El próximo jueves, 22 de junio, comienzan las Fiestas de Butarque. Este año la principal novedad es que cambian de ubicación, trasladándose a la calle Berrocal con Arroyo de la Bulera.
Jueves 22
19:00. Storytelling Infantil (3 a 6 años). Olympic Games (gymkhana, pruebas y premios). Organiza Academia Smart-a (A)
19:30. Quedada Runners de Butarque, salida desde el local de AVIB y llegada al recinto ferial (L)
20:00. Escape Room en inglés (7 a 12 años). Organiza Academia Smart-a (A)
20:30. Exhibición del grupo de Funky de AVIB (R)
21:30. Festival de la escuela de baile CHICHOPARK (R)
Viernes 23
17:30. Actividades deportivas en la pista de Ganados del Salobral organizadas por Moviendo Butarque (C): “Mete tu penalti” y “Concurso de triples”.
18:30. Campeonato de baloncesto 3×3 patrocinado por Mozaz Estilistas (C)
18:30. Actividades organizadas por Moviendo Butarque (A): photocall de fiestas, concurso pasapalabra sobre el barrio (para todas las edades), taller de “memes” y exposición “Amor de barrio”.
20:00. Exhibición de Pumptrack a cargo de Sonia Recuero y Pablo Daimiel (P)m 1h
20:30. HOLI LIVE FESTIVAL en las pistas de patinaje (B)
22:30. DESTRANGIS, grupo tributo a Estopa (R)
00:30. Zetrax en concierto (R)
01:30. DJ Yasin Afir Nour (R)
Sábado 24
10:00. Campeonato de baloncesto 3×3 patrocinado por Mozaz Estilistas (C)
10:30. Talleres infantiles a cargo de CHICHOPARK (A) 2h 30m
20:00. Batucada SAMBANÉS a cargo de LOGOPEDIA Y PSICOLOGÍA VILLAVERDE. Salida desde el Bulevar de Berrocal y llegada al recinto ferial (B)m 1h
22:30. Concierto de TAM TAM GO (R)
00:30. DJ Yasin Afir Nour (R)
Domingo 25
10:00. Campeonato de baloncesto 3×3 patrocinado por Mozaz Estilistas (C)
10:30. VIII Paseo Mascotero de Butarque, a cargo de la ASOCIACIÓN FELINA DE BUTARQUE (AFIB), desde calle Berrocal (parque de los cumpleaños), hasta el Recinto Ferial (B)
11:00. Actividad infantil: ronda de cuentos y arte a cargo de Sol Rossi (A)
13:00. Fiesta de la espuma con música y animación, organizada por CHICHOPARK (A)
22:00. Concierto tributo a U2 a cargo de U2 Live (R)
23:45. Espectáculo de luz y sonido. Fin de fiestas (R)
La Asociación de Autónomos de Villaverde ha programado una serie de actividades y conciertos en el bulevar de la calle Berrocal el viernes, sábado y domingo a partir de las 20:00.
ORGANIZA:
Junta Municipal de Villaverde y Comisión de Fiestas del Barrio de Butarque
(En negrita las actuaciones proporcionadas por la Junta Municipal de Villaverde) Del 22 al 25 de junio – (R) Escenario del recinto ferial calle Berrocal con Arroyo de la Bulera – (A) Carpa de actividades del recinto ferial – (L) Local organizador – (B) Bulevar de la calle Berrocal – (P) Pista de Pumptrack – (C) Cancha Baloncesto C/ Ganados del Salobral.
Ese año, 1986, habíamos veraneado en julio en La Dehesa de Campoamor. El verano ya estaba olvidado, era septiembre y el curso había comenzado. Ese año don Bernardo era el profesor, y el asunto pintaba complicado. Como de costumbre, acudí con mi padre a comprar las entradas del partido de la Copa de Europa que enfrentaba al Madrid contra el Young Boys a principios de octubre. En la taquilla había una fila enorme y nos preguntaron si veníamos a por las entradas de Sinatra; mi padre contestó que no. ¿Sinatra? Aquello era un escándalo. Gente que había pagado un dineral, ahora reclamaba la devolución del dinero porque las entradas habían bajado de precio. Sinatra… ya solo escuchaba hablar del “tío Frank”, como le llamaba mi padre.
