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REFORMA Y CONTRARREFORMA EN LA ESTACIÓN DE TREN DE PUENTE ALCOCER

Puente-Alcocer

Buenos días, muy señores  míos. Querría, por favor, que expusieran en su digno periódico mi más enérgica protesta, porque una vez más, bajo mi punto de vista, se han equivocado o no lo han hecho bien. Porque la entrada a la estación de Puente Alcocer la han dejado como estaba anteriormente: han hecho otra escalera de subida, es decir, sin tener acceso a la estación para personas impedidas y viajeros con equipaje pesado, al no contar con una escalera de bajada o un ascensor. Este error lo ve un ciego, no sé si es que hay una piedra de pico o un yacimiento romano y “no pueden hacerlo por eso”. Si es así, que nos lo digan, porque entonces los tacharemos de inútiles mentales. La solución es que, simplemente, en vez de otra escalera automática de subida hubieran hecho un ascensor,  con lo cual podían haber subido y bajado todos.

Esperando que lo publiquen en su periódico en la mayor brevedad posible, les saluda atentamente,

ANTONIO

UN FEBRERO PERFUMADO PARA ROMPER ESTEREOTIPOS

Jardin-perfumado

Quien tome a diario yema de huevo en ayunas o quien la coma con cebolla picada durante tres días, verá crecer su apetito sexual. Quien hierva espárragos y después los fría con manteca, vertiendo encima yema de huevo con especias aromáticas molidas, y lo tome habitualmente, verá redoblada su potencia sexual y enardecida su voluntad de copular.”

¿De dónde creéis que he sacado este párrafo? ¿Quizá de un artículo encontrado en Google sobre remedios para tratar la disfunción eréctil? ¿O los consejos de algún chamán cuya propaganda aparece en el parabrisas de nuestros coches? Pues no. Ni del aquí ni del ahora. Estas palabras provienen del siglo XV de la pluma de Al-Nafzawi; un sabio, un alfaquí musulmán, un doctor en las ciencias del matrimonio que vivía en lo que hoy es el sur de Túnez y autor de una de las joyas de la literatura árabe clásica en su género erótico: El jardín perfumado.

Si alguien todavía pensaba que en el mundo árabe-musulmán solo ha existido el salafismo, el yihadismo y todos esos conceptos ideológicos retrógrados que han ocupado desgraciadamente muchos espacios informativos durante las últimas décadas, os sorprenderá descubrir que el género erótico clásico es especialmente rico en la literatura árabe.

Y es que la riqueza cultural y la capacidad de crear no son excepciones en la cultura árabe, sino que han sido, desde sus orígenes, su verdadera esencia. La erotología es un género que se remonta a los primeros tiempos del califato abasí y que ha seguido durante siglos, dando como resultado una serie de tratados, relatos, anécdotas y poemas dedicados a la erótica vista desde el mundo árabe.

Según el prólogo detallado y extenso de Ediciones de Oriente y del Mediterráneo, realizado por los traductores Ignacio Gutiérrez de Terán y Naomí Ramírez Díaz, El jardín perfumado responde “al texto de asueto e instrucción que tanto predicamento alcanzaron en los palacios y salones de los ámbitos aristocráticos y acomodados de las urbes musulmanas de la época medieval, desde Bagdad a la propia Túnez”. 

Y es que, al contrario de lo que pasa hoy en día, donde todo es tabú y se censura —este libro está prohibido por los ulemas más rigoristas, y si se hallase en público podría ser quemado—, en aquellos tiempos existía una liberalidad basada en el precepto islámico “No hay vergüenza en la religión”, que viene a decir que nadie debería sentirse avergonzado de aprender todo tipo de conocimiento.

Durante la lectura de este libro podréis encontrar, entre cosas, listados de los nombres que se utilizaban para mencionar los órganos reproductivos, de las posturas del acto sexual e incluso afrodisiacos para potenciar su apetito, como el extracto que abre este artículo.

