Es un árbol perenne originario de la zona mediterránea. Las hojas se utilizan para aromatizar en numerosos guisos, y son retiradas antes de servir porque no se deben masticar ni tragar tal cual, ya que pueden ser algo tóxicas si se consumen en grandes cantidades. Laurel es el origen de “laureado”, y simboliza el triunfo. La madera de laurel es muy dura, y se ha empleado para trabajos de taracea y marquetería.
El laurel se usa desde siempre como tónico estomacal, previene la acidez de estómago, favorece la secreción de jugos gástricos y los movimientos intestinales. Por eso el guisarlo junto con legumbres hace que éstas sean menos flatulentas.
Ya en tiempo de los romanos se conocían los efectos expectorantes, calmantes y relajantes cuando se queman hojas secas para perfumar el ambiente, tal y como se hace con el incienso, así como para eliminar las bacterias de las vías respiratorias. El aceite esencial aplicado en masajes tiene propiedades antiinflamatorias en articulaciones y músculos. Combate las infecciones de la piel con heridas, llagas, quemaduras, etc., aplicando el laurel de forma externa en emplastos, infusiones y cataplasmas.
ELVA FRANCO