ECOLOGISTAS EN ACCIÓN.
Malos humos en los entornos escolares
Ecologistas en Acción ha llevado a cabo un análisis de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) en las inmediaciones de 160 centros educativos de seis ciudades. Para el estudio se seleccionaron centros de Educación Primaria y Secundaria ubicados tanto en vías con alta densidad de tráfico motorizado como en entornos alejados de vías de alta capacidad y con poca exposición a los contaminantes emitidos por los vehículos. Se han medido asimismo los niveles de NO2 junto a las estaciones oficiales de control de la contaminación, con la finalidad de calibrar los aparatos instalados en los colegios. En total se han colocado 340 captadores pasivos en un total de 170 ubicaciones.
Solo una de las 160 escuelas analizadas cumpliría las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud, no superar los 10 µg/m3 (microgramos por metro cúbico) de NO2, de media. Se trata de un centro en Barcelona situado en una calle pacificada, sin coches aparcados en la fachada de la escuela, y muy cerca de un parque.
Solo una de cada ocho escuelas, 20 de las 160 muestreadas (el 13%) estarían por debajo de los 20 µg/m3, el límite propuesto por la Comisión Europea en la revisión de la Directiva de Calidad del Aire actualmente en curso.
Sin embargo, un tercio de las escuelas analizadas (58 de las 160, el 36%) estaría por encima de los 40 µg/m3, el límite legal actualmente vigente. Especialmente grave es la situación en Madrid, en la que tres de cada cuatro entornos escolares analizados superaría este valor, y en Barcelona, ciudad en la que dos de cada tres centros analizados estarían por encima de los 40 µg/m3.
La población infantil es especialmente sensible a la contaminación atmosférica debido a su elevada frecuencia respiratoria, a su mayor exposición en el ambiente exterior y a la inmadurez de sus sistemas respiratorio e inmunitario, siendo el NO2 un activo inmunodepresor.
Resulta necesaria una sustancial mejora de la información sobre la calidad del aire que respiramos, en particular en el entorno de los centros educativos y otros centros sensibles (asistenciales, deportivos y sanitarios), complementando la proporcionada por las estaciones oficiales de medición con mapas de distribución y con campañas de medición específicas. Es necesario promover sistemas de movilidad como el tránsito peatonal, la bicicleta y el transporte público que restrinjan el tráfico motorizado urbano con el fin de disminuir la contaminación que se deriva del mismo. La obligación legal de que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes implanten en 2023 Zonas de Bajas Emisiones para reducir la circulación de vehículos contaminantes es una oportunidad de mejora de la calidad del aire y la vida ciudadana que debe aprovecharse.