Heydi Cristal Pineda Cubias, ‘Picasa’, pintora hondureña encantada de vivir y trabajar en Villaverde
Heydi Cristal Pineda Cubias es hondureña, sampedrana (de San Pedro Sula). Trabaja en la recepción del Centro Municipal de Mayores San Luciano, donde transcurre nuestra conversación, pero no la entrevisto por ello, sino por su faceta de pintora. En dicho ámbito le dicen “Picasa”, “y eso es debido a uno de mis sobrinos, porque cuando él me miraba pintar me decía: ‘usted va a ser la próxima Picasa’ [por Pablo Picasso, el pintor]. Él estaba muy pequeño cuando me lo decía, entonces yo me quedé con eso”, confiesa sonriente.
¿Cómo empezaste a pintar?
Desde los ocho años he pintado, aunque nunca tomé una clase para ello. La verdad es que fue viendo a mi papá: él pintaba con plumilla, y te podía hacer todo un retrato o una casa a puro plumón y no se confundía… Entonces creo que de eso viene mi vocación.
Luego tuve un percance muy fuerte en Honduras el 24 de enero de 2014, en el que se me quebró la cadera y el fémur, ando con un bastón, y me ha costado nueve años recuperarme porque me dijeron que no iba a volver a caminar. Debido a eso yo me enfoqué más en la pintura: la pintura a mí me salvó.
¿Cuándo viniste a España?
El 16 de marzo del 2018. Y estoy muy agradecida: yo no tengo nada de que quejarme a pesar de los uno y mil problemas que pueda tener. Bendito Madrid, que siempre lo digo, y España me ha brindado y me ha abierto muchísimas puertas que yo jamás imaginé que se me iban a abrir.
¿Cómo ha evolucionado tu pintura a lo largo de estos años?
La primera exposición la hice allí en Honduras: gracias a una conocida pregunté en un City Mall, un centro comercial grandísimo, si podía exponer allí mis pinturas; me dijeron que sí y así empecé. La segunda fue en la universidad: estudié Psicología, celebrábamos la Semana del Psicólogo y me dijeron “Usted va a ser el centro de la semana”, y pusieron mis pinturas. Desde ahí me fui abriendo camino.
Cuando vine aquí, me empecé a dar a conocer por los mismos paisanos. Expuse en uno de los restaurantes hondureños, y desde entonces me he ido moviendo. Mi primera exposición “oficial” fue en el Centro Juvenil El Sitio de Mi Recreo, en Villa de Vallecas, con temática en contra del racismo. Me dijeron que era la primera hondureña que exponía en aquel centro. También me he dado a conocer por las embajadas: la de Ecuador, la de Honduras… Y en Barcelona, en Valencia, aquí en Madrid…
¿Cómo definirías tu pintura?
Pues fíjate que pinto de todo, eso sí, con estilo Pop Art. Si ves mis pinturas, tienen mucho colorido, me gusta que llamen la atención. Yo creo que ése es el toque personal, ése es mi punto. Y pinto en acrílico y en óleo. En esto he evolucionado: antes pintaba con acuarela y con témpera. Cuando vine acá fue cuando empecé a investigar nuevas técnicas…
¿Algún referente especial?
Frida Kahlo, me identifico muchísimo con ella… Las pinturas de ella son… Guau… Son carne viva, y son muy “cabronas”… Me encanta Frida Kahlo…
Llevas aquí cinco años… ¿Desde el principio en Villaverde?
No, he vivido en Leganés, luego me fui a Cuatro Caminos donde unas amigas, y después me vine para Villaverde.
¿Y cómo entraste a trabajar aquí, en el centro de mayores?
Justo un día antes de la pandemia fue mi última operación, la más fuerte, y yo estaba recuperándome en casa. Empecé a recibir cursos online y a mirar en el Ayuntamiento, en el SEPE… Metí mi currículo, puse los cursos que había sacado y vi el anuncio referente al centro de mayores del Ayuntamiento. En plena pandemia me llamaron y empecé a trabajar en Santa Eugenia. Pedí que si salía alguna vacante aquí, cerca de donde vivo, me trasladaran, y así fue. Me gusta mucho mi trabajo, estar de cara al público, interactuando con la gente.
¿Cómo es tu relación con el barrio?
Muy buena: espero vivir mucho tiempo por acá, por Villaverde. Está muy concurrido, es un barrio con mucha vida, muchos comercios, muy completo, y me gusta mucho.
¿Quieres enviar algún mensaje a los vecinos?
Que sigan luchando por sus sueños, que no se queden tirados en el suelo. Mi mamá siempre decía que hay que hacer cosas que nunca has hecho para ver cosas que nunca has visto, y la verdad es que el cielo es el límite, siempre hay que seguir luchando. No importa lo que te pase: tú sigue p’alante, que siempre hay un mejor mañana.
