Ir a comprar jamón cocido, pavo o lacón puede convertirse en toda una odisea. ¡Hay tantas variedades, que no sabemos cuál elegir! En este artículo te doy las claves para encontrar el mejor.
¿Por dónde empezamos? Por el principio, claro. Debemos conocer qué tenemos delante, y para ello vamos a necesitar leer las etiquetas detenidamente. En este punto te recomiendo que cuentes con cinco minutos más (al menos el primer día) para hacer tu compra.
¿Fiambre? Lo descartaremos desde el principio si buscamos un producto que nos proporcione proteínas de calidad. Leamos más que el título de la etiqueta: ¿qué, cuánto y cuántos?
Respondiendo a qué, sabemos que el orden de los ingredientes indica la cantidad en el producto, de tal forma que, si estamos comprando jamón de cerdo, lo primero que debe aparecer es eso: jamón de cerdo.
¿Cuánto? Nos indica la cantidad en tanto por ciento del ingrediente principal: jamón de cerdo, jamón de pavo, lacón. Sí, debería ser un 100%, pero no encontraremos ninguno de ese porcentaje, pues siempre lleva “añadidos”. Importante: ese porcentaje no debe ser menor del 65-70%. De lo contrario, estarás comiendo algo que se llama “jamón” pero que no lo es (aparecerá almidón de patata y azúcares en gran medida). Pero tranquilos, ¡los hay hasta del 99%!
¿Cuántos? Nos referimos a cuántos ingredientes acompañan al principal. Sospecha de aquellas etiquetas con más de cuatro o cinco ingredientes: serán demasiados para ser un buen jamón cocido.
Consejo: pregunta a tu tendero de confianza o dedica unos minutos a leer la etiqueta tranquilamente en la tienda. Si no, ¡estarás comprando patata y azúcar a precio de carne!