El libro, sin embargo, respira un falocentrismo recalcitrante, siendo preocupante la visión de que las mujeres están “siempre deseosas de un miembro viril de buen tamaño”. Esa y otras ideas del imaginario musulmán acerca de la mujer han provocado, según la feminista árabe Fátima Mernissi, ese empeño de la jurisprudencia en sojuzgarla.

¿Es por tanto un libro que reforzó estereotipos que no tenían nada que ver con la realidad? Espero que, por lo menos, su lectura en la actualidad nos ayude a deshacernos de nuestros propios prejuicios occidentales.

LAILA MUHARRAM

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EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA ‘BARRERAS ARQUITECTÓNICAS’

AMIFIVI-BARRERAS
REDACCIÓN

Después de haber pasado la mayor parte del mes de enero en el Centro Cultural Los Rosales, la exposición fotográfica de AMIFIVI Barreras arquitectónicas visita el Centro Cultural Marconi (acceso a la Colonia Marconi, 4), donde podréis visitarla desde el día 3 hasta el 28 de febrero. No os la perdáis, pues las fotografías que la componen resultan un recurso excelente para atraer nuestra atención y concienciarnos sobre un problema que afrontan bastantes vecinos de nuestro distrito (no solo las personas con diversidad funcional, sino también personas con lesiones puntuales o nuestros mayores: es algo que nos afecta o afectará a todos en algún momento) y que les resta una libertad fundamental, la de moverse sin trabas a su voluntad por Villaverde. Esto no puede seguir así, no debe haber ciudadanos “de primera” y “de segunda”, y la muestra que hoy recomendamos juega en este sentido un papel de primer orden para remover conciencias.

DESPEDIDO 

Fani Iglesias

No sé si fue un aire o un desaire. La verdad, no sé muy bien qué me pasó. Ya estaban las luces del templo encendidas y Néstor, el joven sacerdote cantor de Aguadas, se aprestaba a saludar a los que solemos acudir a la misa dominical de las nueve de la mañana con la voz potente de alguien que cree en lo que hace. Fue en la Señal de la Cruz cuando se me vino el sofoco encima. Primero fueron los sudores, me sudaba toda la cabeza y de la frente me caían goterones ácidos que resbalaban por las mejillas y se estrellaban silenciosamente contra el arrodilladero del banco que tenía delanteEché la culpa a las ventanas, porque con los ojos empapados en sudor no podía distinguir si estaban cerradas o abiertas para ventilar. Desde luego si allí hubo alguna vez aire ya no lo recordaba. Y justo cuando peor me sentía, después del acto penitencial, durante el Gloria, me encontré encajonado entre dos venerables ancianas que llegaron tarde con caras de marido. Sumaban tantos años entre las dos que podía entreverse la eternidad en sus ojos. Entre tiras y aflojas y a tirones, manejando bien los codos sobre mi cuerpo, lograron inmovilizarme entre sus generosas carnes y hacerse un buen hueco en el bancoEl color negro de sus sobrios vestidos desentonaba con la extremada palidez de mi cara. Durante la Liturgia de la Palabra, mientras Pilar y Antonio leían el Salmo y la segunda lectura, yo no dejaba de preguntarme el motivo de mi repentino malestar, pensaba si no se trataría del recuerdo inconsciente de algo que me hubiera ocurrido en esos días y no fuera capaz de recordar pues, como es sabido, los desafectos, por muy menudos que sean, siempre brotan de cualquier manera en los momentos más inoportunos. Estaba claro que ese no era mi día, apenas me estaba enterando de las lecturas y no conseguía dar con ningún recuerdo fuera de lugar causante de aquel creciente malestar, así que mantuve el mismo rictus de rabia y permanente enfado con el mundo, en contraste con el resto de los feligreses, que parecían felices acompañando los cantos de la celebración aunque desafinaran en más de una estrofa. 

