La voluntad, en todos los ámbitos de la vida, y por ende también en política, se demuestra no solo con alardes de discursos cargados de empatía social, no solo se demuestra con bonitas palabras o intenciones, sino con hechos.

Y los hechos nos acaban de demostrar que Ahora Madrid ha elegido Villaverde como víctima principal de sus recortes. Tanta comprensión que mostraban, tanta cercanía y tantas promesas por parte de Ahora Madrid hacia Villaverde y sus vecinos… Todo en campaña electoral, claro; a la hora de la verdad, nada de nada de nada.

Todo lo que hemos criticado y recriminado a los anteriores Gobiernos del PP para con nuestro distrito durante décadas, toda esa desidia, todas esas promesas incumplidas, todas esas excusas… exactamente las mismas que nos demuestra la “nueva politica” de IU, de Equo, de Ganemos, de Podemos… del batiburrillo de grupos de conforman nuestro ayuntamiento, que conforman Ahora Madrid.

Los hechos efectivamente nos presentan recortes en inversión, donde Ahora Madrid ha sajado el 42% del presupuesto destinado nuevas infraestructuras para nuestro distrito. Pero también en el gasto corriente, en mantenimientos y mejoras de nuestros viales, en zonas verdes, en edificios municipales o incluso en sus “proyectos bandera”, como “eran” los Presupuestos Participativos.

¿Y cómo hemos llegado a esta situación? Pues hemos llegado aquí porque estamos en guerra: en guerra política, la creada entre el señor Sánchez Mato y el señor Montoro Romero. Entre el ya ex-responsable económico del Gobierno de Ahora Madrid (cesado fulminantemente por Manuela Carmena el pasado mes de diciembre) y el Gobierno del Partido Popular. Y como en todas las guerras, los que más sufrirán las consecuencias serán los civiles: los madrileños, los residentes del distrito de Villaverde; nosotros.

Desde el grupo municipal de Ciudadanos ya veníamos denunciando desde finales del ejercicio 2015 que el Gobierno de Ahora Madrid, que el área kamikaze-financiera de Economía y Hacienda de este ayuntamiento, venía superando la tristemente famosa Regla de Gasto. Es decir, el techo de gasto permitido por el Ejecutivo estatal a todas las Administraciones de España, para controlar el desfase que había sucedido en muchos municipios en años anteriores. La ley. Te podrá gustar más o menos, estar más o menos de acuerdo, pero siempre, y ante todo, cumplir con la ley, porque… ¿cómo vamos a exigir a los madrileños que cumplan sus obligaciones tributarias o paguen sus impuestos o hagan caso de las sanciones de tráfico si desde el consistorio son los primeros que no cumplen la Ley Económica Estatal, recogida en la Constitución Española?

¿Consecuencias? 256 millones de euros en recortes para Madrid, que provendrán de todas los ámbitos, tanto de inversiones, como de gasto corriente, como de paralización de nuevos programas y proyectos, etc., vitales en el devenir de un ayuntamiento.

En Villaverde:

— Recortan 1,6 millones de euros en mantenimientos, nuevo mobiliario, seguridad, programas y limpieza de Centros Culturales, Centros de Mayores, Centros de Dia, etcétera.

— Recortan 1,2 millones de euros en Presupuestos Participativos. Todas las partidas en accesibilidad.

— Recortan más de 8,6 millones de euros en nuevas inversiones, como pueden ser entre otras la construcción de la biblioteca municipal, la renovacion integral del Parque Plata y Castañar y su auditotio, la creacion de los anunciados a bombo y platillo aparcamientos disuasorios, el nuevo Polideportivo Parque Ingenieros o la archifamosa y nunca comenzada obra de la Factoria Industrial de Villaverde.

Lamentable e imperdonable gestión.

Para más inri, si a todos estos recortes además les sumamos los porcentajes de ejecución en inversiones que ostenta el Gobierno de Manuela Carmena, un pésimo 25%… tenemos la certeza de que el futuro de la ciudad de Madrid, y del distrito de Villaverde en concreto, es dramático.

Desde Ciudadanos hemos comentado en varias ocasiones que Madrid tiene una deuda histórica con nuestro distrito. Desde 2017, Ahora Madrid también la tendrá, y lo peor es que no parece capaz ni de admitirla ni de hacerse cargo de la misma.

Por eso, ahora más que nunca, gritamos #VillaverdeNoSeToca #NoMásRecortes  #NoMásExcusas.

 Hugo Moreno Campillos. Portavoz de Ciudadanos Villaverde

Historias increíbles

DAVID MATEO CANO

Hoy en día, en los tiempos que corren, trabajar siempre es un privilegio que desgraciadamente no todo el mundo puede permitirse. Sin embargo hay trabajos en los que dicho privilegio se convierte en una verdadera tortura: como muestra mencionaré unos cuantos que no debería desempeñar nadie.

El primero de ellos es el de minero de azufre en Indonesia, donde es necesario subir hasta un volcán en el que existe un lago sulfuroso, del que cada trabajador suele extraer unos noventa kilos de azufre al día, que ha de bajar en chanclas montaña abajo. Cabe recordar que el azufre es tóxico, por lo que a los mineros les suelen quedar secuelas físicas de por vida. Aunque nada que ver con las que pueden contraer en un laboratorio de Houston, en el que reclutan voluntarios remunerados para realizar ensayos clínicos que luego aplican a diferentes fármacos, y que no siempre resultan satisfactorios, ya que si uno investiga al respecto encontrará que hay personas que han contraído todo tipo de infecciones víricas de carácter crónico.

Otro trabajo que se lleva realizando desde tiempos inmemoriales es el de recolector de guano en las islas Chincha, situadas éstas en la costa peruana. Allí se trabaja desde que amanece hasta que anochece recogiendo el codiciado fertilizante, que no es otra cosa que las deyecciones del cormorán, creando dicho producto una costra amarilla en la piel de los recolectores que no desaparece hasta meses después de haber terminado la campaña. Sin abandonar Perú encontramos otro trabajo infame donde los haya, como es el de minero de oro en La Rinconada, en plenos Andes peruanos. Aquí, a cinco mil metros de altura, casi sin oxígeno y a más de veinte grados bajo cero, se va extrayendo oro de un glaciar. Las jornadas son absolutamente extenuantes, y los mineros trabajan por medio de un sistema de pago llamado “cachorreo”, que consiste en trabajar veintisiete días gratis para la empresa y uno para el trabajador, de tal forma que todo el oro que se consiga en este último queda en propiedad del minero. Si bien es cierto que se ha oído que algún minero ha llegado a enriquecerse, lo normal es que la inmensa mayoría no saque ni siquiera para poder subsistir. Baste decir que la esperanza media de vida es de cuarenta años.

Otro trabajo extremadamente peligroso es el de conductor de autobuses en Guatemala, donde las pandillas guatemaltecas roban, extorsionan, secuestran y matan a los conductores: en los últimos seis años han muerto más de novecientos. Tampoco es apto para todo el mundo trabajar como constructor de andamios de bambú en Hong Kong, donde se trabaja a más de cien metros de altura sin ningún tipo de protección y sustentados tan solo por este endeble material, que es zarandeado constantemente por el viento. Aquí desgraciadamente no existen estadísticas de siniestralidad laboral, como tampoco en Egipto, en determinadas granjas de recolectores de huevos de cocodrilo.