Las noticias anunciaban que se habían vendido pocas entradas y que era literalmente un fracaso la única visita en concierto del tío Frank a España. El Bernabéu, los precios y un Sinatra dando ya sus últimas tonalidades, algunos decían que era por las lluvias de aquel septiembre. Un día, mi padre llegó a casa diciendo que un amigo militar le había regalado entradas para ver al tío Frank, a lo que mi abuela respondió “¿Pero no ha muerto?”, e imaginé a un zombi de aquella película que vimos mi hermano y yo en secreto, la de Romero.
Mi madre dijo que no quería ir porque mi hermano era muy pequeño, y mi padre me llevó. El tío Frank. Habíamos estado escuchando los vinilos de Sinatra y yo hacía imitaciones de algunas de sus canciones. Recuerdo con especial cariño In the Wee Small Hours of the Morning porque me recordaba al villancico Blanca Navidad.
Iba al Bernabéu, pero no a ver fútbol. No vería al Castilla o al Sevilla jugar de rojo o al niño “chequeteto”, el Buitre. No, vería a Frank. ¿Dónde habían metido las porterías? Allí había un señor, el tío Frank, que desde mi distancia se parecía poco al de los discos o al de las películas que había visto en la tele. Detrás de nosotros había dos señoras, Prudencia y Águeda, que solo repetían lo siguiente: “¡Qué viejo! ¡Está gordo! Vaya peluquín. ¡Qué pena la vejez! Pero canta bien. Ya no canta ni para la Iglesia”. Y yo veía a un hombre cuya voz me gustaba. Se cansaba. Para mí el estadio estaba lleno. Pensé que mi padre debía ser un hombre muy importante porque le habían dado esas entradas que tan caras costaban. Posteriormente me enteré de que el tío Frank había comprado más de 10.000 localidades y muchas las había dado a la base de Torrejón, de ahí que hubiese muchos militares. Yo escuché canciones que me sonaban. My way, siempre la recordaré, porque mi padre y yo la cantábamos en nuestro delicioso inglés inventado. Prudencia y Águeda se las sabían todas en un inglés inventado que era peor que el nuestro. Fue mi padre el que me lo dijo, añadiendo la coletilla: “aunque no sabía inglés, imito mejor el acento americano, y el de Frank mejor aún, porque a veces usa palabras italianas”.
Yo veía a ese señor mayor, con una bebida oscura, Jack Daniels imagino que sería. Desde ese momento digo que los que hemos dado la mano a Sinatra tenemos un pacto. Mi padre, aunque sabe que no le dimos la mano, lo secunda porque al menos estuvimos cerca.
Estos recuerdos han venido a mí de forma sorprendente tras la lectura del portentoso libro La voz. ¿Por qué importa Sinatra? de Pete Hamill. Un goce que ha removido ese yo que una vez fui. Ahora el tío Frank quizá se enfada conmigo desde algún lugar porque la versión que Dylan hizo de Stay With Me me gusta más, pero creo que lo entiende. Siempre nos quedará el Rat Pack, ¿verdad, tío Frank?
Por fin se han celebrado las elecciones autonómicas y municipales. Seguramente el resultado nos ha dejado descolocados a muchos de nosotros. Cómo es posible que el partido que defiende y quiere imponer la privatización de la sanidad, educación, etc., haya ganado las elecciones y por mayoría.
Aquí en Madrid llevamos mucho tiempo luchando por la defensa de nuestros servicios públicos esenciales, sobre todo en defensa de la sanidad pública. Gracias a estas luchas y movilizaciones se está frenando el proceso privatizador, que es el objetivo del partido que gobierna en la comunidad. Seguramente sintiéndose respaldado por el resultado electoral quiera acelerar el proceso de privatización de la sanidad pública y vaya a incrementarlo en los centros de día, en los centros de urgencias y en los hospitales, expulsando a médicos de la sanidad pública de Madrid a otras comunidades o al extranjero.