Néstor, el joven cura, se movía, cantaba oraba con una soltura encomiable. Acabadas las lecturas, comenzó su homilía hablándonos de los ricos, de los pobres y de Dios, decía que los ricos, por ser ricos, no necesitan a Dios y los pobres, por ser tan pobres, para qué iban a querer un Dios que los mantenía en la miseria. Yo escuchaba pero no levantaba cabeza porque las náuseas mareantes iban y venían  al mismo ritmo con el que las dos señoras forcejeaban con mi cuerpo para acomodarse mejorEn sus caras, llenas de surcos excavados por los ríos secos de sus lágrimas, se veía que la plática del sacerdote era uno de los pocos momentos que disfrutaban con pleno convencimiento, un fulgor de dicha brillaba en sus ojos marchitos mientras me empujaban de un lado a otro. Cualquiera que se fijara en mi cara hubiera creído ver reflejada en ella una conmovedora declaración de pobreza. Y no. Así fue pasando el Credo, la oración de los fieles y la presentación de las ofrendas. Yo me sentaba y me levantaba del banco según lo que tocara pero los sudores y el sofoco no menguaban y no me atrevía a cantar. Notaba en mi espalda el dolor de los empellones y en mi pecho el pálpito de una corriente como la de un río bajando tan rápida que resquebraja las piedras. 

Miraba con envidia los bancos de las otras filas, por ejemplo el que ocupaba José Antonio, todo el banco para dos personas, en ellos la gente, aunque había bastante, podía respirar y moverse con cierta soltura. Yme dejaba llevar por el ritual eucarístico que tan bien conocía inmerso en mi baño de sudor nerviosopreguntándome el porqué de esta decrepitud pasajera de todos mis sentidos. Inclusive pensé en los miles de pecados que tengo pendientes de confesar y miré hacia el Cristo colgado detrás del altar, pero no vi que me hiciera ninguna señal y, por supuesto, no me atreví ni por lo más remoto a pedirle nada sobre mi salud, escarmentado como estoy desde que una vez que hice algo así en la Parroquia de Santa Cruz. Y es que no se me ocurrió nada más estúpido que pedirle cara a cara a San Judas Tadeo que me tocara una bonoloto, ¡es que hay que ser tonto de capirote!, San Judas, muy generoso, me obsequió al día siguiente con un buen dolor de garganta, lo curioso es que no se lo pedí por avaricia ni para acumular dineropero ¡en fin! La imagen de la Virgen María que está junto a Cristo tampoco vino a salvarme cuando la miré confiado, así que, resignadamente, después del Padrenuestro dejé que las dos señoras me estrujaran a base de bien para darme lo que ellas entendían como darse la paz, pero que para mí fue como entrar y salir de una guerra de besos y abrazosMe sentía arrastrado como un fardo por todo el banco rodeado de sonrisas y expresiones de buenos sentimientos, por lo que, milagrosamente, apenas si pude balbucear que la paz sea contigoPude tomar aire durante la comunión, cuando las dos benditas que me tenían aprisionado en el banco se acercaron a Néstor con verdadera presencia de ánimo y enorme fe para tomar la hostia consagrada o el Cuerpo de Cristo, como murmura el sacerdote en el momento de ponerla en la mano o empujarla hacia la boca. Un par de minutos más tarde fui abatido de nuevo por los codos de estas dos venerables ancianas, que se mostraban encantadas empujándome la una hacia la otra como una pelota de ping-pong. 

