NOVEDADES DE LA LEY DE DISCAPACIDAD PARA FAMILIARES Y CUIDADORAS/ES
Más información e inscripciones:
☎ 917109713
📧 caimujercc@madrid.es
#leydiscapacidad #cuidadoresfamiliares #EspaciosdeIgualdad #Villaverde
(Feed generated with FetchRSS)
NOVEDADES DE LA LEY DE DISCAPACIDAD PARA FAMILIARES Y CUIDADORAS/ES
Más información e inscripciones:
☎ 917109713
📧 caimujercc@madrid.es
#leydiscapacidad #cuidadoresfamiliares #EspaciosdeIgualdad #Villaverde
(Feed generated with FetchRSS)
NOVEDADES DE LA LEY DE DISCAPACIDAD PARA FAMILIARES Y CUIDADORAS/ES
Más información e inscripciones:
☎ 917109713
📧 caimujercc@madrid.es
#leydiscapacidad #cuidadoresfamiliares #EspaciosdeIgualdad #Villaverde
(Feed generated with FetchRSS)
SOLSTICIO DE INVIERNO
Más información e inscripciones:
☎ 917109713
📧 caimujercc@madrid.es
#solsticio #solsticiodeinvierno #EspaciosdeIgualdad #Villaverde
(Feed generated with FetchRSS)
UN MURAL ENTRE TODAS
Más información e inscripciones:
☎ 917109713
📧 caimujercc@madrid.es
#mural #muralentretodas #EspaciosdeIgualdad #Villaverde
(Feed generated with FetchRSS)
TRUEQUE DE ROPA Y MERIENDA NAVIDEÑA
Más información e inscripciones:
☎ 917109713
📧 caimujercc@madrid.es
#navidad #trueque #truequederopa #EspaciosdeIgualdad #Villaverde
(Feed generated with FetchRSS)
Las vitaminas son elementos necesarios que nuestro cuerpo utiliza para desempeñar distintas funciones importantes de metabolismo y desarrollo, también son útiles para el funcionamiento correcto de nuestros órganos. La vitamina D es importante porque ayuda a absorber el calcio en los huesos y sirve para la construcción de nuestra estructura musculoesquelética. Una deficiencia de vitamina D puede provocar enfermedades de los huesos como osteoporosis y raquitismo. Además tiene un papel importante en nuestro sistema inmune de defensas, para combatir bacterias y virus.
La vitamina D se sintetiza a través de la piel y solo una pequeña parte proviene de la dieta. La importancia de esta vitamina radica en que para su correcta absorción y metabolismo es necesaria la activación en nuestra piel a través de exponernos a la luz solar, que nos aporta la radiación necesaria para que la vitamina pueda absorberse adecuadamente y hacer su efecto en el metabolismo del calcio para el mantenimiento de nuestros huesos. En España, a pesar de contar con un gran número de horas de sol al año, existe habitualmente un déficit creciente de esta vitamina, debido a la escasa exposición solar (pasamos mucho tiempo en casa, o sin salir al aire libre). Las personas que tienen un riesgo mayor de déficit en esta vitamina son quienes tienen sobrepeso, insuficiencia renal o embarazadas por ejemplo.
Los alimentos con mayor contenido en vitamina D son los lácteos, frutas (naranja, aguacate), verduras (zanahoria), el pescado azul, los huevos o la carne. También está presente en los hongos y champiñones. A menudo, se venden otro tipo de complementos en la farmacia para complementación cuando es necesario porque los niveles están muy bajos en sangre. Sin embargo, la investigación científica ha demostrado que la vitamina D que se absorbe a través de la piel puede permanecer en el organismo el doble de tiempo que los suplementos y los alimentos. Por eso es beneficioso pasar tiempo al aire libre, incluso en invierno, para no sufrir déficit de vitamina D.
¿Su carencia provoca algún síntoma?
Si te falta vitamina D, lo más probable es que no tengas ningún síntoma. No obstante, los niveles bajos de esta vitamina durante periodos largos de tiempo pueden provocar pérdida de la densidad ósea, lo que puede llevar a padecer osteoporosis y mayor riesgo de fracturas. También puede conducir a otras enfermedades como el raquitismo en los niños (favorece que los huesos se vuelvan más blandos y se doblen) o la osteomalacia en adultos. Consulta a tu médico en caso de duda acerca de la importancia de los niveles cuando sea necesario una suplementación.

