser más de lo que soy, ojalá todo pudiera continuar igual que siempre —musita para dentro de sí mismo, y parece que le cueste trabajo la vida.

Durante veinte pasos se evade del mundo, luego regresa con la cara y la ropa impregnadas de polvo de estrellas. Es la risa celestial, de la que hay que desconfiar, porque hasta la sombra sonríe, pero la sombra desaparece cuando es de noche.

Y mientras andamos, manchamos la noche y el cemento con preocupaciones humanas y también divinas. Cultura y cine, siempre cine. Y hablamos del dolor, de ese dolor diario, intenso, como el de un río en continuo movimiento dentro de uno.

Las calles parecen más grandes de noche, el cielo no tiene puertas. Un puñado de nubes blancas, limpias, elevándose por encima de los bloques, zigzaguean medrosas alejándose.

Llevamos ya un cuartillo de camino y no conseguimos desprendernos de esta noche que estruja nuestros miedos. La oscuridad repta inagotable hasta nosotros, encubriendo nuestros cuerpos chinescos. Sólo la pálida luz amarillenta de alguna farola perdida nos delata. Parecemos dos títeres que se arrastran y cuentan cosas entre espasmos. Despachamos frases tan densas como el negro azar que quedan suspendidas sobre las ramas de los árboles, llenas de esperanza.

Seguimos caminando porque no sabemos ni podemos parar. A pesar de que hemos hecho muchas veces el mismo recorrido, James se desvía, su subconsciente le empuja hacia cerros lejanos, inexplorados, sus pies quieren encaminarse hacia el cielo. Ambos sabemos que la casualidad no existe, así que, sin dejar de hablarle de todo el cine del mundo, le señalo “por aquí” para ritualizar los pasos de ambos volviendo a orientar nuestros cuerpos por la senda que marcan las pisadas de días pretéritos. Retomamos de nuevo los fotogramas de nuestra vida, peliculeamos viejas historias y asentimos de vez en vez al recordar una buena escena. Al llegar a la mitad del kilómetro y medio parecemos ridículas marionetas sentimentales de caras borrosas que hubieran cobrado vida durante un trecho y se anticiparan a la eterna sensación de que algo va a quedarse en el tintero de los ojos por escribir.

Caminamos otro trecho en silencio hablando con silencios que son silencios de mármol como el mármol del cementerio. Los cementerios son los lugares donde más se habla, con los padres, con los abuelos, todos nuestros ancestros nos hablan allí e incluso esos seres solitarios unas tumbas más allá, necesitan ser escuchados. Siempre se escapa una oración, también por ellos. El cielo es más puro en esos espacios. El aire que no podemos ver nos mantiene allí irremediablemente en comunión con todos los seres. Y así es como todos permanecemos unidos con lazos invisibles, vivientes y ya muertos. No podemos desprendernos del conjunto, pero sí podemos olvidar que formamos parte de él y de ese modo convertirnos en personas que han perdido la senda.

Ya hemos andado casi mil metros y en las hileras de baldosas agrietadas, mal alineadas en maltrechas aceras, está esperándonos la senda. Un perro encogido, casi gimiendo, cruza la calle oscura. Nadie le espera. Nosotros acortamos nuestro paso sin dejar de avanzar. Atropellamos las palabras y expresamos en voz alta nuestro deseo de seguir hasta la línea del horizonte, como niños, pidiendo algo imposible de conseguir: tiempo. Deseamos soltar el peso que llevamos dentro del corazón, recogido por este mismo camino en mil días diferentes. Y, tal vez, si fuéramos valientes, pasar al otro lado donde nadie nos conoce y visitar lugares distantes, en cuyos cielos duermen de noche las nubes

Casi llegando, las débiles luces de las escasas farolas se debilitan hasta apagarse con la primera claridad del día. Nosotros, con la cabeza gacha y el cuerpo de trapo, unimos nuestras fuerzas y nos ponemos a escarbar nuestras almas en una comunión de silencio. Rumiamos la búsqueda de la esencia que pudiera definir el momento, pero, como no sabemos, solamente rumiamos. Los bloques de casas viejas, nos escoltan todo el trayecto igual que centinelas de noche.

Los últimos días hemos aprendido a desviarnos por una calle ancha que da a la principal, enfrente de San Mateo, atraídos por el fuerte olor a churros. Las irradiaciones del calor de la cocina nos reconfortan. La polaca nos espera con los brazos en jarras ocupando casi todo el mostrador en una demostración de fuerza ―Estos son mis dominios —parece decir. Y no está gorda, no, es que su cuerpo, todo músculo, parece el de una levantadora de pesas. Sin embargo, por sus ojos, brillantes como el aceite limpio, huye la noche. Nada más vernos ríe feliz, nos saluda en su polaco-español y, con asombrosa rapidez, coge dos bolsas de papel para ponernos seis más tres churros con forma de lazo. Nos despide con un gesto muy saludable.

― Me he hecho adicto a los churritos —musita James al despedimos de la polaca sin nombre. Ambos prometemos preguntárselo en otra ocasión.