Cuando Néstor dijo las palabras de despedida,  “Que el Señor esté siempre con vosotros” y añadió “podéis ir en paz”, ¡ahí, ahí se me encendió una lucecita! ¡Q digo una lucecita, un faro así de grande!  Entonces se abrieron las compuertas de mi obtuso cerebro para dejar pasar una luz blanca que iluminó el camino de mi tozuda inteligencia. Lo que me había estado produciendo tanto malestar durante la celebración era una palabra que enhebré inmediatamente con la despedida de Néstor: DESPEDIDO. Seguro, todos mis sudores y mal cuerpo, provenían de ese dañado rinconcito de mi corazón. Después de tantos años de ser recadero de todo y nada, de hacer recados y recadillos o de inventármelos para sentirme útilAlda me había despedido como mensajero. Bueno, no, fue peor aún, me había dicho con pasmosa serenidad en esa cara poetiana a la que apenas le da el Sol, que ella nunca me mandaba hacer recados ni comprar nada, que solo sugería  y anotaba las cosas que faltaban. Al escuchar esas palabras dolorosamente tranquilas de su boca, dichas con sus reposados ojos cargados de razón, me había derrumbado sintiéndome repentinamente inservible. Ya me imaginaba visitando las obras municipales y estatales para entretenerme, como hacen un millar más de jubilados, viendo cómo abren la tierra y las zanjas y las aceras allá donde la tierra, las zanjas y las aceras están perfectamente y solo se trata de que los constructores consigan la obra y los gobernantes una buena comisión. 

Yo, que hderribado numerosas paredes al intentar clavar un pequeño clavo o introducir una escarpia para colgar un marco, que me he llevado por delante los enchufes de la pared porque los dedos se me ponen más gordos que las herramientas y que ni tan siquiera sirvo para arreglar el goteo de un grifo debido el desamaño de mis manos, me encontraba despedido de la única cosa, aparte de atar paquetes con destreza y rapidez nunca superadas, que alguna vez llegué a pensar que hacía bien. 

Era Felipillo para mis compañeras de almacén y de oficina, tráeme esto o lo otro porfa”, y si sales en tiempo de bocadillo me traes una chocolatina y luego hacemos cuentas guapo, hermoso, culito rico… y no te olvides de…”, y Felipillo memorizaba todo y a todas contentaba y sus ojos, que se apagaban si nadie le pedía nada y nada podía traer, se encendían como candiles cuando le daban las gracias. Era Felipín para mi jefe, Don Urbano, el padre, dádselo a Felipín”, decía, que lo lleve él a Correos, al abogado, a la gestoría… y Alfredo, el contable calvorota tontorrón, me llamaba por el interfono, me daba instrucciones, me llenaba las manos de carpetas, sobres, documentos y me ponía un metrobús en la boca, y yo me marchaba más feliz que unas castañuelas. Para la secretaria de oficina, Ana “la cardo”, era Felipe a secas, me hablaba muy bajito y me llenaba la cabeza de encargos: “Vas al INSS, luego a Hacienda y, cuando acabes, vas al Banco y sacas un millón, que ya les he llamado yo diciendo que vas”. Y Felipe, Felipillo, FelipínLipito para mi hermana y mi padre, salía escopetado escapando del almacén y del azoramiento de tener que tratar con tantas chicas para beber la calle con los ojos y respirar despacio el espacio, aunque fuera contaminado. No podía comprender por qué la gente iba tan despacio y no me daba cuenta de que era yo el que iba demasiado deprisa. 

Cuando salí de San Camilo el viento me zarandeó, “miajas” de lluvia picoteaban mi blanca cara enferma. No esperé a nadie para saludar, no me encontraba ni medio bien. Me apresuré a comenzar el camino del kilómetro y medio pero, más que andar, deambulaba notando en mi espalda una mochila de preocupaciones. Avanzaba ladeado mientras pensaba en el día siguiente, lunes y en el martes y en toda la semana entera, ¿qué me quedaba? Hacer la caminata, comprar el pan y subirme a casa. ¿Y los recados? ¿Quién iba a saludar a Carmelo, el frutero, a Santi y a Miguel, en el puesto del fiambre, a Pedro y a Iván en la carnicería y a Tere y Amador, los pescaderos de León? Toda mi vida se había convertido en una minucia. Acababa de comprender qué era y qué significaba la nada. Confuso por estos negros pensamientos, ni me di cuenta de que Alda, que venía a la carrera, me acababa de alcanzar. Yo seguía mojándome por fuera y ardiendo por dentro. Los ojos me brillaban como fogatas desparramadas por el asfalto, el viento atraía el rumor de los coches lejanos y los gritos de los niños jugando al balón martilleaban dolorosamente mi oído. Pensaba que al menos ellos le daban un sentido a su niñez. 

