Presentado en el Centro Cultural Santa Petronila un interesante proyecto de la Fundación 1º de Mayo que persigue recuperar la memoria obrera de nuestra ciudad creando un mapa tanto de las fábricas y los barrios como de los espacios de lucha y represión
Ayer, martes 9 de abril, tuvo lugar en el Centro Cultural Santa Petronila la presentación del proyecto Cartografía del Movimiento Obrero en Madrid, que “trata de recuperar, por un lado, la memoria obrera física de las fábricas y los barrios; y por otro, la memoria de las luchas obreras, la represión y la resistencia tanto en los espacios fabriles como en los urbanos”. El acto estuvo organizado por la Asociación Vecinal La Unidad de Villaverde Este, en colaboración con la Fundación 1º de Mayo, impulsora del proyecto.
Realizaron la presentación Mayka Muñoz Ruiz y Susana Alba Monteserín, autoras de este interesantísimo trabajo, quienes fueron presentadas por Silvia González Iturraspe, vicepresidenta de la asociación vecinal, quien destacó la gran importancia que tienen para la misma los temas relacionados con la memoria histórica.
El proyecto “surge con la idea de rescatar una parte de la memoria del Madrid obrero de la segunda mitad del siglo XX y plasmarla en un mapa conceptual de los lugares de la memoria obrera antifranquista. Para alcanzar este objetivo se ha llevado a cabo una investigación de estos espacios donde los trabajadores y las trabajadoras habitaron la ciudad y retaron al régimen franquista, que consideraba que la calle era suya”.
La idea es que su resultado permita “a la ciudadanía y, sobre todo, a las nuevas generaciones, el acceso al conocimiento de un pasado, no tan lejano, en el que el paisaje de la ciudad estaba marcado por el mundo del trabajo, su arquitectura, sus reivindicaciones y luchas”. Para ello, ha adoptado el formato de una web muy bien estructurada, en la que destaca su sencillez de uso y navegabilidad, a objeto de favorecer el acceso fácil a la información. Refuerza dicha navegabilidad el protagonismo de los elementos visuales (mapas, fotos…) para la mejor captación de los conceptos que en ella se exponen.
La estructura está construida en torno a cuatro categorías principales: Las Fábricas, La Ciudad Obrera, La Disputa del Espacio Público y Lugares de Represión. Con ella “Se ha buscado visibilizar los lugares de la memoria obrera, de trabajo, de socialización, de lucha antifranquista, de movilizaciones y manifestaciones, que nos hablan del protagonismo de la clase trabajadora en la lucha por arrancar a la dictadura franquista resquicios de democracia. También se han plasmado los cambios que se han producido en los espacios urbanos, donde los edificios de viviendas, oficinas y las zonas verdes han sustituido a las fábricas y los talleres desde que el proceso de reconversión redujo considerablemente el tejido industrial madrileño, con los efectos que eso ha tenido para la clase trabajadora”.
Las autoras señalaron que el distrito de Villaverde constituye un ejemplo paradigmático de lo que se va a ver en esta cartografía. En este sentido, “El diseño urbanístico que se impuso a partir de 1944 con el Plan Bigador ha marcado la segregación espacial y social de la ciudad. El objetivo del mismo fue desplazar a los suburbios las industrias, la emigración y las clases trabajadoras. Los años sesenta son el máximo exponente de esta planificación sustentada en una ideología claramente clasista con el desarrollo de la industria fordista en los distintos polígonos suburbiales en paralelo a la creación de los barrios y las colonias obreras cercanas a los mismos”.
“Estos espacios fueron habitados por la ciudadanía en un contexto de represión, pero eso no significa que ésta no ejerciera su agencia y ocupara esos espacios para manifestarse y reivindicar derechos y libertades democráticas —aclaran las autoras—. Ahora bien, también son espacios de violencia debido a las cargas policiales, a las detenciones y los malos tratos sufridos. Las relaciones laborales, vecinales y sociales articuladas en torno a las fábricas y a los barrios generaron una memoria colectiva que aunaba una experiencia concreta con unas expectativas generadas por la lucha por los derechos laborales y políticos en el contexto de la dictadura”.
“Esta memoria se enraíza en los lugares de trabajo, de lucha vecinal, de manifestaciones, de saltos, así como en los espacios donde muchos de estos trabajadores y trabajadoras sufrieron represión —continúan—. Ahora bien, mientras que el franquismo impuso su memoria en el espacio de la ciudad a través del callejero, los símbolos arquitectónicos, las ceremonias, las conmemoraciones y la acción de las fuerzas de orden público, la memoria de la clase trabajadora y de su lucha por las libertades ha sido eludida de los espacios urbanos. Esta situación se agrava a partir de la crisis económica de finales de los años setenta y el comienzo de los procesos de desindustrialización ya en la década siguiente, que hace desaparecer las industrias de los suburbios y las traslada más allá de la metrópoli. Paralelamente, la especulación urbanística y la terciarización de la economía madrileña provocaron la eclosión de un urbanismo de tipo residencial y de oficinas que relega al olvido el pasado fabril de la capital”.
Muñoz y Alba apuntaron también que el proyecto está todavía en construcción y que aún faltan muchos lugares que señalar en los mapas de las cuatro categorías, por lo que pidieron la colaboración vecinal, especialmente de las personas que han vivido estos procesos, para irlos completando. A la presentación siguió un interesante debate, en el que algunas de las personas presentes enumeraron unas cuantas localizaciones susceptibles de ser añadidas al proyecto y se mostraron dispuestos a aportar al mismo la información que conocen.
Web ‘Cartografía de la Memoria Obrera de Madrid (1957-2023)’