El amor viaja en tren, con lento pasar de árboles, montañas que avanzan, cadencia de hierbas en oleadas. Mi amor enfrente, sentado, cabecea, es una persona añosa, de blanco porte en su cabeza. Tantos años compartidos, tanta vida, dentro y fuera de nosotros. Pasaron ahora, momentos movidos, como pasan los setos contemplados que al ritmo del tren se precipitan. Mi amor pasa de edad en edad, viaja y permanece, tren largo que parece inacabable. Llegará a su destino, una estación abierta, una ciudad grande, un sueño… nuevo.