Andar se ha convertido en un martirio, pero no puedo dejar de hacerlo, aunque sea con la cabeza gacha, sin ninguna esperanza de descubrir otros horizontes que los que se ven desde mi pequeña terraza, un trozo de cielo entre un millar de bloques. Como el pie chillaba, no era capaz de andar con cierto orden, me movía a trompicones y Alda, con su carita pálida, exenta de luz y de sol, no se atrevía a decirme una palabra, no sabía muy bien lo que me pasaba y, como siempre cuando me ve así, silencioso, hosco y ausente, espera, solamente espera… Yo marchaba inclinado hacia delante, con los pies empinados como un Monsieur Hulot en blanco y negro, con esa dignidad perdida del que ya no tiene nada que hacer. Cuanto más quería yo avanzar, más me retrasaba el dolor. ¡Cuánto cuesta vivir! Querer y no poder desprenderse. Estar atado a la tierra y andar por la tierra sin ver ni sentir el nudo que nos une.  Alda me seguía sin intentar adelantarme. Yo trataba de olvidarme del dolor y de la angustia de tener que levantarme todas las mañanas tambaleándome con la oscuridad como único asidero. 

La luz nublada de contaminación se mezclaba con el polvo de las infernales taladradoras manejadas por los obreros. Primero cubrir la tierra original con cemento y baldosas grises formando aceras y calzadas de asfalto negro, luego descubrirla ahondando salvajemente en sus entrañas y volver a taparla después con las mismas o con otras baldosas y cemento primario, para dejarla igual de irreconocible, porque la tierra de una ciudad jamás volverá a ser tierra virgen ni volverá a verse a  misma como antes. Y todo por el dinero.  

Al llegar al portal, un día más, otra vez más, todo se quedó quieto, el tiempo suspendido en mi recuerdo y yo parado junto a los macetones, encogidocomo esperando la noche para guardarme del miedo dentro de mi cama. 

No deseaba entrar y, sin embargo, nada había que me retuviera fuera, Alda había desmontado mi coartada. Aquellas cortas escapadas al Centro de un par de horas para ver y ojear libros y películas y para calmar mi sed de encontrar que todas las cosas tienen un sentido porque todo está en su sitio, aunque cambien de estanterías. Los libros siguen siendo libros, las películas, películas… Y volver a casa con unas bolsas de lechuga, una tableta de chocolate puro, pan especial y algún fiambre fingiendo que todo eso era realmente necesario. Pero ahora, seguía sin querer verlo, ya se acabó el oficio de recadero, burro de carga, traedor de cosas, aunque ella nunca vaya a dejar de anotar cosas que supuestamente hacen falta en papelitos repartidos por toda la casa y de guardar cartoncitos con el nombre de unas hierbas especiales o papeles ilustrados con determinadas rebanadas de pan integral. 

Las ramas de los árboles tullidos se agitaron y la tierra comenzó a girar de nuevo como mi pensamiento dentro de mi cabeza. Entré en el portal como en un mausoleo. El buzón estaba vacío, mudo, era domingo, uno más y la cartera, Cristina, no iba a aparecer, ese día no. Subir los peldaños de dos pisos para alguien tan fatigado, es un mundo. Entre los dos pisos hay un descansillo, un pequeño rectángulo oscuro donde nunca me paro salvo que me falten las fuerzas. Tomé aire para bucear manoteando la penumbra y la pared blanca hasta el otro descansillo donde está la puerta de casa. Cerrada. Ya sólo pensaba en entrar, despachar las sandalias libremente donde cayeran, sentarme en el viejo sillón que según Alda es tan incómodo y ponerme una película seria sobre aprender a vivir, por ejemplo Sopa de ganso de los Hermanos Marx. Nada tendré que hacer ya. En casa no puedo agacharme ni auparme para coger un libro o limpiar el polvo de los muebles, necesito ayuda para hacer la cama y para ducharme, así que es razonable que mis días de recadero traecosillas hayan muerto. 