La única manera de parar este proceso de liquidación es seguir con nuestra lucha y movilizaciones. Tenemos que seguir concentrándonos en las puertas de los centros de salud, rodeando nuestros hospitales, haciendo acampadas y manifestaciones unitarias lo más numerosas posible en todos los pueblos y barrios de Madrid, porque… ¡la lucha es el único camino!
Existen personas que no transcienden en la historia, sin embargo en ocasiones son más importantes que la propia historia en sí, y uno de ellos es Tosco Elorriaga, el cual nació en algún lugar de Guipúzcoa aunque no se sabe con certeza dónde, al igual que también se desconoce el lugar exacto de su fallecimiento.
Elorriaga, a una temprana edad, aparece en Vitoria, donde empieza a hacer negocios que le generan una cierta prosperidad. Dichos negocios oficialmente son la venta de productos siderúrgicos, aunque extraoficialmente su pujanza se asocia al narcotráfico de heroína y cocaína a pequeña escala. Es investigado por este motivo, pero sale indemne del proceso, y aun a pesar de ello abandona Vitoria con presteza apareciendo intermitentemente por diversos lugares de Europa tales como Roma, París, Eslovenia, Rumanía, Gran Bretaña o Rusia. Se ignora a qué se dedica: tan solo se sabe de él que en ocasiones lleva un alto tren de vida y en otras, como es el caso de su estancia en Rumanía o en Rusia, roza la pobreza cayendo incluso durante determinados periodos en la indigencia, la cual abandona una vez que recala en Estados Unidos, donde no solo consigue una gran pujanza económica sino que además empieza a vérsele en compañía de intelectuales y científicos de la época.
Uno de éstos es Oppenheimer, con quien traba una estrecha amistad. De hecho, el físico norteamericano siempre presumió de la amistad de su amigo español, quien según comentaba en sus círculos más allegados le salvó la vida en una ocasión, así como también le presentó a su mujer. Nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que les une tan íntimamente, ya que Elorriaga no tenía estudios universitarios, sin embargo sí parece que está muy interesado en los avances científicos del momento.
Sea como fuere, abandona Estados Unidos apareciendo en Japón, donde consigue una cierta celebridad al salvar la vida a unos niños de la prefectura de Kochi. En Japón se afianza un tiempo negociando con diversos minerales, algunos de ellos radiactivos. Se le asocia en la venta de uranio y de plutonio, ya que figura en ciertas transacciones de las cuales ni siquiera es juzgado, ya que Yamashita le cubre. Este general japonés, para quien el honor estaba por encima de todo, siente una gran veneración por Elorriaga, quien por aquel entonces se muestra suntuoso. Parece ser que Yamashita, a pesar de llevar una vida más austera, goza de su compañía, así como comparte con él secretos confidenciales de tipo bélico que le ayudarán posteriormente en la toma de Malasia. Se les ve juntos en gran cantidad de ocasiones y de lugares, hasta que saltan las hostilidades y estalla la Segunda Guerra Mundial, momento en el que Elorriaga regresa a Estados Unidos. Sin embargo, es una de las pocas personas que durante la guerra pasa de un bando a otro con total impunidad.
Se entera de primera mano por medio de su buen amigo Oppenheimer del Proyecto Manhattan, así como de las fechas exactas del lanzamiento de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, transmitiendo dichos datos a Yamashita, quien ya convertido en “el Tigre de Malasia” por sus victorias sobre las colonias británicas, y a pesar de su mala relación con el emperador Hiro-Hito, comienza a acumular ingentes riquezas provenientes de los saqueos de la guerra, y una vez que es consciente de que lo tiene todo perdido, en Filipinas le comenta a Elorriaga el paradero de su enorme expolio. Con la protección del general y con medios a su disposición, el guipuzcoano, después de recorrer Manila, varias islas filipinas, Malasia, Singapur y Birmania, consigue abandonar la zona de conflicto con un descomunal botín que traslada de manera clandestina por medio de medios de transporte privados hasta Eslovenia, que conoce bien debido a su anterior estancia allí y donde permanece hasta que finaliza la guerra.
