Últimas noticias

3.- EDAD MEDIA (476 – 1492)

Anuncios

HISTORIA DE VILLAVERDE

3. EDAD MEDIA (476 – 1492)
3.4. Santiago el Verde

En recompensa a la ayuda prestada por los caballeros de la Orden de Santiago en la Reconquista, los reyes les concedieron diversas posesiones de tierras y lugares de Madrid, como el vado de Santiago el Verde, a orillas del río Manzanares, hoy bajo el Nudo Supersur de la M-40. Era el lugar más fácil para cruzar y controlar el paso del río. Con el tiempo se convirtió en un pequeño núcleo de población. Es posible que empleasen el lugar de control del paso, reutilizando una torre de vigilancia musulmana y algún tipo de poblamiento.

Distrtio17

Se despobló a comienzos del siglo XV, en favor de Villaverde. La iglesia se convirtió en ermita a la que acudían, el primero de mayo, los habitantes de Villaverde, peregrinando en procesión, para venerar una imagen de madera de la Virgen María, por el camino llamado de los Rosales. Es posible que tuviera raíces paganas, protagonizada por campesinos al ser el mes de mayo, el comienzo del ciclo agrícola.

Hasta el siglo XVI lo celebraban solo los habitantes de Villaverde. Poco a poco se fueron añadiendo los de Madrid y, con el tiempo, siglo XVII, y por conveniencia de los madrileños, a los que les pillaba un poco lejos, pasó a celebrarse en una isla del Manzanares, más cerca de Madrid, llamada “El Sotillo”. No hay unanimidad entre los historiadores para situarla, no obstante parece que se encontraba en una isla arbolada en medio del río, a una distancia de algo más de un cuarto de milla, frente a la dehesa de la Arganzuela.

La ermita de Santiago el Verde se fue abandonando. Según Montero de la Cruz a finales del siglo XIX aún quedaban restos de ella. La campana pasó al reloj del ayuntamiento de Villaverde, la parroquia de San Andrés se quedó con el cuadro de Santiago, que se encuentra situado encima de la puerta de acceso a la torre, y la talla de la Virgen pasó a la basílica de Atocha.

Fiesta de las flores
Una representación de Goya, en el cartón para tapices dedicado a “La primavera” (ca. 1786). Museo del Prado.

Fueron las fiestas más populares y concurridas de Madrid. Acudían los madrileños andando, en caballerías o en carrozas, personas de todas las clases sociales con sus mejores galas, reyes (Felipe IV en varias ocasiones), nobles como el duque de Lerma y el conde-duque de Olivares, villanos y plebeyos.

En El Sotillo merendaban, compraban chucherías en los puestos feriales y cenaban. Las mujeres exhibían sus vestidos y se enorgullecían de sus conquistas; los políticos escuchaban el latir del pueblo y se divertían en devaneos ocasionales; los villanos y plebeyos se distraían comiendo, bebiendo, cantando y bailando.

Felipe IV murió el 1 de mayo de 1665, y para mantener el luto la fiesta se trasladó al 15 de mayo, festividad de San Isidro, que pasó a ser la fiesta más importante de Madrid.

El nombre de “el verde” le viene por el verdor de la primavera en esas fechas en esta zona junto al Manzanares. Hoy día solo queda, aparte del citado cuadro en mal estado, una calle llamada “Santiago el Verde”, en un azulejo del siglo XVIII, que se encuentra en el distrito de la Inclusa, entre la calle Huerta de Bayo y la del Casino, cruzada por la calle Mira el Sol y siendo paralelas las calles del Ventorrillo y Embajadores.

Molino Alto de Arroyomolinos
Molino Alto de Arroyomolinos, uno de los pocos molinos harineros que quedan en nuestros días. (Foto: Ecologistas en Acción).

3.5. Los molinos harineros

Los molinos fueron una revolución tecnológica de la molienda. Hasta la revolución industrial, las energías utilizadas eran de origen natural, como el agua, el viento y la fuerza animal. El sector más importante en Villaverde fue el de los hornos de tejas y ladrillos, y los molinos para la molienda del cereal, muy extendido por su entorno.

La instalación de los molinos hidráulicos dependía del volumen de población, de la producción de cereales y de las disponibilidades hídricas. Al circular el río por zona llana, se construían pequeñas presas para almacenar el agua y conducirla hacia el molino, que golpeando las ruedas de moler las hacía girar. El agua después salía y era dirigida de nuevo al río.

Los molinos eran uno de los elementos clave de la economía agraria. Al principio pertenecían a los concejos, pero poco a poco los ricos se los fueron apropiando. Como pago se entregaba la “maquila”, cantidad de harina de trigo que se abonaba al molinero por la molienda. Si era propiedad de los concejos, los vecinos hacían uso del mismo para sus moliendas, sin la figura del molinero. Los molinos en torno a Madrid funcionaban unos meses al año, de noviembre a mayo o junio, dependiendo del agua que llevase el río.

Desde su fundación en los siglos XII-XIII, Villaverde estaba rodeado de tierras de cereales, pastizales, algunas huertas y frutales, con una industria de hornos de pan, de tejas y ladrillos, que abastecían a Madrid.