Me sentía como un vagabundo que puentea bajo los techos de las habitaciones de la casa, que vive otras vidas, la de Quico y Valeria, los niños que no paran de corretear por el piso de arriba; la del festival de martillo, sierra y taladradora del vecino de al lado, el ucraniano, que debe llamarse “buenos días”, las únicas palabras que intercambiamos mientras sonrío y sigo subiendo o bajando, algún día le explicaré que yo no me llamo así; la vida de la hermana de María, mi vecina de abajo, que todas las mañanas cuando va de visita se pone a dar arcadas depresivas, tampoco sé su nombre pero más de una vez la he visto en su casa, si nos encontramos en el portal y le doy los buenos días, ella me agarra fuerte del brazo, esboza una media sonrisa y sigue su camino murmurando entre dientes. 

Alda no dijo nada cuando entramos, es más, desde que formalizó oralmente mi despedida, no hemos vuelto a hablar del tema. Medio adormilado, con una postura desgalichada y el runrún lejano de la película zumbando en mis oídos, fui asimilando, ¡qué remedio!, que la nada existe. Y a pesar de todo pienso que la vida sigue y sigue... y que le debo una buena misa, participativa y concelebrada a Néstoryo solito y feliz en el último banco. 

Felipe Iglesias Serrano 

HACE 14 AÑOS… EL COMERCIO EN EL DISTRITO

comercios

Recuperamos este mes un extracto de una entrevista colectiva a algunos de nuestros comerciantes que realizábamos en dos entregas a caballo entre 2005 y 2006. Como podéis ver, resulta de lo más curioso leerla hoy, década y media después, y comprobar cómo
las cosas no han cambiado demasiado

REDACCIÓN

En los números 118 y 119, correspondientes a diciembre de 2005 y enero de 2006 respectivamente (14 años ya, madre mía cómo pasa el tiempo…), abríamos una sección dedicada al comercio en Villaverde con la que queríamos agradecer el apoyo de los comerciantes del Distrito a este periódico durante los diez años que entonces llevaba de andadura y “tomar el pulso” a algo tan importante como la actividad comercial de nuestros barrios. Releyendo hoy aquellos textos, resulta interesante comprobar lo poco que han cambiado las cosas con respecto a la situación hoy en día, década y media y un par de crisis económicas después. Por eso, esperando que os resulte tan curioso como a nosotros, recuperamos hoy un extracto de aquellos contenidos en este espacio.

Los negocios entrevistados para confeccionar las dos entregas de aquella sección fueron: Telvid, empresa de servicios de reparación y telefonía de Villaverde Alto; la Clínica Veterinaria Nuestra Señora de Begoña, también en Villaverde Alto; El Trenecito, tienda para bebés de Los Rosales; la Clínica Podológica El Espinillo; la cafetería-restaurante Casa Gallardo, en la Ciudad de los Ángeles; Artecasas, inmobiliaria de Villaverde Bajo; Persianas El Espinillo; Icono Madrid, empresa de informática ubicada en Villaverde Alto; la peluquería Vanessa Sanz, en Villaverde Alto; Zayra Sport, tienda de ropa y calzado deportivo, también en Villaverde Alto; Alarca Piel, peletería de Villaverde Bajo; y la Floristería de Gloria, situada en la Ciudad de los Ángeles.

¿Cuáles son los principales problemas con los que os enfrentáis en el día a día?

