La presión o tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de los vasos sanguíneos (arterias) cuando el corazón bombea la sangre y sale circulando hacia el resto de órganos y aparatos de nuestro cuerpo. Si la presión aumenta y permanece elevada en el tiempo, significa un riesgo para nuestra salud porque este aumento de tensión puede dañar algunos órganos, y en ocasiones puede dar lugar a otros problemas de salud más graves.
Existen diversos factores que están relacionados con la enfermedad: estilo de vida sedentario, baja actividad física, diabetes, obesidad, tabaquismo, consumo de alcohol, genética familiar y niveles altos de estrés. En otras ocasiones, la hipertensión puede venir originada de modo secundario a otros desencadenantes: enfermedades del riñón, trastornos hormonales o toma de medicamentos que elevan la presión arterial (antiinflamatorios).
¿Cómo se mide la tensión arterial? Es muy fácil de medir. Para ello, esta constante se toma en el brazo con un aparato en forma de manguito que se infla con aire (los hay de distintos modelos) que mide la presión de la sangre en nuestras arterias. En el momento actual, se ha extendido mucho su uso y cada vez es más fácil de encontrarlos de venta libre en las farmacias, son cada vez más exactos y se puede medir con total seguridad. En su defecto, siempre queda la opción de coger cita con el médico o enfermero para medir la tensión, porque es una medida de muy fácil acceso.
¿Cuál es la tensión arterial normal? La tensión mide dos valores distintos: la presión arterial sistólica (alta o máxima) debe medir menos de 140 mmHg, y la presión arterial diastólica (baja o mínima) debería ser menor de 90 mmHg. Habitualmente una tensión arterial normal debe rondar los niveles 130/80 mmHg y se lee como “tensión arterial de ciento treinta, ochenta” o simplemente “trece, ocho”. Cuando las cifras están por encima de los valores normales y se contrasta en diferentes tomas medidas en semanas distintas, el médico puede diagnosticar de hipertensión arterial a una persona y ponerle tratamiento.
¿Qué problemas de salud puede provocar? Hay varios problemas de salud que pueden desarrollarse a partir de una hipertensión arterial que no ha sido tratada a tiempo. Esta enfermedad no causa síntomas, por eso puede pasar desapercibida hasta que por otro motivo se mide un día la tensión y comprueba que está demasiado alta. Los problemas que pueden surgir incluyen la insuficiencia cardiaca (dificultad para el corazón de bombear la sangre), enfermedades de los ojos (por afectación de los vasos sanguíneos de la retina) y el accidente vascular cerebral (dilatación de las arterias cerebrales y su rotura, con la consiguiente hemorragia cerebral).
Dr. Ángel Luis Laguna Carrero, Especialidad Medicina Familiar y Comunitaria,
Máster Medicina de Urgencias y Emergencias, Experto Universitario en Nutrición y Dietética.