El camino se acaba y, aun así, qué lejos queda todavía Manizales sabiendo que está aquí a mi lado, un poco más abajo de mi hombro izquierdo. Despedimos las sombras y viramos nuestros cuerpos como mazorcas maduras de maíz al viento, vamos dejando atrás los edificios viejos y sorteamos más viejos edificios y aceras invadidas de coches con ojos de faros aprensivos por nuestra presencia.

La mañana está aclarando, ya se ve a lo lejos el quiosco de prensa como un salpicón de luz en medio del cemento. Mucho antes de llegar, escuchamos los resoplidos de José Luis en su lucha contra los periódicos del día practicando el arte de colocar la prensa y las revistas. Gruñe a los papeles y los papeles le gruñen a él en una pacífica enemistad declarada.

Nos quedan cien metros para finalizar los mil quinientos. A la izquierda volvemos a ver la esquina pintada de amarillo de la Ortopedia. No se ha movido, como tampoco lo ha hecho la luz blanca de la Parroquia de San Camilo de Lelis, a la derecha, con su entrada semejante a la de una mansión colonial española en Cuba, cuya gran cruz en lo alto refuerza la fe del que pasa. Bienaventurados los que no tienen voz…

Una mancha cubre la Colonia de San Nicolás. Detrás de sus casas destartaladas no existe ningún horizonte visible. Los árboles moribundos que nacieron aquí se comban agónicos sobre los cables negros que cruzan de un lado a otro de sus calles, en algún momento de sus vidas vegetales la naturaleza de este olvidado lugar se dejó vencer por el cemento y la contaminación. El abandono de políticos y gobernantes alcanza tal magnitud que la suciedad ya parece connatural paisaje.

Volvemos a pararnos sin dejar de hablar. Medimos el tiempo en gestos como si el tiempo fuera nuestro, sin darnos cuenta de que el tiempo sólo se detiene en el mármol. Nada expresa mejor que el mármol el lenguaje de la voz queda y del susurro, la necesidad de comunicarse de los ausentes. Andamos como dormidos, a pasitos cortos, desasosegados porque ya hemos llegado al final sin conocer el principio de nuestras vidas. Nos separan siete horas entre el hola y el adiós, entre los dos movilizamos todo un océano de mañanas que aún no existen.

Felipe Iglesias Serrano

Las asociaciones vecinales de Villaverde, Usera, Vallecas y Carabanchel se alzan contra la propuesta de confinamientos selectivos

Rechazo rotundo de las asociaciones vecinales de Carabanchel, Villaverde, Usera, Puente y Villa de Vallecas a la propuesta de confinamiento selectivo de sus barrios para atajar el avance de la Covid-19

Una treintena de estos colectivos, junto a la FRAVM hacen público el “Manifiesto por la dignidad del Sur ante la segunda oleada”, un contundente escrito que repasa buena parte de los problemas endémicos y el abandono de la Administración que padecen desde hace décadas estos distritos y sirve para plantar cara a la “estigmatización, la exclusión y la discriminación territorial”.

“Para los gobiernos somos la mano de obra barata de esta “ciudad global”, somos el lugar donde se ubica todo lo que la ciudad necesita pero le molesta (depuradoras, incineradoras, industria contaminante desde hace décadas…), somos a quienes confinar cuando las cosas no van bien. Pero nos hemos cansado de aguantar. Somos barrios eternamente olvidados y por eso nos oponemos a estas medidas, llamamos a nuestros vecinos y vecinas a reclamar la Dignidad del Sur, sin nosotros/as no habría cuidados, ni calles y espacios limpios, ni comida a domicilio, ni agua depurada… porque “nuestro modo de vida” es el modo de vida mayoritario al que nos condenan por falta de inversión, no el que elegimos”, puede leerse en el comunicado.

“Cuando se cumplan las ratios escolares -continúa-, cuando se conozca la ratio médico/paciente y funcionen nuestros centros de salud, cuando se contraten a los rastreadores necesarios, cuando usar el transporte público no implique hacinamiento, cuando el contrato de limpieza de nuestras calles valga lo mismo que el de los barrios ricos, cuando se haga PCR a toda la ciudad…. entonces, solo entonces, si nada ha cambiado, nos confinaremos.

Se necesita un Plan de Desarrollo del Sur, un nuevo Plan de Inversiones que reduzca la brecha social de nuestra ciudad, de nuestra región. Ese será el único camino que el Sur admitirá para frenar los contagios”, aseguran los colectivos vecinales en un manifiesto que reproducimos de forma íntegra a continuación.

Manifiesto por la Dignidad del Sur ante la segunda oleada

Desde las asociaciones vecinales del Sur de la ciudad de Madrid queremos manifestar nuestro más firme rechazo a las políticas clasistas y racistas que el gobierno de la Comunidad de Madrid está desarrollando durante esta segunda oleada de COVID-19 enfocadas a la discriminación de los vecinos y vecinas del Sur.

En lugar de proteger, cuidar y prevenir que la población más vulnerable de nuestra ciudad sufra como está sufriendo las mayores tasas de contagios, han optado por la estigmatización, la exclusión y la discriminación territorial.

Se ha optado igualmente por la política del miedo, por culpar a “los comportamientos individuales”, como si nuestros barrios fueran los únicos donde se incumplen ocasionalmente las normas, o como si no hubiéramos visto comportamientos inadecuados promovidos y alentados por las propias administraciones, como corridas de toros superando aforos, manifestaciones en barrios con alto poder adquisitivo en pleno estado de alarma, concentraciones negacionistas sin medidas de seguridad, terrazas y locales llenos de gente….

