El Greco nació el 1 de octubre de 1541 en Candia (Creta). Su padre fue comerciante y recaudador de impuestos. Su nombre real era Doménikos Theotocópulos, pero comenzaron a llamarle “El Greco”, es decir, “el griego”. Es uno de los grandes maestros universales de la pintura. En sus propias palabras, “Al agrandar las figuras, he aplicado, de alguna manera, la observación que se hace de los cuerpos celestes de que un cuerpo iluminado visto a distancia puede parecer grande, aunque sea pequeño”.
Realizó estudios de pintura en su pueblo. El Greco fue un gran aficionado a la literatura clásica y a la de su época desde muy joven. Sobre el año 1566 viajó a Venecia, donde permaneció hasta el año 1570. Allí recibió las influencias de Tiziano y Tintoretto. En la ciudad de Venecia conoció a unos españoles relacionados con la catedral de Toledo, y quizá fueron ellos los que le persuadieron para que viajara a España.
Llegó a Toledo en la primavera de 1577. Estaba soltero, y le acompañaba un joven llamado Francisco Preboste. Este inseparable compañero habría permanecido junto a él durante más de treinta años compartiendo su vida como criado, ayudante, representante y buen amigo.
Recibió el primer encargo de la iglesia de Santo Domingo el Antiguo y se puso a trabajar en La Trinidad (1577-1579, Museo del Prado, Madrid). También como retratista fue muy considerado; uno de los máximos exponentes de esa labor es el famoso cuadro El caballero de la mano en el pecho (1577-1584, Museo del Prado, Madrid).
Para la catedral de Toledo pintó El expolio (1577-1579), obra hecha para la sacristía, una espléndida imagen de Cristo rodeado por los que le han prendido. Su fama se expandió por la ciudad y gran parte de la aristocracia toledana reclamaba sus obras. Andrés Núñez de Madrid le encargó uno de sus cuadros más conocidos: El entierro del conde de Orgaz (1586-1588), destinado a la capilla de Santo Tomé (Toledo).
Tampoco escribió ni habló correctamente el castellano. No se sintió identificado con la sociedad toledana, aunque tenía en Toledo una gran casa en la que recibía a miembros de la nobleza y de la elite intelectual, como el poeta Luis de Góngora, cuyo retrato pintó en 1609. Se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Boston.
Destacan también las obras El bautismo de Cristo (1596-1600), que firmó en griego, como era su costumbre, y La adoración de los pastores (1612-1614), ambas en el Museo del Prado.
En 1578 nace su único hijo, Jorge Manuel, de Jerónima de las Cuevas, con la que no se llegó a casar y que se cree fue retratada en el cuadro La dama de armiño. El Greco tenía 37 años. Su hijo también se convirtió en pintor y continuó en el estudio que heredó de su padre. En 1604, Alfonsa de los Morales dio a luz a su nieto Gabriel, que fue bautizado por Gregorio Angulo, gobernador de Toledo y amigo personal del artista.
Cayó gravemente enfermo, y falleció el 7 de abril de 1614. Fue enterrado en la iglesia de Santo Domingo el Antiguo (Toledo).
NARCISO CASAS
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