3. EDAD MEDIA (476 – 1492)
3.4. Santiago el Verde
En recompensa a la ayuda prestada por los caballeros de la Orden de Santiago en la Reconquista, los reyes les concedieron diversas posesiones de tierras y lugares de Madrid, como el vado de Santiago el Verde, a orillas del río Manzanares, hoy bajo el Nudo Supersur de la M-40. Era el lugar más fácil para cruzar y controlar el paso del río. Con el tiempo se convirtió en un pequeño núcleo de población. Es posible que empleasen el lugar de control del paso, reutilizando una torre de vigilancia musulmana y algún tipo de poblamiento.
Se despobló a comienzos del siglo XV, en favor de Villaverde. La iglesia se convirtió en ermita a la que acudían, el primero de mayo, los habitantes de Villaverde, peregrinando en procesión, para venerar una imagen de madera de la Virgen María, por el camino llamado de los Rosales. Es posible que tuviera raíces paganas, protagonizada por campesinos al ser el mes de mayo, el comienzo del ciclo agrícola.
Hasta el siglo XVI lo celebraban solo los habitantes de Villaverde. Poco a poco se fueron añadiendo los de Madrid y, con el tiempo, siglo XVII, y por conveniencia de los madrileños, a los que les pillaba un poco lejos, pasó a celebrarse en una isla del Manzanares, más cerca de Madrid, llamada “El Sotillo”. No hay unanimidad entre los historiadores para situarla, no obstante parece que se encontraba en una isla arbolada en medio del río, a una distancia de algo más de un cuarto de milla, frente a la dehesa de la Arganzuela.
La ermita de Santiago el Verde se fue abandonando. Según Montero de la Cruz a finales del siglo XIX aún quedaban restos de ella. La campana pasó al reloj del ayuntamiento de Villaverde, la parroquia de San Andrés se quedó con el cuadro de Santiago, que se encuentra situado encima de la puerta de acceso a la torre, y la talla de la Virgen pasó a la basílica de Atocha.

Fueron las fiestas más populares y concurridas de Madrid. Acudían los madrileños andando, en caballerías o en carrozas, personas de todas las clases sociales con sus mejores galas, reyes (Felipe IV en varias ocasiones), nobles como el duque de Lerma y el conde-duque de Olivares, villanos y plebeyos.
En El Sotillo merendaban, compraban chucherías en los puestos feriales y cenaban. Las mujeres exhibían sus vestidos y se enorgullecían de sus conquistas; los políticos escuchaban el latir del pueblo y se divertían en devaneos ocasionales; los villanos y plebeyos se distraían comiendo, bebiendo, cantando y bailando.
Felipe IV murió el 1 de mayo de 1665, y para mantener el luto la fiesta se trasladó al 15 de mayo, festividad de San Isidro, que pasó a ser la fiesta más importante de Madrid.
El nombre de “el verde” le viene por el verdor de la primavera en esas fechas en esta zona junto al Manzanares. Hoy día solo queda, aparte del citado cuadro en mal estado, una calle llamada “Santiago el Verde”, en un azulejo del siglo XVIII, que se encuentra en el distrito de la Inclusa, entre la calle Huerta de Bayo y la del Casino, cruzada por la calle Mira el Sol y siendo paralelas las calles del Ventorrillo y Embajadores.

3.5. Los molinos harineros
Los molinos fueron una revolución tecnológica de la molienda. Hasta la revolución industrial, las energías utilizadas eran de origen natural, como el agua, el viento y la fuerza animal. El sector más importante en Villaverde fue el de los hornos de tejas y ladrillos, y los molinos para la molienda del cereal, muy extendido por su entorno.
La instalación de los molinos hidráulicos dependía del volumen de población, de la producción de cereales y de las disponibilidades hídricas. Al circular el río por zona llana, se construían pequeñas presas para almacenar el agua y conducirla hacia el molino, que golpeando las ruedas de moler las hacía girar. El agua después salía y era dirigida de nuevo al río.
