Aunque es evidente que aún no hemos pasado la pandemia, sí podemos aventurar cómo ésta ha influido en la tecnología de nuestro día a día. Se dice que en este tiempo que llevamos de pandemia la tecnología ha avanzado cinco años de golpe.
En pleno confinamiento, las videoconferencias fueron nuestra ventana exterior para reuniones profesionales, personales, educativas… Todos entramos en ese mundo virtual que hasta ahora estaba siendo utilizado por unos pocos. Aparecieron o se revitalizaron numerosas aplicaciones para tal fin como Zoom, Jitsi, Meets, Teams, etc., incluso dejando a la veterana Skype en un rincón. A partir de entonces, esas videoreuniones se quedaron entre nosotros, y aún se realizan habitualmente, incluso en el mundo profesional, puesto que han servido para mantener a clientes, socios… en contacto. Especialmente útiles han sido las reuniones virtuales para asociaciones de todo tipo, que han podido mantener un contacto entre los socios y apoyarse en estos tiempos de mayor soledad, profesional y personal, dando más sentido a la utilidad del asociacionismo. La forma de trabajar y relacionarse se ha modificado sustancialmente con el impulso de la digitalización y la transformación digital, que ha obligado a los reticentes o perezosos a subirse al tren.
En nuestra vida cotidiana hemos visto numerosos cambios en la forma de relación empresa/cliente. Así en el comercio y la hostelería, por ejemplo, han vuelto a resurgir los conocidos códigos QR, especialmente en bares y restaurantes sustituyendo a las cartas físicas. Hasta en la televisión se está utilizando para poder acceder a más información o a diferentes tipos de campañas. La principal función de dichos códigos es la capacidad de relacionar el mundo analógico con el digital, de ahí lo enormemente útiles en estas circunstancias.
La innovación tecnológica también ha avanzado de forma especial para poder dar soluciones a numerosas necesidades, grandes y pequeñas. En nuestros móviles han aparecido numerosas apps que nos facilitan muchas operaciones de todo tipo, o incluso para ayudar en la pandemia, como la oficial de Radar COVID. Las Administraciones públicas han puesto a disposición de los ciudadanos la posibilidad de realizar numerosos trámites de forma virtual sin necesidad de hacerlo presencialmente.
Otro punto en el que la tecnología ha jugado un papel importante ha sido en la educación, tanto reglada como no. La teleformación, las aulas virtuales, los seminarios web (“webinarios” o “webinars”), etc., han crecido exponencialmente por diferentes razones: imposibilidad de asistir de forma presencial, por la ampliación del catálogo formativo, facilidades técnicas, promoción en las empresas, mayor difusión entre la población, más plataformas de cursos gratuitos, etcétera.
En definitiva, todos éstos, y otros avances tecnológicos que ha provocado la situación de pandemia, están cambiando ya nuestra relación con la tecnología y nuestra forma de vivir. Y seguro que este año seguiremos asistiendo a nuevos avances.