CARLOS GÓMEZ CACHO
Nuestra vida digital puede ser más vulnerable que la real debido, principalmente, a la falta de formación y conocimiento de las personas en la utilización de las herramientas y servicios digitales. También se debe a la facilidad con que los delincuentes aprovechan esas debilidades y la gran capacidad de difusión en Internet de todo tipo de actividades delictivas.
Por ello, vamos a ver ocho puntos clave que podemos tener en cuenta para proteger nuestra vida digital:
- Las contraseñas. Son la llave de acceso a nuestra información en Internet. Deben ser robustas: más de ocho caracteres (letras mayúsculas y minúsculas, números y signos), tener alguna de forma de gestionarlas, cambiarlas de vez en cuando y no utilizar la misma para todo.
- Tener copia de seguridad de nuestros datos en diferentes lugares y soportes (virtuales y físicos).
- No utilizar redes wifi que sean públicas (bares, centros comerciales o públicos…).
- Separar la información profesional y privada (diferentes correos, almacenamientos, etcétera).
- Utilizar antivirus en nuestros dispositivos.
- No utilizar enlaces en correos o SMS que nos lleven a páginas que nos pidan datos sensibles (phishing, smishing…); desconfiar de ellos, suelen ser suplantaciones de identidad de grandes compañías o servicios públicos.
- Sospechar de páginas web que utilicen “http://” que no tienen certificados de seguridad SSL. Deben ser “https://” (en Chrome sale un candado, por ejemplo).
- Con la proliferación de códigos QR debido a la pandemia (las cartas de los bares, por ejemplo) pueden aparecer códigos maliciosos que nos infecten el móvil. Por ello, lo mejor es capturar solo aquellos que tengan un origen conocido.
Podríamos añadir más, pero éstos son algunos de los más importantes, que nos pueden ayudar a mejorar nuestra ciberseguridad. Pero recordad: lo importante es la formación y la prevención.