Los molinos eran uno de los elementos clave de la economía agraria. Al principio pertenecían a los concejos, pero poco a poco los ricos se los fueron apropiando. Como pago se entregaba la “maquila”, cantidad de harina de trigo que se abonaba al molinero por la molienda. Si era propiedad de los concejos, los vecinos hacían uso del mismo para sus moliendas, sin la figura del molinero. Los molinos en torno a Madrid funcionaban unos meses al año, de noviembre a mayo o junio, dependiendo del agua que llevase el río.
Desde su fundación en los siglos XII-XIII, Villaverde estaba rodeado de tierras de cereales, pastizales, algunas huertas y frutales, con una industria de hornos de pan, de tejas y ladrillos, que abastecían a Madrid.
Desde que tenemos constancia de ello en la Edad Media, ya existían en la ribera del río Manzanares de Villaverde tres molinos harineros: el del soto de la Arganzuela, el de La Pangía, y el de La Hormiguera. Eran muy importantes para la alimentación de la población, hasta tal punto que el Concejo de Madrid inspeccionaba sus instalaciones para asegurar el abastecimiento de harina. En una de esas inspecciones que se hicieron, en 1525, se comprobó que, entre otros, los dos últimos molinos citados tenían piedras blandas, dándoles diez días de plazo para cambiarlas. En 1630 mandó restaurar el molino de La Hormiguera, perteneciente a D. Francisco Luzón, porque llevaba tiempo sin funcionar.
El soto y molino de la Arganzuela eran del común y podía pastar cualquier ganado del término de la villa. Luego fue de Francisco Zapata, vecino de la villa de Madrid, que tuvo arrendada la hierba por 10.000 maravedíes. A principios del siglo XV, el molino estaba junto al puente de Toledo y pertenecía a Alonso González de Herrera y a Alfonso de Salmerón.
En un documento de 1427, en el Archivo de la Villa de Madrid, SEC-3-91-19, se habla de los molinos de La Pangia y La Algarrada, que eran de dominio privado.
El molino de La Pangía comenzó siendo comunal, pero ya en el siglo XIII se convirtió en propiedad privada. Sus primeros propietarios fueron Urraca Fernández y Martín López Daganzo, que lo venden, junto con una casa, a Alfonso García de Paredes y a su mujer Catalina González en 1418 por 10.000 maravedíes. El último propietario fue Fermín de Baraybar. Entre 1418 y 1818 los dueños fueron: Alfonso de Águilas, Luis de Toledo (1427), Álvarez de Toledo, Núñez de Toledo, Toledo y Mendoza (marqués de Villamagna) y familia Baraybar y León. Sufrió las consecuencias devastadoras de la riada del río Manzanares en 1499.
El molino de La Hormiguera es posterior a 1434, ya que no se menciona que hubiese un molino. Solo se habla del prado, isla, viñas y abrevadero de Formiguera (AVM SEC- 3-90-2).
En 1576 consta (Relaciones de Felipe II) que el de La Pangía seguía siendo de Luis de Toledo, y el de La Hormiguera de Pedro de Luzón, y siguió perteneciendo a la familia Luzón hasta que en el siglo XVII pasó al conde de Montijo, que en abril de 1695 lo arrendó, junto con el soto de Luzón, una huerta y prados en La Algarrada por 1.500 reales. A este molino venían a moler vecinos de Vallecas y lugares de los alrededores.
Según el marqués de la Ensenada, contaba Villaverde en 1751 con dos molinos harineros de cuatro muelas cada uno. El de La Hormiguera era del mayorazgo de Osera y molía cuando estaba activo 400 fanegas de trigo. El otro era el de La Pangía, que era en esa fecha de Pedro Yermo y molía lo mismo que el anterior. Los dos rentaban 16.000 reales. El de La Pangía posiblemente lo construyeron los musulmanes, porque el nombre deriva de Alfandía. También pudieron utilizar o construir una atalaya para vigilar y controlar el vado de Santiago el Verde y algunas alquerías junto al río.
En 1848 (Madoz) seguían operativos los dos molinos, pero en 1881 y 1900 consta que había solo un molino harinero en Villaverde, que en 1883 era de Ibo Esparza.

EL ‘DÍA DEL SOTILLO’
Así se conoció a la romería de Santiago el Verde una vez trasladada a la ermita de San Felipe y Santiago, ubicada en la isla del Manzanares del mismo nombre. Muy popular en los siglos XVI y XVII, fue decayendo a lo largo del XVIII hasta desaparecer.