Pasada ésta exhibe sin reparo alguno una ostentosidad sin par dejando rastro de admiración allá por donde va, motivo por el cual cambia constantemente de países y de residencia, hasta que se le pierde la pista en Suiza. Se deja ver años después en Brasil, donde se le ubica en una lujosa mansión de Río de Janeiro, la cual se rumorea que paga en lingotes de oro. Ya muy envejecido regresa a España para desaparecer poco después por completo de la historia.
Historias increíbles es una sección literaria: los textos publicados en ella son pura ficción, y por lo tanto cualquier posible parecido con la realidad es mera coincidencia.
19:30. Batucada “Sambacabula”. Recorrido: centro cultural parque de enfrente, cruzan al parque “de la guardería”, cruzan al parque de calistenia, terminando en el recinto ferial.
Viernes 23
Recinto ferial
21:00. Actuación infantil “Los Piratas”.
22:30. Actuación “Cristosaurio”.
24:00. Actuación “Pedro DJ”.
Sábado 24
Pistas deportivas
11:00. Circulación vial a cargo de Policía Municipal. Para el que menos infracciones cometa habrá un premio de cuatro entradas al Parque Warner.
La Gran Vía, a la altura
de Callao. ALFREDO URDACI / PROMOMADRID
La Gran Vía es el bulevar más famoso de Madrid. En la actualidad, encontraremos básicamente tres tipos de establecimientos: restaurantes, tiendas de moda y cines. Aunque a día de hoy los cines han desaparecido y cada vez hay menos, en su apogeo, Gran Vía recibió el apodo del “Broadway madrileño”. Gran Vía es uno de los centros neurálgicos de Madrid, y en ella se puede encontrar ambiente a cualquier hora del día durante todo el año. El resultado es un magnífico conjunto de edificios que incluye algunos tan emblemáticos como el Metrópolis, el edificio de Telefónica, el Casino, el Edificio Capitol o el Cine Callao.
El Edificio Metrópolis y el número 1 de la Gran Vía. FRANCISCO ANZOLA – METROPOLIS
La historia de la Gran Vía tardó en arrancar. Los primeros bocetos datan de 1862, época en que se reformó parte del centro histórico madrileño, pero el diseño final no llegó hasta 1899, cuando los arquitectos municipales José López Sallaberry (autor también del proyecto y construcción del Edificio Blanco y Negro en la calle de Serrano, 61) y Francisco Andrés Octavio Palacios (autor del proyecto y construcción del Asilo de la Paloma, actualmente Instituto Virgen de la Paloma, en la Dehesa de la Villa) lo presentaron. Comenzaba así la que se convertiría en una de las mayores intervenciones urbanísticas del Madrid de la época. Con ella se lograría, según constaba en el proyecto, la comunicación directa entre los barrios de Argüelles y Salamanca, la descongestión de la Puerta del Sol y la desaparición de todo un cúmulo de calles estrechas y antihigiénicas.
La construcción de la Gran Vía duró varias décadas: las obras comenzaron finalmente en 1910 y terminaron en 1929. Supuso el comienzo de la modernización de la ciudad con la construcción de los primeros rascacielos del país y la incursión de las corrientes arquitectónicas del momento procedentes de Estados Unidos.
El Palacio de la Prensa (nº 46). LUIS GARCÍA
La Gran Vía es la calle más conocida de Madrid. Históricamente ha recibido muchos otros nombres. Se realizó en tres tramos, empezando por su confluencia con la calle de Alcalá. El primero de ellos continuaba hasta la Red de San Luis, el segundo hasta la plaza del Callao y, por último, el tercero continuó hasta la plaza de España.
La Gran Vía ha sido una de las obras más trascendentes de España, ya que hubo que demoler más de 300 casas y afectó a casi 50 calles. Gracias a ella se consiguió una mejor comunicación entre el centro de Madrid.
