¿Recuerdas cuando tuviste
que tomar aquella decisión?
En ningún momento te rendiste,
sino que le echaste valor.
¿O acaso has olvidado
cómo has sido capaz
de superar todo lo pasado
para volver a empezar?
Pues claro que eras tú
la persona que estaba allí,
con tu coraje y actitud,
siempre dispuesta a seguir.
Porque hay que ser muy valiente
para enfrentarte a tus dudas.
Tu espejo sabe que enfrente
tienes tu mejor ayuda.
Porque nunca te dio por huir
cuando más te necesitabas:
siempre has luchado por ti
cuando la vida más te esperaba.



