BENITO JIMÉNEZ ROMÁN, VECINO DEL DISTRITO.
Soy un vecino de Villaverde que padezco la enfermedad del alcoholismo. En primer lugar quiero agradecer al periódico de nuestro querido distrito la visibilidad que le está dando a este problema social. Hemos podido ver en estos últimos años la presentación de grupos de ayuda mutua, escritos de alcohólicos contando sus experiencias de recuperación e incluso un artículo del doctor don Gabriel Rubio Valladolid, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Doce de Octubre.
¿Por qué he titulado mi escrito así? Desde tiempo inmemorial los hombres y las mujeres beben porque les gusta el sabor o los efectos que les causan las bebidas alcohólicas. Hay personas que, por las causas que sean, han perdido el control con el alcohol. Una costumbre, el beber, lo convierten en un hábito, ese hábito les causa problemas y solos no pueden dejarlo, se han convertido en adictos.
En esta sociedad el alcohol lo utilizamos para socializar, está presente en cualquier celebración; afortunadamente la mayoría de las personas beben sin convertirse en adictas, disfrutan con el alcohol. Hay profesionales que recomiendan el consumo cero, ya que está detrás de otras muchas enfermedades.
El pensamiento de cualquier persona es: si tiene problemas con el alcohol, ¿por qué no lo deja? Ahí está la cuestión: una vez que nos hemos convertido en alcohólicos, no tenemos poder para parar el consumo; sabemos cuándo empezamos, pero ignoramos cuándo y cómo terminaremos. Es muy difícil que se pueda entender esto, incluso para quien lo padece, pues ignoramos que somos víctimas de una terrible obsesión por beber que nos conducirá ineludiblemente a la locura o a la muerte.
En la sociedad hay un gran estigma hacia el alcohólico. Este estigma hace que sea muy difícil que reconozcamos nuestra condición; en mi caso tuve que sufrir mucho y hacer sufrir a los que me querían para reconocerlo.
Todos los años fallecen decenas de miles de personas en España como consecuencia del consumo directo del alcohol o como consecuencia de él. Es una enfermedad muy democrática: no distingue clase social, cultural, raza, situación económica, etc. Invito a cada vecino que me lea a que haga un pequeño ejercicio de memoria y piense en alguna persona cercana a la que el alcohol le produzca graves problemas. En ocasiones ocurre como con los cuernos: que todo el mundo lo sabe excepto el que los tiene.
El alcohol está detrás de muchos accidentes de trabajo, de tráfico, suicidios, violencia, etc. No soy miembro de ninguna liga antialcohólica, no voy a decir a nadie que no beba, lo que sí quiero decir es que si alguien tiene problemas con el alcohol, o conoce a alguien que los tenga, que pida ayuda: solo no pude dejar de beber, la fuerza de voluntad no sirve para dejar de beber.
Como he dicho, que pida ayuda, en primer lugar a la familia, amigos, trabajadores sociales, a su médico de cabecera, etc. En el Distrito tenemos diferentes sitios donde nos pueden ayudar: Centro de Salud Mental de Villaverde, Centro de Atención al Drogodependiente (CAD), Hospital Doce de Octubre, centros de salud, CMS de Villaverde o asociaciones como Alcohólicos Rehabilitados de Villaverde o Grupo Villaverde de Alcohólicos Anónimos. Estas asociaciones son gratuitas, y ahí nos vamos a sentir queridos, comprendidos e identificados. Los profesionales nos ayudarán a parar la enfermedad, las asociaciones nos ayudaran a mantenernos sin beber.
Muchas gracias,