Han decidido que aquellas personas que no pueden permitirse un vehículo privado para trabajar, aquellas que por sus empleos precarios y/o en sectores como la limpieza, la hostelería o el comercio, de cara al público, aquellas que no pueden pagarse un piso (por no hablar de apartamentos de lujo para la cuarentena) para su familia porque ni siquiera pueden pagar el alquiler de una habitación… todas ellas, deben asumir que serán contagiadas y que además serán confinadas “por su culpa”.

A estos vecinos y vecinas nos gustaría saber:

Si es posible hacer PCR selectivos en este caso en barrios con otras características sociodemográficas, o acaso se buscaba una profecía autocumplida haciendo PCR selectivos en los barrios desfavorecidos de gente trabajadora.

Nos gustaría saber por qué no se han creado puntos COVID para no saturar nuestros centros de salud, por qué no se cumplen los rastreos, por qué los resultados de los PCR tardan siete días en darse, por qué no hay seguimiento médico de los pacientes en cuarentena, por qué no hay sanciones a quienes incumplen las normas de protección y prevención…

Tenemos muchas más preguntas, como por qué no se intensifica la ayuda social, ya que nuestros vecinos tardan meses en conseguir una ayuda (que a veces ni siquiera permite cubrir sus necesidades básicas en una situación no solo de emergencia social sino sanitaria).

El virus ha servido de excusa para sembrar el odio y el miedo entre nuestros vecinos/as. Se ha optado por señalar al eslabón más débil de la cadena… en lugar de hablar de lo que realmente es importante para el sur:

¿Dónde está el Centro de Salud de Butarque que se lleva una década pidiendo para evitar la absoluta masificación del Centro de Los Rosales?

¿Cómo van a desdoblar aulas si construyen aparcamientos en las parcelas destinadas a dotaciones educativas?

¿Y no necesitaríamos más recursos para paliar la vulnerabilidad social existente desde que se constituyó esta ciudad o es casualidad que los distritos cuyos indicadores relativos de esperanza de vida, nivel de estudios, renta media del hogar, tasa de paro, valor catastral de las viviendas, tasa de demanda de dependiente… sean los que se decide confinar?

¿Cuántas de las 200 medidas de las que en 2016 presentaron las asociaciones de Villaverde necesarias para la igualar el territorio y las posibilidades de nuestra vecindad se han llevado a cabo?

¿Se han planteado que distritos como Usera y Villaverde no pueden compartir una comisaría? Quizás con más recursos en seguridad, medicación y prevención para la mejora de la convivencia, habría menos impunidad.

¿Cómo vamos a proteger a los niños y niñas en Usera, en el Centro de Salud Joaquín Rodrigo, no tenemos pediatras?

Entre otras muchas preguntas, innumerables.

Para estos gobiernos somos la mano de obra barata de esta “ciudad global”, somos el lugar donde se ubica todo lo que la ciudad necesita pero le molesta (depuradoras, incineradoras, industria contaminante desde hace décadas…), somos a quienes confinar cuando las cosas no van bien. Pero nos hemos cansado de aguantar.

Somos barrios eternamente olvidados y por eso nos oponemos a estas medidas, llamamos a nuestros vecinos y vecinas a reclamar la Dignidad del Sur, sin nosotros/as no habría cuidados, ni calles y espacios limpios, ni comida a domicilio, ni agua depurada… porque “nuestro modo de vida” es el modo de vida mayoritario al que nos condenan por falta de inversión, no el que elegimos.

Firmantes:

AV La Unidad de Villaverde Este
AV Los Rosales
Asociación del Comercio de Villaverde
AV Los Hogares
AV La Unidad de San Cristóbal
AVIB
AMIFIVI
AV La Incolora
AC Gente de Villaverde
AV Barriada San Fermín
AV La Mancha
AV Almendrales
AV Orcasitas
AV Cornisa
AV Orcasur
AV Zofio
AV Barrio Moscardó
Asamblea Vecinal de Perales del Río-Getafe
AV Doña Carlota Numancia
AV Palomeras Bajas
AV El Pozo
AV La Viña
AV Kasko Viejo de Vallecas
AV Puente de Valllecas-San Diego
AV Norte Albufera
AV La Paz de Entrevías
AV Nuevas Palomeras
Coordinadora de Asociaciones Vecinales de Carabanchel
AV Carabanchel Alto
AV PAU del Ensanche de Vallecas
AV La Unión UVA de Vallecas
FRAVM

Carta a la ‘insolidaridad’

III Encuentro Comunitario de San Cristóbal de los Ángeles

Soy vecina de San Cristóbal de los Ángeles desde hace 25 años. Vivo en un barrio del sur de Madrid que me gusta mucho y que no pienso abandonar pese al empeño que ponen políticos, medios de comunicación, vecinos y vecinas del barrio y de otros barrios colindantes.

Mi día a día en el barrio no coincide con el que describen tanto unos como otros. ¿Cómo se puede hablar de “ciudad sin ley”, de foco de drogas y robos, de inseguridad, de miedo…? Las personas que usan esos calificativos no conocen el día a día de nuestro barrio.