La última reforma realizada en la Gran Vía finalizó en noviembre de 2018, en la que se ensancharon las aceras, se reordenó el tráfico y se inauguraron nuevos pasos de cebra, con la intención de dar más protagonismo a los peatones y a las bicicletas, que gozan desde entonces de un carril bici entre la plaza de Callao y plaza de España en sentido subida. Además, se mejoró la calidad ambiental y paisajística mediante la plantación de nuevo arbolado y se estrenaron nuevos modelos de bancos, luminarias y semáforos. La centenaria Gran Vía es una de las principales arterias de la ciudad y una de sus avenidas más emblemáticas.
Desde la Edad Media hasta el siglo XX, la industria en Villaverde estaba centrada, por su buena y abundante arcilla, en hornos para tejas y ladrillos, que abastecían a Madrid.
Según el marqués de la Ensenada, en 1751 había siete hornos para fabricar tejas y ladrillos, pero solo funcionaban cinco. Uno era de las Ánimas y estaba arrendado a Joseph Tinarrio, vecino de Villaverde; otro era de Joseph Chico y a Andrea Godino; otro de Antonio Baeza, vecino de Madrid; el cuarto, de la Testamentaría de Francisco Agraz y Magdalena Navarro; y el último, de la Capellanía de D. Juan Antonio Escobar, presbítero, que lo tenía arrendado a Francisco Peral y Juan Delgado, vecino de Villaverde, por 255 reales anuales. Producía en total el equivalente a 18 hornadas de 12.000 piezas, a 5 maravedíes cada una. En 1787 (Floridablanca) seguía habiendo 7 hornos y seguían funcionando 5.
A finales del siglo XVIII había 6 fábricas de tejas, que producían al año, con destino a Madrid, 1.300.000 unidades; y en 1847, 6 fábricas de tejas de las que salían cada año 1.800.000 unidades. También tenían dos hornos para cocer ladrillos. 50 mujerestrabajaban en el bordado de tul liso para las mantillas, encargadas o vendidas en Madrid.
Según Madoz, en 1848 había 4 fábricas de hornos de tejas. En 1879, la industria de Villaverde se centraba en una tahona, un fabricante de hormas de zapatos, una herrería, una cerrajería, un taller de construcción de carros y una fábrica de tejas (Adán Poza, 2006).
En 1881 (Anuario del Comercio y la Industria) contaba con 1.028 habitantes y tenía un molino harinero, un herrero y una fábrica de tejas.
A finales del siglo XIX y principios del XX existían 7 hornos de tejas y ladrillos, una fábrica de jabón, otra de chocolate y dos fábricas de cerámica: La Norah y Mª Paz. Nueva Cerámica de Villaverde. La Norah funcionó hasta la Guerra Civil, y después reanudó su actividad hasta que sus terrenos fueron cedidos al Instituto Nacional de la Vivienda para la construcción del barrio de San Cristóbal. Queda como testigo una chimenea de ladrillo. Mª Paz se fundó en torno a 1890 y, salvo el paréntesis de la Guerra Civil, funcionó hasta 1955. Sus terrenos los adquirió la empresa Barreiros-Diesel.
Talleres de MZA en Villaverde Bajo, con el característico depósito de agua en forma de copa (arriba). Logo de Barreiros Diésel S.A. (abajo). ARCHIVO MZA / AJZH2074
La inauguración del tendido ferroviario, en 1851, hacia Aranjuez, con paradas en varios puntos del término de Villaverde, la convirtieron en una zona de paso, con gran cantidad de suelo disponible y llano, próximo a Madrid y con el apoyo, en la posguerra, del Instituto Nacional de Industria.
En 1900 (1.388 hab.) había un constructor de carros, un cerrajero, un molino harinero, una fábrica de teja y una tienda de vinos y licores.
Los 1.688 habitantes de 1911 tenían en el pueblo un constructor de carros, una fábrica de cal, una herrería, una fábrica de jarabes y refrescos, una fábrica de licores, un almacén de materiales de construcción y un constructor de pozos artesanos.