Telvid: El acceso al local, ya que hay problemas de circulación en nuestra calle y está complicado.

Ntra. Sra. de Begoña: La inseguridad es lo peor. Es el tema del día. Tenemos que estar pendientes de la puerta continuamente, y eso que somos tres hombres y parece que se cortan más de entrar a robar.

El Trenecito: La competencia con los grandes almacenes: a ellos les facilitan más las cosas, les ayudan más.

Clínica Podológica El Espinillo: La falta de apoyo y los impuestos abusivos. Tienes que trabajar mucho para ver algún fruto.

Casa Gallardo: Que la población cada vez es más mayor y cada vez se nota menos clientela. También la inseguridad: el otro día, por ejemplo, nos entraron por la noche y se llevaron la recaudación de las tragaperras.

Artecasas: En nuestro caso, el precio de la vivienda: necesitamos que pare de una vez por todas. También la inseguridad.

¿El futuro del pequeño comercio pasa por recibir más apoyo de las Administraciones o debéis vosotros mover ficha y apostar, por ejemplo, por nuevas tecnologías, acciones de marketing…?

Telvid: Entiendo que el pequeño comercio en Villaverde debería movilizarse y colaborar entre todos para que la gente compre aquí y no se vaya a las grandes superficies. Debería haber más unión del comercio para hacer promociones, ofertas, actuaciones conjuntas para incentivar a los clientes.

Ntra. Sra. de Begoña: Necesitamos más apoyo por parte de la Administración y más también por nuestra parte, hay que ponerse al día continuamente.

El Trenecito: Por mucho que trabajemos, el pequeño comercio tiende a desaparecer porque la gente va al centro comercial el fin de semana y pasa el día. Contra eso no podemos competir.

Clínica Podológica: Está claro que nosotros tenemos que promocionarnos más. Por parte del Estado no vamos a recibir nada, ningún apoyo. Somos nosotros quienes tenemos que invertir en nuestro propio negocio.

Casa Gallardo: La Administración no se preocupa por nosotros para nada, somos nosotros quienes tenemos que hacer las cosas.

Artecasas: Nuestro caso quizás es distinto, porque lo que más nos influye es el precio de las viviendas y que la gente las compre.

Del 1 al 10, ¿cómo calificáis el apoyo de las Administraciones al pequeño y mediano comercio?

Telvid: Un 6. Podrían apoyar más, sobre todo a los autónomos, que estamos marginados.

Ntra. Sra. de Begoña: Un 5. Es bastante mejorable.

El Trenecito: Un 0. No hacen nada por nosotros, aquí te lo tienes que trabajar todo tú solito.

Clínica Podológica: Un 4: escaso.

Casa Gallardo: Un 0.

Artecasas: Normal.

Uno de los problemas del pequeño comercio es la competencia con las grandes superficies. Del 1 al 10, ¿cómo valoráis el impacto de éstas?

Persianas El Espinillo: A nosotros nos afecta menos que a otros, pero en general yo pondría un 7.

Icono Madrid: A nosotros nos perjudica bastante: un 9.

Peluquería V. Sanz: En particular no nos afecta mucho, pues la clientela de la peluquería es fiel. Pero hay sectores como la alimentación donde vemos que afecta mucho, por lo menos un 9.

Zayra Sport: Un 7-8. La verdad es que nos afecta bastante.

Alarca Piel: Un 8. Nuestra clientela viene porque pide calidad, pero lo cierto es que se nota la influencia de las grandes superficies.

Floristería de Gloria: Hay sectores muy afectados. Somos distintas formas de trabajar y de atender al cliente. La competencia en nuestro sector también se nota a veces.

Para afrontar este problema, ¿qué crees que tendría que hacer el pequeño comercio?

Persianas El Espinillo: Hay que quejarse menos y hacer más. Yo veo mucha desgana, y se pueden hacer cosas. Por ejemplo, que los comercios se asocien para comprar juntos y así poder comprar más barato. Otra idea es que se pueda llevar la compra a casa a personas mayores o que no puedan salir a comprar porque estén impedidas.