El barrio donde yo vivo es un barrio diverso, solidario como pocos, ocupado y preocupado por las situaciones que se crean por la falta de acción de las instituciones ante las reivindicaciones, peticiones, denuncias, solicitudes, exigencias, etc., de los vecinos y vecinas, la mayoría de las veces a través de la asociación vecinal.

La mayoría de los casi 16.000 habitantes del barrio somos gente obrera, en paro, con trabajos precarios temporales y mal pagados y por supuesto con falta de acceso a vivienda social para nuestros jóvenes, que no pueden independizarse aún teniendo trabajo por no poder pagar los alquileres. Todas esas carencias están, pero… ¿solo en San Cristóbal de los Ángeles? ¿No os habréis confundido de responsable? Al tachar al barrio de foco de droga y de inseguridad.

A todas esas personas que denuestan nuestro barrio, sin saber a qué intereses responden, les animo a compartir el día a día de nuestra gente. Por ejemplo, los tres meses largos de reparto de comida para las personas que se quedaron sin nada durante la pandemia, el reparto de productos de comida, higiene y limpieza que se sigue realizando, la recogida y reparto de ropa infantil de 0 a 12 años que está llevando a cabo la asociación vecinal, etc., por la colaboración voluntaria y altruista de estos habitantes tan “delincuentes” a los que os referís.

¿Que tenemos problemas derivados de la venta y el tráfico de drogas, de la okupación ilegal de viviendas, casi todas de propiedad bancaria? Claro que sí. ¿En qué barrio de Madrid no existen estos mismos problemas? La diferencia está en las actuaciones políticas, judiciales, policiales, etc. En “otros barrios” se lo tomarán más en serio y se actuará de manera más contundente, ¿por la renta? ¿Por opciones políticas? ¿Por motivos electorales? ¿Por presupuesto por vecino? ¿Por falta de inversiones? ¿Por…? Por lo que ustedes quieran; cuando las actuaciones no dan soluciones definitivas, solo se consigue trasladar el problema a otro lugar.

A los vecinos y vecinas insolidarios que acusan a San Cristóbal y sus gentes de foco de droga y ciudad sin ley, les haré solo una pregunta. ¿En vuestros barrios no hay “delincuentes” (presuntos)? ¿No hay puntos de venta de droga? ¿No hay okupaciones mafiosas?

Solo recordaros que el mayor punto de venta que nos ocupa ahora en San Cristóbal no es de San Cristóbal, geográficamente hablando pertenece a otro barrio, pero por supuesto que nos “da de lleno” por la proximidad de la salida de la estación del metro, aunque no por ello hemos pedido que se corten los accesos de comunicación con el resto de nuestros vecinos y vecinas; es más, nos unimos a ellos y ellas cuando se trata de reivindicar la dotación de servicios inexistentes en sus barrios, centros de salud, institutos y demás servicios sociales que creemos imprescindibles para que los barrios del sur, en este caso, sean lugares dignos para vivir.

Con la construcción de la pasarela peatonal que unirá Butarque con San Cristóbal de los Ángeles no se incrementará la inseguridad, de la que ya disfrutáis, como el resto de barrios del Distrito, unos en mayor medida que otros, pues no es patrimonio solo de San Cristóbal; se abre una vía de comunicación y accesibilidad para las personas que viven en Butarque y que hasta ahora han estado accediendo a la estación de RENFE Cercanías en condiciones peligrosas e inaccesibles, personas mayores y menores, que yo que soy usuaria habitual del tren, en periodo invernal no sé cómo han podido hacerlo, a oscuras por senderos irregulares y saltando vallas, con menores, con bebés en carritos, etc. Esa situación sí es de inseguridad.

Os pediría que antes de dar pábulo a algunas de las informaciones que llegan, preguntéis a quienes pueden tener información más directa y fidedigna y pusiéramos todos y todas en práctica la empatía, que en los tiempos que vivimos hemos olvidado: somos individuos, no colectivo.

Para mí la empatía es la única ideología que puede ser capaz de cambiar el mundo. Si partiéramos de premisas como éstas y las lleváramos a cabo, sería mucho más fácil cambiar las cosas y no culpabilizar a nadie: antes de hablar, escucha; antes de escribir, piensa; antes de herir, sufre; antes de rendirte, intenta; antes de morir, vive.

“La unidad hace la fuerza”; pues en lugar de echarnos en cara los problemas que no hemos creado ni unos ni otros, trabajemos juntos y juntas para conseguir que nuestros barrios, totalmente abandonados por las Administraciones, sean unos barrios con futuro, dignidad y buenos para vivir.

Clara de la Flor Arriba

‘Barreras’ para las personas con diversidad funcional en el acceso a ayudas

AMIFIVI-logo

El principio básico en el que tenemos que apoyarnos es que los poderes públicos como garantes de la igualdad efectiva de los derechos de los ciudadanos, fundamentalmente en el ejercicio de los mismos ante las propias Administraciones públicas, han de ser los primeros que contribuyan a incorporar y facilitar entornos y prácticas accesibles en sus relaciones con la ciudadanía, y especialmente con las personas con discapacidad.