La Compañía Euskalduna, en 1933, casi monopolizaba la industria con talleres dedicados a la construcción y reparación de barcos y materiales ferroviarios. Otras industrias eran: un constructor de carros, una herrería, 5 hornos de tejas y ladrillos y un marmolista.
Antes de la Guerra Civil (1936-1939), las primeras industrias que se instalaron en Villaverde, relacionadas con las vías férreas, fueron: la Siderúrgica Requena, la Compañía Euskalduna (1922-1992). También estaban los talleres del ferrocarril MZA, desde 1924. Como recuerdo de esos talleres de reparaciones nos queda la llamada “copa”, en la calle Eduardo Maristany, de Villaverde Bajo. La “copa” era el depósito de agua de la compañía de los ferrocarriles. Abastecía de agua a las viviendas de los trabajadores y a los talleres. Tiene una altura de 18 m y una anchura de 10 m.
Las consecuencias de la Guerra Civil fueron que el caserío, la industria y las instalaciones del ferrocarril se vieron arrasadas por los bombardeos. En la posguerra, las principales industrias que siguieron activas fueron: las cerámicas La Norah y Mª Paz, siderúrgica Requena, Compañía Euskalduna, Hierros Madrid, La Tecno-Química Hispania S.A.
En los años 40 se produce el despegue industrial de la zona. Siguieron funcionando las cerámicas Norah y Mª Paz, y se instalaron o continuaron Pons y Romero, al sur de Boetticher y Navarro, Siderúrgica Requena, Compañía Euskalduna, Hierros de Madrid, la Tecno-Química Hispania S.A. Los Talleres Vers, fundados en 1941, se dedicaban a la reparación de materiales ferroviarios en el barrio de Oroquieta (Los Rosales) hasta los años 70, cuando fue comprada por Euskalduna. Y Transfesa (Trasfesa), de transporte ferroviario especial entre 1943 y 1996.
En los años 50 el mayor promotor de la industrialización de Villaverde fue el Estado, implantando nuevas industrias estratégicas o facilitando el suelo y las infraestructuras.
De la mano del Instituto Nacional de Industria, llegaron Boetticher y Navarro (ascensores), fábrica construida por Eduardo Torroja en 1942. Los terrenos y la fábrica pasaron al Ayuntamiento, que rehabilitó la nave, enfocada desde el 2015 al emprendimiento y a la innovación tecnológica, formación y divulgación científica y técnica.
Las principales industrias que había en Villaverde, entre 1950 y 1970, eran: Boetticher y Navarro, Standard (teléfonos, 1962), Marconi (radios), Barreiros-Renault (camiones), Manufacturas Metálicas Madrileñas, Agromán, La Casera, Cafés La Estrella, Campsa, Cervezas El Águila.
El mayor aumento de población hasta entonces de Villaverde, por la llamada de la industria, fue entre 1960 y 1970, cuando aumentó de 25.444 a 61.008 habitantes.
COORDINADORA DE ASOCIACIONES VECINALES DE VILLAVERDE.
Si no se ve, si no se nombra, ¿a quién va a molestar?
El lunes 12 de junio, la organización del Mad Cool hacía una presentación pública de la nueva ubicación del festival a través de una recreación digital en sus redes sociales. En ella hacían referencia a su “nuevo hogar”, un hogar que se encuentra en un espacio idílico rodeado de bosque. Nada más lejos de la realidad. Los vecinos y vecinas de Villaverde queremos denunciar dos hechos: el primero, cómo se ha ubicado este macrofestival en nuestro distrito con el fin de evitar las molestias a los vecinos de Valdebebas que rechazaban sistemáticamente esta instalación en su barrio. Dos, cómo el “lavado de cara” de la operación se hace a costa de invisibilizar de manera sistemática y clasista el lugar en el que se ubica. Villaverde no es un idílico paraje de bosques y naturaleza, el Mad Cool viene a situarse en un distrito que sufre crisis tras crisis el desmantelamiento de sus polígonos industriales y en el que, donde antes había empleo, se van localizando instalaciones ruidosas y contaminantes tales como macroplataformas logísticas o este mismo festival.