La Navidad es, más que una época, una estación más, por lo que hay cinco. ¿Algún año empezarán en agosto? Quizá todo nos lleve a habitar en esa ciudad llamada Christmas Town que salía en la magnífica Pesadilla antes de Navidad (1993). Conviene repasar cierta literatura y fantasmagoría fílmica que aborda la Navidad mientras nos preguntamos si la concejalía villaverdiana dejará a los vecinos hacer cabalgata o no.
Películas:
De ilusión también se vive (1947) de George Seaton. Una magnífica película con Santa Claus, la ilusión de una niña y unos grandes almacenes. Merece y mucho la pena el visionado de una cinta que es, ante todo, una buena muestra de cine navideño sin recurrir a los tópicos.
Plácido (1961) de Luis García Berlanga. Obra maestra absoluta. Lo curioso es que a lo mejor las nuevas generaciones no reconozcan esa Navidad. Es, quizá, la mejor película española de la historia, con permiso de algún título dirigido por Fernán-Gómez. Esa Navidad berlanguiana en la que resuenan villancicos, angustia, comedia y disección social… ¿cómo sorteó la censura? Genialidades que en ocasiones suceden. No se llevó el Oscar porque Bergman estaba, pero en esta ocasión Bergman no lo ganó merecidamente. Es una película que cada vez que se vuelve a visionar el resultado es mucho mejor. Eterno Berlanga.
Tres padrinos (1948) de John Ford. Es un western que ya rodó. ¿Por qué se hizo un remake a sí mismo? Es una delicia. ¿Son los Reyes Magos? ¿Y por qué no? Véanla y juzguen. Ford nunca decepciona. ¿Cuántos cineastas hay que pasaron de un modo tan natural del mudo al sonoro? ¿Por qué cada película de Ford gana con el tiempo? Otra suya navideña es La taberna del irlandés (1963), para aquellos que no sepan que otra Navidad es posible.
No hay que olvidar el cine de José Luis Garci y cómo la Navidad tiene una relevancia en muchos de sus títulos. Quizá esto obedezca a dos razones: su amor por esa fecha del año o que nunca la ha filmado como él quería. Merece la pena dejarse balancear por ese Madrid navideño de los 80 con la música de Jesús Gluck en las tres partes de El Crack, o en You´re the one (2000) o Tiovivo C. 1950 (2004).
En cuanto a libros, a los ya mencionados el año anterior debería señalarse un pequeño cuento de José María Merino titulado El carbón de los Reyes Magos, que editó en el 2018 de forma magistral Reino de Cordelia. En apenas 46 páginas con las ilustraciones —dignas de camisetas— de Raúl Arias sucede una noche de Reyes sublime. ¿Cómo sería pasar tal acontecimiento? El texto de Merino invita a pensar en una posible adaptación cinematográfica. ¿Por qué no?
Aunque ya se habló del mismo, conviene volver a recomendar La puerta de las estrellas (2022) de Ingvild H. Rishøi. La vida de las hermanas Ronja y Emili es un texto que, también, como sucede con el cine de Ford y de Berlanga, va ganando con el tiempo. Historia cruda y emotiva que se lee de un tirón. Hay algo muy emocionante en ella. Sus diálogos, sus descripciones, su crudeza, su melancolía y la entrega que se dibujan en el mismo consiguen que sea algo muy cercano a una obra maestra.
La Navidad en Pemán está compuesto por una serie de artículos, poemas y cuentos, todos ellos dedicados a la Navidad. Resulta muy original la composición del mismo y no es nada previsible en su propuesta. El humanismo en Navidad, la Navidad en Andalucía, etcétera.
El regalo de O. Henry es un clásico que no puede fallar y que conviene leer sin haberse documentado con anterioridad. Del mismo modo, nunca falla Cuento de Navidad. Cada vez uno es más consciente de todas las historias que parten del texto de Dickens ¿O no, Sr. Tim Burton?
Si antes hemos mencionado a José Luis Garci como director, no hay que olvidarle como creador de cuentos navideños. El mejor, sin duda alguna, se encuentra en Insert Coin. Encuéntrenlo. Y bueno, ya se sabe que aquellas Navidades, sí, aquellas, no volverán, pero vendrán otras.