Desde que tenemos constancia de ello en la Edad Media, ya existían en la ribera del río Manzanares de Villaverde tres molinos harineros: el del soto de la Arganzuela, el de La Pangía, y el de La Hormiguera. Eran muy importantes para la alimentación de la población, hasta tal punto que el Concejo de Madrid inspeccionaba sus instalaciones para asegurar el abastecimiento de harina. En una de esas inspecciones que se hicieron, en 1525, se comprobó que, entre otros, los dos últimos molinos citados tenían piedras blandas, dándoles diez días de plazo para cambiarlas. En 1630 mandó restaurar el molino de La Hormiguera, perteneciente a D. Francisco Luzón, porque llevaba tiempo sin funcionar.

El soto y molino de la Arganzuela eran del común y podía pastar cualquier ganado del término de la villa. Luego fue de Francisco Zapata, vecino de la villa de Madrid, que tuvo arrendada la hierba por 10.000 maravedíes. A principios del siglo XV, el molino estaba junto al puente de Toledo y pertenecía a Alonso González de Herrera y a Alfonso de Salmerón.

En un documento de 1427, en el Archivo de la Villa de Madrid, SEC-3-91-19, se habla de los molinos de La Pangia y La Algarrada, que eran de dominio privado.

El molino de La Pangía comenzó siendo comunal, pero ya en el siglo XIII se convirtió en propiedad privada. Sus primeros propietarios fueron Urraca Fernández y Martín López Daganzo, que lo venden, junto con una casa, a Alfonso García de Paredes y a su mujer Catalina González en 1418 por 10.000 maravedíes. El último propietario fue Fermín de Baraybar. Entre 1418 y 1818 los dueños fueron: Alfonso de Águilas, Luis de Toledo (1427), Álvarez de Toledo, Núñez de Toledo, Toledo y Mendoza (marqués de Villamagna) y familia Baraybar y León. Sufrió las consecuencias devastadoras de la riada del río Manzanares en 1499.            

El molino de La Hormiguera es posterior a 1434, ya que no se menciona que hubiese un molino. Solo se habla del prado, isla, viñas y abrevadero de Formiguera (AVM SEC- 3-90-2).

En 1576 consta (Relaciones de Felipe II) que el de La Pangía seguía siendo de Luis de Toledo, y el de La Hormiguera de Pedro de Luzón, y siguió perteneciendo a la familia Luzón hasta que en el siglo XVII pasó al conde de Montijo, que en abril de 1695 lo arrendó, junto con el soto de Luzón, una huerta y prados en La Algarrada por 1.500 reales. A este molino venían a moler vecinos de Vallecas y lugares de los alrededores.

Según el marqués de la Ensenada, contaba Villaverde en 1751 con dos molinos harineros de cuatro muelas cada uno. El de La Hormiguera era del mayorazgo de Osera y molía cuando estaba activo 400 fanegas de trigo. El otro era el de La Pangía, que era en esa fecha de Pedro Yermo y molía lo mismo que el anterior. Los dos rentaban 16.000 reales. El de La Pangía posiblemente lo construyeron los musulmanes, porque el nombre deriva de Alfandía. También pudieron utilizar o construir una atalaya para vigilar y controlar el vado de Santiago el Verde y algunas alquerías junto al río.

En 1848 (Madoz) seguían operativos los dos molinos, pero en 1881 y 1900 consta que había solo un molino harinero en Villaverde, que en 1883 era de Ibo Esparza.

Pregunta

EL ‘DÍA DEL SOTILLO’
Así se conoció a la romería de Santiago el Verde una vez trasladada a la ermita de San Felipe y Santiago, ubicada en la isla del Manzanares del mismo nombre. Muy popular en los siglos XVI y XVII, fue decayendo a lo largo del XVIII hasta desaparecer.

DV_12

Últimas

La vitamina D

Las vitaminas son elementos necesarios que nuestro cuerpo utiliza...

Dos importantes citas contra los recortes en la sanidad pública

ASAMBLEA POPULAR DE CARABANCHEL / REDACCIÓN. Sábado 14 de diciembre...

Blanca y nostálgica Navidad. Un recorrido por recomendaciones

La Navidad es, más que una época, una estación...

Bajo el influjo de los astros

La vida con el paso del tiempo en ocasiones...

Más noticias

La vitamina D

Las vitaminas son elementos necesarios que nuestro cuerpo utiliza...

Dos importantes citas contra los recortes en la sanidad pública

ASAMBLEA POPULAR DE CARABANCHEL / REDACCIÓN. Sábado 14 de diciembre...

Blanca y nostálgica Navidad. Un recorrido por recomendaciones

La Navidad es, más que una época, una estación...

Recientemente hemos realizado en la Asociación Vecinal La Incolora unas jornadas de Puertas Abiertas

Recientemente hemos realizado en la Asociación Vecinal La Incolora...

Os animamos a participar en este tornero benéfico organizado por el IES María Goyri

Os animamos a participar en este tornero benéfico organizado...