Raúl González Martín, escritor, vecino de Villaverde y colaborador de este periódico

Raúl González Martín es escritor y vecino del distrito de Villaverde, de Los Rosales, donde llegó en el año 2000. Venía de cerca, pues se crio en Orcasur, en el barrio de Santa María Reina. Es, asimismo, colaborador de nuestro periódico y de otros medios de comunicación. De todo ello charlamos tranquilamente en una cafetería del cruce de Villaverde Bajo, una muy agradable conversación sobre literatura y vida de la que he extraído la entrevista que sigue.

Raúl, ¿cómo empezaste a escribir?

Bueno, siendo adolescente escribía poesías… Luego lo dejé durante muchos años y lo retomé en torno al año 2005 o 2006. Empecé a escribir sin rumbo fijo, relatos al principio. Aunque estuve tanto tiempo sin escribir, la verdad es que me abastecía mucho de literatura, porque soy un gran lector, y ésa yo creo que es, como dice Mario Vargas Llosa, la mejor academia para escribir. Así que podemos decir que realmente mi afición a la escritura empezó tardía, pero bueno, desde entonces llevo aproximadamente casi 20 años escribiendo.

Sí es verdad que el gusanillo ese de la escritura siempre lo tuve en mi interior. A los 20 años de edad, como estuve también tocando la guitarra, escribía cancioncillas por aquel entonces. Pero la música la dejé porque cantaba muy mal y tocaba muy mal la guitarra. En realidad escogí sobre todo lo que me llenaba: escribir me llena mucho.

Desarrolla eso un poco más: ¿qué es para ti escribir?

Escribir es para mí una ventana a la realidad, o sea, salir de mi realidad, de este mundo digamos… Y también otra ventana para decir lo que llevo dentro. O sea, resulta una doble vertiente, y realmente es como mi terapia interior.

¿Qué es lo primero que escribiste?

En mi caso, como en el de muchos escritores, lo primero que escribo es sobre uno mismo. En cuanto a género, eran relatos. Luego, con el paso del tiempo —unos años, no muchos tampoco—, retomé la poesía de cuando era adolescente. Fui a cursos de poesía, a talleres de escritura, y luego ya me metí de lleno también en ese mundo, el de la poesía, recitando y publicando libros de dicho género. Antes había publicado libros de relatos.

Eso te iba a preguntar: ¿qué es lo primero que publicaste?

Como te digo, publiqué libros de relatos al principio. Tengo tres, y cinco de poesía. Luego tengo una novela corta basada en un hecho real: El niño de Somosierra. Es sobre un niño que desapareció en los años ochenta en el puerto de Somosierra, una historia muy conocida en su momento. Viajaba en un camión con sus padres, tuvieron un accidente, ellos murieron y el niño desapareció. Yo la novelé: me estuve informando y estudiando el caso, y a partir de ahí creé una novela.

¿Y qué tal resultó?

Bien, tuvo muy buena acogida. Es cierto que yo me autopublico mis libros… y eso, claro, te limita mucho para llegar al gran público.

Has publicado más novelas…

Sí, publiqué otra novela en el 2021 que se titula Salamandras de pared, y a primeros de este año también he publicado la continuación, titulada Perchas humanas. Salamandras de pared está basada en la vida de mi abuelo paterno, que fue una vida corta, porque falleció a los 49 años en la cárcel durante la posguerra, pero apasionante. Migró a Argentina, volvió, se casó con mi abuela, tuvo hijos… Y, bueno, la terminé, la publiqué y la verdad es que estoy orgulloso de haberlo hecho.

Entonces tu faceta novelística ha estado de momento orientada hacia la novela basada en hechos reales, ¿no?

Sí, sí… Ahora estoy en otra, ficticia, pero también con personajes reales que rescato. Aunque es verdad que ésta es más ficticia que las anteriores.

¿En qué género te sientes más cómodo?

Me siento cómodo en los dos que practico: narrativa y poesía. ¿Pero sabes lo que me ocurre con la poesía? Que la poesía me sale. Yo no digo: “Voy a escribir un poema”. Es el poema el que me viene a mí. Es automático, y puedo poetizar sobre cualquier cosa. Sobre todo me interesa el ser humano: sus sentimientos, su actitud… Siempre me ha atraído mucho el ser humano.

¿Y qué subgéneros y temáticas te atraen en la narrativa?

Me interesa mucho el crimen, la novela negra, que es de lo más difícil que hay para escribir: hay que “atarla” muy bien. También la novela social, en los tiempos que estamos, pero muy a lo Galdós, Baroja… En esa onda.
Al final escribo sobre lo que veo.

Me acabas de revelar que tienes una novela entre manos…

Sí, he comenzado hace escasamente un mes, o sea que está en pañales… Y bueno, ahí estoy con ella. Se puede decir que es “muy a lo Stephen King”: misterio, sobrenatural… un poquito de todo. Ambientada en Madrid, porque como digo al final Madrid es lo que me abastece. De momento pinta bien, pero todavía queda por desarrollar un montón. Imagínate: llevo 15 o 20 páginas.

Colaboras también con medios como el nuestro…

Sí, colaboro últimamente con poesía. Con Distrito Villaverde y también con revistas como Troquel o Pluma y Tintero. Y bueno, hago ahí mis cositas. Me gusta estar un poco en el mundillo literario… No del todo, porque es también un mundo un poquito cerrado para mi gusto, pero sí me gusta dar pinceladas.

¿Es diferente escribir para medios que por ejemplo para hacer un poemario? ¿Qué diferencia hay?

Para medios es más inmediato. Es quizás también algo menos íntimo, aunque depende…. Algo menos íntimo, pero no mucho.

¿Y proyectos? Ahora estás con la novela, pero… ¿tienes en mente algo que te apetecería hacer después?

Me gustaría publicar de aquí a un par de años o tres, aparte de la novela que estoy escribiendo, un poemario. Un poemario quizás dedicado a mis hijos. Tengo dos, hija e hijo, y ellos son la parte más importante en mi vida. Muchos de mis poemas están inspirados en ellos, consciente e inconscientemente.

Veo que llevas en paralelo tu vertiente narrativa y tu vertiente poética… Ahora estás haciendo una novela, pero quieres hacer después un poemario para que ninguna de las dos se quede rezagada, ¿no?

Efectivamente. Es cierto que me dediqué a la poesía unos años y la narrativa la dejé un poco en stand-by, pero bueno, yo tengo una muy buena escuela para la narrativa, y te explico cuál es: escribir en un diario todos los días. Ésa es una escuela impresionante para la narrativa. Es superútil y todo un entrenamiento. Al final la literatura es como el atletismo: tienes que entrenar todos los días.

¿Quieres enviar algún mensaje directo a los lectores de Distrito Villaverde?

Por supuesto: les invito a que lean. Que no dejen de leer nunca. Leer resta ignorancia, te da más cultura y otras perspectivas propias. Leer es algo que no debe perder nunca el ser humano.

Bibliografía

Libros de relatos:

• La vida (2009)
• Sentimientos (2010)
• De lo que ella y él escribirían (2012)

Libros de poesía:

• Por qué dices porque (2014)
• Graffitis en la calle (2015)
• Noche que suena a cristal roto (2017)
• Viudo de Dios (2018)
• Sala de audiencia (2023)

Novelas:

• El niño de Somosierra (2011)
• Salamandras de pared (2021)
• Perchas humanas (2024)

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