Muchas veces las personas con diversidad funcional encontramos verdaderas barreras en nuestra relación con la Administración que nos hacen desistir de cualquier beneficio al que podamos optar para nuestra accesibilidad y mejora de calidad de vida. Pocos llegan hasta el final.

En los momentos que estamos pasando nos ponen límites para la presentación de solicitudes. La Administración está bloqueada, y el poder presentar los documentos se hace bastante cuesta arriba.

Sabemos que estamos en el siglo XXI y todo está comunicado, creemos que la Administración sabe perfectamente todos nuestros datos, y nos hacen realizar trayectos innecesarios para muchos de nosotros que tenemos verdaderas dificultades de movilidad.

Para la presentación telemática no todas las personas tienen las mismas condiciones de acceso, y además las fechas que tenemos para presentar la documentación en meses de casi inactividad (agosto)… Son muchas las dificultades: da la impresión de que no se tiene el suficiente interés en que estas ayudas sean realizadas. Es un despropósito.

Muchas son las leyes que reflejan que la Administración tiene que facilitar estos trámites, sobre todo a personas con discapacidad… La Disposición Final Quinta de la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de Igualdad de Oportunidades, No Discriminación y Accesibilidad Universal de las Personas con Discapacidad; artículo 4 de la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado (BOE 15/04/1997). En cumplimiento de esta previsión se dictó el Real Decreto 366/2007, de 16 de marzo.

En la Orden PRE/446/2008, de 20 de febrero, todas las especificaciones de la misma serán de aplicación en todas las oficinas de atención al ciudadano, en los servicios de atención al ciudadano, los impresos y cualesquiera otros medios comprendidos en el ámbito de aplicación del Real Decreto 336/2007.

Muchos son los artículos que reflejan las condiciones de accesibilidad y no discriminación de las personas con discapacidad en sus relaciones con la Administración General del Estado. Quiero dar una importancia relevante al art. 7 de la orden: se debe promover la integración de los servicios de atención, implementando el sistema de “ventanilla única de servicios”, para evitar desplazamientos y facilitar las gestiones administrativas.

Las especificaciones y características técnicas de las condiciones y criterios de accesibilidad y no discriminación de esta orden ministerial serán exigibles antes del 4 de diciembre de 2012 conforme a un calendario de adaptación gradual de las Oficinas de Atención al Ciudadano elaborado por la Secretaría General para la Administración Pública —que será objeto de actualización y seguimiento periódico—, de acuerdo con la previsión de la Disposición Transitoria Única del Real Decreto 366/2007, de 16 de marzo.

Dicho todo esto, reivindicamos la obligación de la Administración pública a facilitar en todo momento a las personas con diversidad funcional los trámites, y no podemos consentir cómo las personas más vulnerables y que necesitan más ayudas por su dependencia queden fuera del sistema por culpa del mal funcionamiento de la Administración, y el caso más importante es el “fomento de la autonomía personal y la promoción de la accesibilidad, a personas con discapacidad en situación de dificultad o vulnerabilidad social (2020), anunciado por la Comunidad de Madrid.

Esperemos que la Administración tome nota, dada la importancia de estas ayudas para conseguir más autonomía personal para todas las personas con diversidad funcional.

AMIFIVI (Asociación de Personas con Discapacidad del Distrito de Villaverde)

SOS: El desmantelamiento de la Atención Primaria madrileña

A pesar del papel fundamental de la Atención Primaria (AP) como eje vertebral de nuestra sanidad, Madrid es la Comunidad Autónoma que menos invierte en AP y la segunda que menos invierte en porcentaje del PIB

Según los datos aportados por la Estadística de Gasto Sanitario Público del Ministerio de Sanidad, la inversión en la Comunidad de Madrid fue de un 11.6% en 2018* frente a la media nacional de un 14,6%. Los recortes presupuestarios impuestos por los gobiernos del PP, y de C´s ahora, supusieron que en el estallido de la mayor crisis sanitaria, nuestros profesionales tuvieran que enfrentarla con plantillas reducidas, sin los recursos necesarios y las infraestructuras deterioradas.

Los Servicios de Urgencias en Atención Primaria (SUAP), cerrados desde el 22 de marzo, sin vistas a recuperar el servicio. 

El cierre de Centros de Salud en toda la comunidad por escasez de personal, reagrupando trabajadores y pacientes en centros de salud ya saturados.

En otros CS los horarios de atención cada vez más reducidos.

Unas plantillas muy recortadas para poder dar una atención sanitaria como requiere a población madrileña.

El personal se encuentra maltratado y sobrepasado, obligado a doblar, sin suplencias en vacaciones y enfrentándose a cantidades ingentes de trabajo que no hacen más que agravarse con la pandemia.

Falta de material, de recursos, de tiempo. 

Madrid, que desde hace semanas se erige de nuevo como epicentro de la pandemia, algo que ya ocurrió la primavera pasada, gestiona sus servicios públicos con el ojo puesto en el bolsillo.

Cuando llegó la pandemia y el trabajo de la AP era imprescindible para frenar la extensión del COVID-19, la Sra. Ayuso se centró en el hospital de IFEMA contra toda lógica, y así asistimos al colapso de nuestros hospitales (por la escasez de camas debido al cierre progresivo en los últimos años) y al mal trato que sufrieron las personas mayores en las residencias.

