Las personas que luchan por algo, obtienen resultados
ROBERTO BLANCO TOMÁS
En una sociedad como la nuestra, en la que el fútbol copa la mayoría de la información deportiva, es bastante probable que muchos de ustedes no sepan que San Cristóbal cuenta entre sus vecinas con una campeona del mundo de kenpo karate. Así es: Zenib Laari Inoune, 22 años, 14 de ellos en este barrio de Villaverde. “Mis padres son de origen marroquí —explica—, aunque ambos tienen ya la nacionalidad. Tanto yo como mi hermano pequeño hemos nacido en Madrid, y lo que más ha calado en nosotros es San Cristóbal, porque es donde hemos vivido más tiempo. Mi hermano ha nacido aquí, en el 12 de Octubre, y yo vine con ocho años, o sea que la mayor parte de mi vida la he pasado en este barrio”.
Zenib está en el último curso del grado de Filología Hispánica en la Universidad Complutense. Lleva practicando kenpo karate 14 años, y compitiendo unos diez, siempre en la Escuela Municipal Kenpo San Cristóbal, “al principio con un maestro diferente, pero los últimos 12-13 años con el maestro que tengo ahora, Benedicto Rosales”, apunta.
¿Cómo empezaste?
Después de ir probando en diferentes deportes, como era muy hiperactiva y bastante agresiva de pequeña, a mis padres les recomendaron que me apuntasen en algún tipo de arte marcial para bajar un poco esa tensión, y desahogarla en un saco y no en mis compañeros de colegio [risas]. Al principio es un poco aburrido, sobre todo para los niños, porque veías a los mayores hacer ya técnicas completas, y tú solo estabas haciendo movimientos básicos. Pero a los cinco o seis meses fue ya para mí lo mejor: veía que iba adquiriendo habilidades, y cada vez que aprendía cosas nuevas sentía una gran satisfacción.
Éste ha sido un buen año para ti en lo deportivo, ¿verdad?
Sí, en el campeonato regional quedé campeona en técnicas de defensa personal, que es lo que más me enorgullece, porque en Madrid, al no haber competidoras de mi edad ni de mi grado, siempre me ponen en la categoría masculina, que al final acaba siendo mixta únicamente porque estoy yo. Y el poder ganar a competidores madrileños, muchos de ellos buenos, la verdad es que me enorgullece… Luego, en el campeonato nacional quedé campeona en combate y tercera en defensa personal, y en el campeonato mundial, que fue a finales de abril en Portugal, quedé primera en técnicas de defensa personal y segunda en armas.
Así pues, tenemos una campeona del mundo en Villaverde…
Sí… Era la primera vez que iba, y quedé bastante contenta con los resultados, sobre todo porque el periodo de preparación fue bastante escaso: nos pilló muy seguido el nacional con el mundial, estaba la Semana Santa de por medio, y la chica con la que tuve que hacer técnicas de defensa personal, que es de Jaén pero está en Granada, solo pude trabajar con ella tres días antes de la competición. Estuvimos repitiendo las técnicas constantemente, y menos mal que somos de un mismo estilo y nos compenetramos bastante bien, y que hay una buena amistad entre nosotras, lo que hizo que todo saliese más fluido… Seguramente si no hubiese sido también por ella, no hubiese quedado campeona en defensa personal.
Además del kenpo estás a punto de terminar Filología Hispánica… ¿Cómo se compatibilizan ambas cosas?
Es muy difícil. Los primeros años, cuando estaba únicamente entrenando y estudiando, no había ningún problema, porque por las mañanas estudiaba y por las tardes entrenaba. Ahora bien, a partir del segundo o tercer año de carrera, que empecé a trabajar para sacar algún dinero extra, me di cuenta de que era muy difícil compatibilizar estas tres cosas, porque todas requieren un tiempo. Hubo una temporada en la que faltaba un montón a clase y procuraba entrenar por mi cuenta cuando tenía tiempo. Tenía la ayuda de mi profesor, que muchas veces me permitía ir a un horario que no era el mío, y entrenaba yo por mi cuenta. Eso me facilitaba mucho, pero si no te organizas bien el tema de horarios y no tienes profesores que entiendan tus circunstancias y te ayuden, resulta casi imposible compatibilizar las tres cosas. En mi caso, por lo menos este año, lo he conseguido.
¿Quieres mandar algún mensaje a nuestros lectores?
Lo primero, el agradecimiento a mis padres, Abdelhak Laari y Rachida Inoune; a mi hermano Moncef Laari Inoune, que aunque sea un terremoto [risas] también me ayuda bastante; a mi maestro Benedicto Rosales… Y luego, a la gente del barrio, del Distrito y de todo Madrid, animarles a que, si en algún momento les gusta algún deporte o estudio, vayan a por ello… Sobre todo la gente que venga de barrios más deprimidos, que no se delimiten, que no crean que por estar en un barrio equis van a tener menos posibilidades: las personas que luchan por algo acaban obteniendo resultados.