AA VV DE USERA Y VILLAVERDE.
La decisión tomada por el Ayuntamiento de Madrid el pasado mes de agosto, concediendo una licencia a la empresa Parcesa para construir un crematorio en el tanatorio de la M-40, ha puesto en pie de guerra a los vecinos y vecinas de los distritos situados al sur de la ciudad.
Esta decisión municipal ha sido considerada como la gota que colma un vaso repleto de instalaciones nocivas y contaminantes que se concentran en los terrenos de unos barrios que siempre son utilizados para ubicar aquellas instalaciones que molestan en el centro y en el norte de la capital. Si el Mad Cool hace mucho ruido, si el Bernabéu no está bien insonorizado, si hay que colocar una subestación de gas, si hay que ubicar un centro de secado de lodos o la enésima plataforma logística, siempre se encuentra el recoveco legal y la decisión política o técnica adecuada para que siempre recaigan en los mismos sitios.
Esta licencia de crematorio, una actividad altamente contaminante y nociva desde el punto de vista físico y mental, a menos de 250 metros de viviendas, centros educativos y espacios comerciales, ha provocado una reacción que ha llevado a convocar varias manifestaciones y concentraciones que han puesto en evidencia el hartazgo ciudadano ante la situación que viven en sus barrios.
La manifestación realizada el pasado 26 de octubre, entre la Puerta del Sol, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid que realizó el informe ambiental que ha dado coartada a la licencia, y el Palacio de Correos, sede del Ayuntamiento de Madrid, congregó a más de 3.000 personas, lo que supone una de las movilizaciones más importantes realizadas en el centro de la ciudad por un problema netamente vecinal.
Las asociaciones vecinales de Usera y Villaverde están dispuestas a llegar al final en este asunto. Ya preparan un recurso contencioso administrativo para paralizar la licencia en los tribunales y preparan una nueva manifestación el próximo 1 de diciembre, a las 12:30, saliendo en dos columnas que se juntarán en el tanatorio de la avenida de los Rosales. El objetivo es claro: que el Ayuntamiento no conceda la licencia de actividad del crematorio y que se declare a sus distritos como zona de especial protección para impedir que se construya ni un solo equipamiento nocivo más en la zona.