Cuando tenemos un negocio pequeño o mediano, donde hay mucho trabajo por hacer, poco presupuesto y poco personal, es muy sencillo entrar en una rutina diaria que nos impide ver con claridad todas las opciones que nos ofrece el mercado para crecer o para ser más competitivos. Solemos mirar con recelo a las demás empresas que nos rodean como si fueran el enemigo. Nosotros mismos nos creemos que el mundo está en nuestra contra. Sin embargo, nada hay más lejos de la realidad.
Es muy probable que tu negocio tenga un público similar al del negocio de al lado, o que tus productos o servicios sean complementarios a los del negocio de enfrente. Entonces, ¿por qué no unir las fuerzas para conseguir mejores resultados? Establecer líneas de cooperación y alianzas con otros negocios puede ser una muy buena estrategia para, con menos recursos, conseguir mejores resultados.
De hecho, este tipo de prácticas son muy comunes entre las grandes empresas. ¿Quién no ha visto el típico anuncio de lavavajillas que recomienda un detergente determinado? ¿O la promoción de un supermercado que te ofrece descuentos en una gasolinera concreta? Se trata de estrategias para atraer clientes y fidelizarlos en las que las dos marcas salen ganando, sin que existan mayores compromisos entre ambas.
Sin embargo, las pymes suelen ser mucho más reticentes a este tipo de acuerdos. Sí es cierto que existen todo tipo de asociaciones comerciales y empresariales, pero no se suelen aprovechar las oportunidades que pueden ofrecer. No se trata de hacer sofisticados acuerdos comerciales, sino de buscar empresas con las cuales puedas compartir un público o complementarte y trabajar conjuntamente para alcanzar un objetivo al menor coste.
Si a estas alturas te estás planteando estudiar este tipo de alternativas, ten en cuenta que, a la hora de elegir aliado, éste debe reforzarte como marca. Por ejemplo, si tienes una tienda de ropa de estilo moderno y romántico, podrías plantearte hacer una acción con algún restaurante cercano para ofrecer un desayuno o una merienda, pero este restaurante no puede ser un lugar añejo con parroquianos jugando la partida a voz en grito.
Otro punto importante a la hora de negociar es qué hacer y cómo hacerlo. En este punto, puede ser favorable contar con una empresa externa que pueda actuar como mediador y encargarse de todos los detalles. En caso contrario, habría que ir a la negociación con la mente abierta y un espíritu conciliador, dejando a un lado ideas preconcebidas y recelos. En todo caso, buscar alternativas a las acciones tradicionales siempre será beneficioso a la hora de conseguir un mayor impacto y diferenciarte de tu competencia.
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