En la desescalada, la Sra. Ayuso prometió mejorar la salud pública, contratar rastreadores y fortalecer la AP. Nada de esto ha cumplido y la curva de contagios no ha parado de crecer exponencialmente en las últimas semanas.

Mientras la Atención Primaria se desgasta, el Gobierno de la Comunidad continúa con estrategia de privatización. 

Ante el inminente desastre y las brutales consecuencias que supondrá para los sectores más maltratados de la sociedad, en el MATS consideramos que la única manera de defender la sanidad 100% pública y universal pasa por la movilización conjunta de todo el personal sanitario y la ciudadanía.

Ante las políticas de austeridad y la pésima gestión de los gobiernos madrileños, es imprescindible la unidad para recuperar una Atención Primaria que pueda ofrecer una atención sanitaria de calidad.

La población madrileña no se merece que la dejen sin profesionales y cierren los centros de salud. La accesibilidad y continuidad asistencial es más necesaria que nunca, si se pretende tanto frenar la expansión de los contagios y atender al resto de patologías. Lo contrario será apostar por un exceso de mortalidad del que solo habrá un culpable: el gobierno de la CM.

Desde el MATS exigimos a la Sra. Ayuso la apertura inmediata de los Centros de Salud y los SUAP cerrados, con la contratación del personal necesario para proporcionar un servicio adecuado, y un refuerzo de la estructura de la salud pública.

Así mismo, es esencial la inmediata contratación de los rastreadores necesarios para poder hacer el seguimiento adecuado de los contagios, sin sobrecargar aún más un servicio llevado al borde de sus capacidades.

Fuente: Mats Sanidad

El marqués de Santa Cruz

Viví mis primeros 12 años en el casco histórico de Madrid, muy cerca de la Plaza Mayor, en la calle Concepción Jerónima. Dicha calle del barrio de los Austrias debe su nombre al convento, de monjas Concepcionistas Jerónimas, que existió allí desde el siglo XVI hasta 1890. Este convento fue fundado en 1504 por Beatriz Galindo, llamada “la Latina”, humanista que fue profesora de latín de Isabel la Católica. Hoy día el barrio de la Latina ocupa gran parte del Madrid de los Austrias.

De los 12 a los 17 años mi nuevo hogar estuvo ubicado en la parte alta de Lavapiés, en la plaza de Tirso de Molina, llamada “plaza del Progreso” en tiempos de la República. En ella tuvo su primer estudio de pintura Joaquín Sorolla y vivieron los hermanos Bécquer (Gustavo Adolfo y Valeriano) y Ramón María del Valle-Inclán. No he vuelto a vivir en aquella barriada, pero mis recuerdos de infancia, adolescencia y primera juventud están ligados a ese barrio: sus calles, sus plazas, sus iglesias, sus edificios históricos… pues acudí siempre que pude a visitar a mis familiares y seguí alternando con mis amigos de siempre. En esas calles nacieron y vivieron mis abuelos y mis padres, y fue en ese Madrid entrañable, pintoresco y castizo donde me forjé como persona y como escritor.

En la plaza del Humilladero tuvo mi abuelo Magín una taberna cuando aún funcionaban los tranvías. Fue en ella donde se conocieron mis padres, se enamoraron y terminaron casándose. Muy cerca de esa plaza está la de la Cebada (lugar donde durante el siglo XV se quemaba y torturaba a brujas y herejes, siendo desde 1790, por decreto, lugar de ejecuciones públicas), el Teatro de la Latina y las calles de los Irlandeses, de Toledo, de la Paloma y de Calatrava.

Volviendo al barrio madrileño de los Austrias, siempre llamó mi atención, paseando con mi abuelo José (abogado, periodista y maestro nacional) en la plaza de la Villa, además de la casa y torre de los Lujanes (siglo XV), considerado el edificio civil más antiguo de Madrid, el monumento hecho por Mariano Benlliure en 1891 a Álvaro de Bazán y Guzmán, I marqués de Santa Cruz, grande de España, caballero de la Orden de Santiago, capitán del Mar Océano, almirante de la Marina española.

Nació en Granada en 1526 y murió en Lisboa en 1588. Es el almirante, el marino, más laureado en la historia de España. Héroe de Lepanto. Conquistó islas, ciudades y apresó infinidad de barcos enemigos. Miguel de Cervantes y Lope de Vega, entre otros, le consideraban el padre de la soldadesca por el buen trato que brindaba a sus soldados. Con él, en tiempos de Felipe II, la Armada española era la más temida y respetada. Nunca fue derrotado. No perdió ni una sola batalla. Convenció a Felipe II de la invasión de Inglaterra armando una fabulosa flota, la Armada Invencible, en Lisboa, compuesta por más de 700 naves y 100.000 hombres. Trabajando en este ambicioso proyecto murió de tifus el 9 de febrero de 1588. Muchos historiadores aseguran que el fracaso, el desastre de la Armada Invencible, no hubiera tenido lugar de haber estado vivo y al frente de la invasión, algo que nunca sabremos a ciencia cierta y que tal vez hubiera evitado la muerte de miles de marinos y barcos naufragados en las costas británicas e irlandesas. Los que no murieron en el fragor de la batalla o ahogados, los que consiguieron llegar nadando a tierra firme, fueron degollados por los ingleses, militares y civiles. No hubo piedad para los sobrevivientes.

