La protesta, con dos columnas que salieron de cada uno de los dos distritos y convergieron frente al Tanatorio de la M40 y reunieron a alrededor de un millar de personas cada una, transcurrió bajo el lema de ‘Aquí nadie tira la toalla’
Bajo el lema de “Aquí nadie tira la toalla”, las asociaciones vecinales de Usera y Villaverde continúan la lucha para tumbar (por cuarta vez) el plan de la empresa Parcesa de abrir un horno crematorio en el Tanatorio de la M40. El último hito hasta la fecha de esta campaña ha sido una manifestación este domingo 26 de octubre que ha repetido la fórmula de dos columnas, procedentes de cada uno de los dos distritos, que han partido respectivamente desde la estación de Metro de Villaverde-El Cruce y la plaza los Ojos de la Mezquita (en el barrio de San Fermín, Usera) para confluir finalmente ante el Tanatorio, donde ha concluido la movilización. Cada columna ha reunido aproximadamente a un millar de vecinos y vecinas comprometidas con esta causa.
El Ayuntamiento de Madrid aún no ha emitido una resolución relativa a la solicitud de primera ocupación y funcionamiento del horno crematorio realizada por Parcesa el pasado 20 de agosto, inacción que ha alimentado el enfado vecinal. En juego está ni más ni menos que la salud de la población, pues recordamos que “la empresa proyecta construir el crematorio a menos de 250 metros de edificios de viviendas, colegios, parques, centros de trabajo y establecimientos comerciales, de tal forma que varios miles de personas podrían estar expuestas a diario a sus gases contaminantes”, señalan las organizaciones convocantes de la protesta.
Si el Consistorio emite una resolución favorable de la licencia solicitada, las asociaciones vecinales adelantan que presentarán alegaciones en el periodo de información pública, algo previo a posibles recursos judiciales. “El Ayuntamiento de Madrid tiene que elegir entre autorizar o denegar una actividad que sus responsables saben que es nociva para los vecinos y vecinas de los barrios cercanos, unos barrios que ya conviven con depuradoras, estanques de tormentas, centros de tratamiento de lodos, subestaciones de gas… Tiene que decidir si quiere velar por la salud de las personas que viven y trabajan en el entorno del tanatorio o si vuelve a ponerse del lado de la empresa que busca el mayor beneficio sin importarle el entorno en que se encuentra y el daño medioambiental que pueda hacer”, indican las asociaciones de los dos distritos afectados.
