SIGLO XIX
A comienzos de siglo, Villaverde era un grupo de casas de labor, la mayoría con un solo piso con corral y extendido hacia el norte. Lo “verde” del pueblo se centraba entre los dos arroyos, el de Butarque y el Malvecino, que regaban las huertas de sus orillas. Los alrededores eran campos de cereales, terreno seco con pocos árboles. Su situación entre dos salidas de Madrid hacia el sur va a ser importante para explicar su evolución. Contaba además con casas de hospedaje, en la carretera de Andalucía, hornos de teja y molinos harineros.
La población va aumentando espectacularmente a lo largo del siglo, sobre todo a partir de los años 70. De los 700 habitantes de comienzos de siglo pasa a los 1.388 al final del mismo, lo que lleva a un crecimiento del 98,23%.
Con la inauguración del tren a Aranjuez en 1851, con tres paradas en su término, será paso obligado hacia Aranjuez, más tarde hacia Ciudad Real y Torrijos. En 1865 aumenta el tendido ferroviario hasta Extremadura. Todo ello hace que Villaverde sea el destino de las gentes del campo que el casco antiguo de Madrid no podía absorber. También influyó la reducción de las tasas de mortalidad, sobre todo los niños, el mantenimiento de altas tasas de natalidad, la proximidad y buena comunicación con Madrid, la primera industrialización de la zona, la mejora de la alimentación, los repuntes económicos y los avances médico-sanitarios.
SIGLO XX
A principios de siglo vuelve a bajar la población de Villaverde, que se va recuperando hasta la Guerra Civil. A ello contribuyó el proceso de modernización económica e industrial, lo que aumentó la intensidad de los movimientos migratorios hacia las ciudades y los nuevos centros industriales.
La mejora económica durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), con su dirigismo económico y estatal, produjo un aumento de población importante en Villaverde, cuya población subió de 2.843 habitantes en 1920 a 7.812 en 1930. Hasta los años 20 la población seguía estando compuesta mayoritariamente por trabajadores asalariados, pertenecientes al medio rural, dedicados a la agricultura (sobre todo cereales) y ganadería.
La localización de la industria en Villaverde se vio favorecida por el desarrollo de las comunicaciones, la disponibilidad de mucho suelo, la topografía llana del terreno y la proximidad a Madrid.
Antes de la Guerra Civil, las industrias más numerosas eran las metalúrgicas, alimentarias, de papel y artes gráficas, textiles, químicas y de minerales no metálicos.
En los años 40, fue uno de los lugares que entraron en los acuerdos de la Junta de Reconstrucción de Madrid, asignada a Villaverde una función industrial y residencial. En los años 50 dejó de ser agrícola y se convirtió en industrial, aumentando su población de 7.981 habitantes en 1940 a 26.780 en 1950.
A partir de los años 60, la fisonomía de Villaverde Alto evolucionó en lo urbanístico, cambiando las casas bajas por nuevos edificios de 4 o 5 plantas.
En los años 70, a pesar del declive paulatino de la industria, alcanzó su máximo de población con la construcción de nuevos barrios, primero como residencia de los trabajadores de la industria y luego como lugares dormitorio-residenciales. Pasó de 25.444 habitantes en 1960 a 62.008 en 1970.
La mejora de los transportes con el centro de Madrid (autobús, trenes, metro) fue aumentando la población, con la construcción de nuevos barrios residenciales, que continuó en el siglo XXI, alcanzando en 2021 154.808 habitantes, siendo ya desde 1954 un barrio más de Madrid capital.
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