El marqués de Santa Cruz construyó dos palacios, uno en Valdepeñas, hoy día desaparecido, y otro en el Viso del Marqués (Ciudad Real), utilizado actualmente como Archivo General de la Marina. Una auténtica joya del Renacimiento español. “El marqués de Santa Cruz hizo un palacio en el Viso, porque pudo y porque quiso”.

Álvaro de Bazán ha sido, junto con Blas de Lezo Olavarrieta (Guipúzcoa 1689- Cartagena de Indias 1741), tuerto de un ojo, falto de una pierna e inmovilizado de un brazo por sus múltiples heridas de guerra, los únicos almirantes españoles que nunca fueron derrotados.

No olvidéis, queridos lectores, cuando paséis por la plaza de la Villa, leer los excelentes versos dedicados por Lope de Vega, el Fénix de los Ingenios, a este insigne marino español a los pies de su estatua: “El fiero turco en Lepanto, / en la Tercera el francés, / y en todo el mar el inglés, / tuvieron de verme espanto. / Rey servido y patria honrada / dirán mejor quién he sido / por la cruz de mi apellido / y con la cruz de mi espada”.

Fernando José Baró

Arrancan los clubs de lectura de la Comunidad de Madrid

Las nuevas plataformas de lectura social ofrecen espacios para leer en compañía, sin imperativos físicos. Son una alternativa a los tradicionales clubs presenciales que se desarrollan en los espacios de las bibliotecas

Desde septiembre de 2018 los clubs virtuales de lectura de la Comunidad de Madrid disponen de una nueva plataforma. Integrada en eBiblio Madrid, el servicio de préstamo digital a través de Internet, posibilita la lectura en línea de los textos seleccionados por los moderadores.

Se configura así, como una opción a añadir a las existentes, posibilitando el poder participar en chats o líneas de debate, acceder a material complementario en cualquier formato y contar con la asistencia constante de moderadores especializados.

Actualmente hay cinco salas virtuales de lectura, cuatro para adultos y una para jóvenes, Comando lector. En ellas podremos acomodarnos para conversar sobre libros y lecturas, para interpretarlas y profundizar en ellas, para disfrutarlas más y mejor…

SALA 1: BRÚJULA LITERARIA

Entrar en una buena librería es una de las experiencias más gratificantes que puede vivir un lector. ¿Qué será lo próximo que lea? ¿me gustará esta novela? Pero también puede ser abrumador, por lo que nunca está de más contar con una buena brújula literaria que marque las coordenadas de las próximas lecturas.Brújula literaria es por tanto ese espacio en el que orientarnos para descubrir lo más destacable de la narrativa contemporánea. Un cajón en el que cabe todo, siempre que se trate de literatura actual y de calidad contrastada.

SALA 2: SUI GENERIS

Este club presenta un acercamiento distinto a la literatura, una mirada insólita y sorprendente cargada de misterio y romanticismo. Un espacio alternativo alimentado por esos subgéneros literarios comúnmente llamados literatura de género, que nos sobrecogen y nos introducen en realidades paralelas como son la ciencia ficción, el terror, la fantasía, incluso la novela negra.
SALA 3: LOS SABEDORES

Nunca antes el mundo había cambiado tan rápido. Nunca antes el ser humano se había sentido tan desconcertado ante el futuro, tan inseguro en el presente. Nunca antes había sido tan necesario armarse de conocimiento para entender la realidad.Este es el punto de partida de Los sabedores, un club virtual de lectura centrado en ensayos que ofrece un lugar de encuentro para leer y debatir sobre los grandes retos del siglo XXI como son el papel de las nuevas tecnologías, las redes sociales, la globalización, la decadencia cultural de los nuevos tiempos o el despoblamiento rural.

SALA 4: COMANDO LECTOR

¡Atención! Se buscan agentes especiales de 13 a 16 años, apasionados de la lectura y con ganas de pertenecer a una sociedad secreta de libros. ¿Nuestro cometido? Leer, comentar, disfrutar. Descubrir lecturas y descubrir amigos. Conocer títulos, autores y personas, reírnos y emocionarnos, pasarlo bien.Comando lector es un club virtual de lectura moderado por el escritor Daniel Blanco que busca hacer de la lectura una experiencia única, divertida y comunitaria.

SALA 5: LA BUENA VIDA

Hay libros que procuran deleite a la vida. Libros solares, llenos de amigos, de encuentros gratos y viajes maravillosos. Decía Tolstoi que el fin del Arte es que amemos la vida en todas sus manifestaciones y que le gustaría que sus libros hicieran llorar y reír, hicieran que la gente se enamorase de la vida.
¿CÓMO PARTICIPAR?

Podrán participar en el Club Virtual de Lectura los usuarios de las bibliotecas y servicios de lectura pública ubicados en la Comunidad de Madrid.Si no dispones del carné de usuario, puedes solicitar el carné a través del Portal del Lector o dirigirte a la biblioteca de la Red de Bibliotecas de la Comunidad de Madrid más cercana.

Además, necesitarás una dirección de correo electrónico y una contraseña que puedes obtener a través de tu propia biblioteca.