Villaverde existe, y queremos que quede claro tanto para la organización del evento como para los responsables públicos que legitiman estas prácticas. También queremos que quede claro para las miles de personas que vendrán al festival. Este barrio requiere inversión, atención, visibilizar sus problemas para darles solución y potenciar sus virtudes. ¿Qué medidas va a poner en marcha el Ayuntamiento de Madrid para que, además de molestias, pueda tener un impacto positivo? ¿Dará espacio a empresas del Distrito para que desarrollen servicios? ¿Habrá un lugar para visibilizar a talentos culturales y musicales de Villaverde? ¿Habrá descuentos en las entradas para los vecinos y vecinas?… Dudamos que así sea. De momento, lo que tenemos es 185.000 metros cuadrados de recinto para uso privado que ocasionará molestias al vecindario. También tenemos, por ahora, el desprecio y el ninguneo. La propia Asociación Vecinal Marconi ha presentado alegaciones al intento de convertir el barrio en un parking para el evento. Los responsables aún están a tiempo de revertir (en parte) esta situación y, como mínimo, rectificar esta actitud.
Coordinadora de Asociaciones Vecinales de Villaverde: AVIB, AV La Incolora, AV Los Rosales, AV La Unidad de Villaverde Este, AV La Unidad de San Cristóbal, AV San Nicolás, AMIFIVI, AV Los Hogares, AV Comerciantes de Villaverde, AV Marconi, AV Arechavaleta.
El pasado fin de semana, la Federación Madrileña de Patinaje ha entregado los trofeos a los campeones de la Liga Comunidad de Madrid de Hockey Línea, y el Club D.E. Los Mamuts Hockey han recibido la copa y medalla de plata al ser subcampeón en Sénior 3, consiguiendo ascenso a Segunda, y medalla de oro y copa de campeones en Micro.
El 8 de marzo de 2020 la obra Malas se estrenó en Escena 17, una pequeña sala de teatro de Villaverde. La gran acogida, el potencial de la obra y las ganas de su directora, Beatriz Santiago, y las actrices hizo que se convirtiera en un montaje más ambicioso que se estrenó el 9 de marzo en el Teatro del Barrio, donde ha sido todo un éxito.
Amalia González Bermejo, actriz de Villaverde, es una de las protagonistas: “En 2012 Beatriz Santiago formó el laboratorio teatral Cómo me pone la lavadora en el espacio de igualdad donde trabajaba, y desde entonces he colaborado con ella en varios montajes. Amalia recuerda aquella primera función de Malas: “Era un espacio muy pequeño, apenas existía el movimiento, pero fue algo mágico y pensamos que valía la pena intentar llegar a otros espacios”. La actriz Ana Bayo se incorporó al laboratorio teatral Sinvergüenzas, del EI Clara Campoamor, en 2018. Es otra de las actrices. “Malas está siendo una experiencia increíble, hemos escrito los textos con mucha libertad y creo que conectamos con el público”, explica.
Efectivamente, porque esa veracidad se transmite. Malas es teatro comunitario en el que actrices profesionales y no profesionales cuentan sus historias personales a través de unos textos elaborados por ellas mismas en colaboración con expertas dramaturgas. Y esa vivencia personal llega al público con una honestidad brutal y conmovedora. “Malas, nos acusan de ser malas cuando lo que queremos es ser libres”, señala el libreto de la obra: “Un espectáculo teatral que refleja la experiencia de mujeres diversas que nos hablan de su maldad (a menudo olvidada), de la maldad que la sociedad ha proyectado sobre ellas o de la maldad con la que sueñan”. Así que en Malas va a ver a mujeres reivindicando su derecho a no ser madre y no ser juzgadas, a mujeres que han sido víctimas de acoso laboral o que han tenido problemas de salud mental. Aprovechen, porque la única función que queda de la temporada se podrá ver el próximo 1 de julio en el Teatro del Barrio.
