Sí, septiembre, la vuelta a la rutina y poco a poco a salir menos y sentirnos un poquito más aislados… ¡Pues mucho cuidado con aislarse, ya que se ha descubierto que la soledad nos vuelve más agresivos y temerosos!
Un nuevo estudio publicado en la revista Cell y llevado a cabo por un equipo de investigadores de Caltech (EE UU) ha descubierto que el aislamiento social provoca una sustancia química que nos vuelve más agresivos y temerosos.
El estudio, realizado con roedores, confirma y amplía observaciones previas, pues los experimentos demostraron que el aislamiento social prolongado conduce a una amplia gama de cambios de comportamiento. Éstos incluyen una mayor agresividad hacia ratones desconocidos, miedo persistente e hipersensibilidad a estímulos amenazantes.
Cuando los ratones se encontraban con un estímulo amenazante, aquellos que habían sido aislados socialmente permanecían inmóviles, petrificados ante el miedo, mucho después de que la amenaza hubiera pasado, mientras que los ratones de control volvían a un estado normal poco después de que se eliminara la amenaza. Estos efectos se observaron con un aislamiento social de dos semanas, pero no con un aislamiento de 24 horas, lo que sugiere que los cambios observados en las respuestas de agresión y miedo requieren aislamiento de más de un día. Aunque el experimento se llevó a cabo en ratones, tiene implicaciones potenciales para comprender cómo el estrés crónico afecta a los humanos. Así que mucho ojo, y aunque poco a poco venga la rutina y el frío, socializa… Pero eso sí, a ser posible, ¡con buena gente!
Beatriz Troyano Díaz. Coach personal y profesional