Normas de participación:

1. Respetar las opiniones de los integrantes del club.

2. Mantener una actitud positiva, centrarse en el tema que se está debatiendo,  no emplear un lenguaje ofensivo hacia los participantes o  hacia la obra que se está comentando.

3. Los datos personales de los participantes quedan protegidos por la Ley Orgánica 15/1999 de 13 de diciembre, de Protección de Datos y de Carácter Personal.

https://clubvirtualdelectura.madrid.org/#!/

El nuevo curso, desde el primer escalón del sistema educativo

El día que el Gobierno anunció en junio que abriría los centros de cero a seis para que los niños y niñas pudieran volver a las aulas, a mí, como profesional, no solo me invadió una sensación de sorpresa, sino también de incertidumbre. El Gobierno, por entonces, no se basaba en razones pedagógicas, ni miraba por los alumnos de estas edades, solo quería y buscaba conciliación. Como conocedora de este campo, me irritaba la falta de conocimiento de los que habían tomado esta decisión, sobre lo que es la Educación Infantil y lo que es la conciliación. No miraban por la salud ni por el bienestar de los alumnos, solo querían solucionar un problema que se les planteaba, de manera rápida y sin hacer ruido.

Ninguno de los que toman las decisiones da la importancia que tiene a la etapa de primer ciclo de Infantil. Señores: no somos guarderías, somos escuelas infantiles. Somos el primer escalón en el sistema educativo, y déjenme que les diga que el más importante. Nosotros no guardamos: nosotros proporcionamos un ambiente estimulante, seguro, inclusivo, sin riesgo y saludable para buscar el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social, promoviendo la primeras habilidades sociales y físicas, respetando la individualización de cada niño y de cada niña.

Desde entonces, la Comunidad de Madrid ha sacado medidas de prevención frente a la COVID-19 para los centros en referencia a los alumnos y los trabajadores. Y todo este tiempo me he sentido degradada y menospreciada, ya que tuvimos que reivindicar nuestro sitio para que nos tomaran en cuenta dentro de esas medidas y dentro de ese marco educacional.

Todo lo que se pone en el papel queda muy bonito. No es cuestión de mandar termómetros, mascarillas o geles hidroalcohólicos, o que manden más personal, o que los profesionales tengamos que adquirir funciones que no nos competen, como la de hacer de médico, valorando si un alumno tiene síntomas o parece tenerlos, y otras tantas cosas que recogen. Nadie quiere las responsabilidades. Prefieren delegar en las direcciones de los centros, que tampoco tienen los medios para poder llevar a cabo todo lo que se les exige. No se dan cuenta de que para poder proteger a mis alumnos, primero deben proporcionarme esa protección a mí, y aun estando en la inminente apertura de aulas, nadie me está protegiendo. Todas estas medidas tienen que ser reales y tienen que dar seguridad, tanto a los trabajadores, como a las familias. Y os aseguro que en este momento nadie se siente seguro. La angustia que sienten las familias se traspasa de manera involuntaria a sus hijos, y eso se nota en nuestro trabajo, donde tenemos muy en cuenta el cuidado emocional.

Muchas instrucciones y medidas de higiene frente a esta crisis sanitaria, pero nadie ha reparado en que las familias igual necesitan un apoyo emocional y psicológico, un apoyo que en otras ocasiones hemos llevado a cabo día a día con ellos y que en estas circunstancias va a quedar relegado a comunicados online.

En este país hacen protocolos y normativas claras para todo: para ir a comprar, para ir a la playa, para estar en el bar… pero no tienen una normativa que se adapte a la realidad de trabajar con estas personitas; pequeñas, pero personitas. Mis niños y niñas y yo no

vamos a mantener el metro y medio de seguridad. Porque ellos y ellas necesitan el contacto físico, necesitan abrazos, besos, consuelo, que se les ayude, que se les atienda… ¿Y cuál tiene que ser nuestra postura? ¿Pretenden o creen que lo podemos hacer a distancia? ¿Tenemos que ir en contra de lo que sentimos, de nuestro día a día, de las pequeñas cosas que forman la complicidad, la relación y el apego entre educador-niño? Eso es imposible. Nosotros creamos un vínculo que no entiende de distancias, pero eso solo puede entenderlo quien tiene corazón y no se guía por leyes….

Leticia Fierros, educadora infantil

Gente de Villaverde y AMIFIVI, también en Cinesia

Gente de Villaverde quiere potenciar la cultura en el Distrito, y para ello van a realizar una iniciativa en Cinesia para todos los vecinos que quieran dar a conocer su proyecto e intentar darle una salida cultural y demostrar las herramientas y los recursos con que cuentan para cada tipo de actividad en este campo.

Aquellas personas interesadas en participar y colaborar pueden contactar vía correo electrónico gentedevillaverde@hotmail.com para concertar una cita, ya que por medidas sanitarias no es posible sobrepasar el aforo restringido de la sala.

Asimismo, desde AMIFIVI se pretende favorecer la inclusión laboral de las personas con discapacidad en el distrito de Villaverde potenciando las habilidades sociales de cada persona independientemente de su discapacidad. Esta iniciativa pretende una integración para ayudar a la búsqueda de empleo.

Aquellas personas interesadas pueden ponerse en contacto con la asociación a través del correo electrónico amifivi@gmail.com.

REDACCIÓN