En su nuevo poemario, la escritora y poeta contempla la vida desde una nueva perspectiva
Mª Antonia Pérez García (Madrid, 1962) me espera paciente, desde hace rato, a la salida del metro del Retiro. Sin embargo, yo no llego tarde. Curiosamente ambas hemos llegado bastante antes del atardecer, la hora acordada para sacar las fotografías que acompañan a esta entrevista. Nos sonreímos nada más vernos, y sé que ella, además, me observa con atención; lo hará durante todo el tiempo que estemos juntas. Así, cuando el sol se ponga y yo esté ya regresando a casa, recibiré, a través de un mensaje de WhatsApp, un hermoso regalo: una poesía improvisada.
Dejé mis versos,
como se deja un beso
en la bruma,
como pájaro sin pluma,
ocaso sin espectador,
suelo sin pisadas.
Solté mis versos,
para que planeasen libres,
ufanas las palabras.
No sé si llegarán
a alguna ventana,
no sé si seguirán
las rutas lejanas del viento.
Pero yo sigo dejando
versos en la… bruma.
“La mirada del corazón”, Epílogo
La mirada del corazón es el último poemario de una tetralogía formada por las anteriores obras Pasos hacia un templo de puertas abiertas, Un pájaro en la niebla y El valle de las libélulas. ¿Ahora miras siempre con el corazón?
Desde hace un tiempo percibo mucha belleza cuando contemplo el mundo desde mi interior.
En la portada de tus libros leemos tu nombre completo: María Antonia Pérez García. Pero todos te conocemos simplemente por Toñi. ¿Quién es Toñi?
Toñi es una maestra (ahora jubilada) que, en un determinado momento, metamorfoseó a escritora. La transformación sucedió después de una crisis vital importante. Aposté por la vida, por un nuevo comienzo explorando mi “yo”. Era un gusano y me convertí en mariposa.
¿Crees que habrías comenzado a escribir igualmente de no haber existido esa circunstancia especial?
Probablemente no. Hasta que no empecé a profundizar en mis emociones no salieron las palabras escondidas, reprimidas. Necesitamos tocar fondo para salir de nuestra bruma vital. Fue un descubrimiento de mi destino.
¿Quieres contar cuál fue esa crisis vital?
Tuve una severa depresión, unida a la enfermedad que padezco. Tengo fibromialgia. Hoy se sabe que es una enfermedad autoinmune de la médula espinal.
Debe resultar muy duro convivir con el dolor crónico, la fatiga, las alteraciones del sueño…
Así es. Pero no me llegaron a dar la incapacidad permanente. He tenido que trabajar hasta jubilarme. Había días que iba al CEPA (Centro Educativo de Personas Adultas) con unos dolores insoportables, desde los pies a la cabeza. En la cabeza el dolor es especialmente intenso, sientes como una presión sobre ella. Aguantaba como podía e intentaba hacer mi trabajo lo mejor posible.
¿Qué es para ti la poesía?
La poesía es un acercamiento nuevo, distinto y hermoso a la realidad.
Si solo pudieras escribir prosa o poesía, ¿qué elegirías?
Me alivia más el dolor físico la poesía, y me relaja.
¿Por qué ahora, después de tantos años de escribir solo poemas, has comenzado una novela de género negro?
Para demostrar que en la prosa y en el misterio también puede haber una cierta poesía.
Define tu vida actual en tres palabras
Jubilada, serena, espiritual.
¿Qué deseo o sueño has cumplido a través de la escritura?
Dejar volar libremente lo que hay en el corazón y hacer partícipes a los lectores de la paz de los poemas. Curiosamente mis libros me están conectando con personas con las que no hubiese tenido conexión de otro modo.
Más información sobre María Antonia Pérez
Cuando el sol de la tarde
es casi un espejismo de un lunes cualquiera,
poso sin estilo.
En un parque mágico,
allí entre plantas o columnas,
en las flores blancas,
tu cámara capta y refleja el momento.
Gracias por saber manejar el aire,
la luz, las posturas,
el color del mundo.
Ha sido bonito,
feliz experiencia,
el tiempo volando
y en la conciencia
la ilusión… latente.
Poesía improvisada (para Sonia Rosado)