Icono Madrid: Tiene que haber más unión del pequeño comercio, y también la gente tiene que hacer más publicidad.

Peluquería V. Sanz: Es muy difícil competir. Es más una cuestión del estilo de vida actual, que hace que no tengamos tiempo para comprar y al final vayamos al centro comercial y compremos todo en un rato. De todas formas, sí es cierto que el pequeño comercio puede hacer más cosas.

Zayra Sport: Hay que hacer más campañas y también tendríamos que recibir más ayudas, por ejemplo para comprar a mejores precios y así poder también bajarlos nosotros.

Alarca Piel: Quizás sería bueno que el pequeño comercio se asociara en momentos puntuales, y también hay que hacer más campañas publicitarias.

Floristería de Gloria: Es difícil competir, porque es difícil bajar los precios. En mi caso, yo dependo del precio que me fije el proveedor. Lo que sí tenemos es que aprender a trabajar con competencia y a mirar no solo la de las grandes superficies, sino también la competencia que hay entre los pequeños comercios.

¿Estáis haciendo ya algo para competir y no quedaros estancados?

Persianas El Espinillo: Sí, nosotros nos anunciamos, hacemos publicidad y siempre estamos en contacto con clientes.

Icono Madrid: Nosotros hacemos publicidad y también apostamos por las nuevas tecnologías y por la presencia en internet.

Peluquería V. Sanz: Nos renovamos continuamente y hacemos cursos para crecer profesionalmente. Lo que está claro es que no te puedes quedar estancado. También hacemos publicidad.

Zayra Sport: Siempre tenemos descuentos en nuestros productos y precios competitivos. También hacemos publicidad para que la gente nos conozca.

Alarca Piel: Nosotros competimos con los precios. Llevamos tres o cuatro años sin mover los precios de las chaquetas de cuero, por ejemplo, aunque a nosotros sí nos suben los costes. Subsistimos gracias a la relación calidad-precio.

Floristería de Gloria: Ofrecemos una atención personalizada. Aquí viene un cliente y te tiras 20 minutos explicándole cosas de las plantas. Eso la gente lo agradece, viene mucha gente a comprar porque se llevan algo más, el trato es distinto al de un gran centro.

V FERIA DE ANDALUCÍA

GENTE DE VILLAVERDE

Vuelve a Villaverde la Feria de Andalucía, que ya va por su quinta edición. Tras un lustro de esta iniciativa, y sobre todo como homenaje a nuestros vecinos andaluces por la llegada del Día de Andalucía, hemos decidido ampliar la cita a dos días, 16 de febrero a las 11.00 horas y el 23 de febrero a las 12:00 horas, en el centro Sociocultural Santa Petronila. 

Para poder disfrutar del espectáculo se necesitará entrada, que se repartirá en el centro cultural minutos antes de empezar el espectáculo. Este año se encargará de ello el propio centro.

Desde Gente de Villaverde, y también el profesor y coreógrafo Alberto Alonso, queremos agradecer a la Junta Municipal de Villaverde, al Centro Sociocultural Santa Petronila y a los colaboradores el poder llevar a cabo esta quinta edición de la Feria de Andalucía, y a todos nuestros vecinos andaluces desearles un feliz Día de Andalucía.

CENTRO SOCIOCULTURAL SANTA PETRONILA
C/ María Martínez Oviol, 12 – 28021 Madrid
Tel.: 917 10 97 10
https://www.facebook.com/CentroSocioculturalSantaPetronila/

AMIFIVI, 20 AÑOS DERRIBANDO BARRERAS EN VILLAVERDE

amifivi
AMIFIVI

Cumplimos 20 años, y a pesar de tantas dificultades, tantas barreras, errantes de aquí para allá, con tesón y esfuerzo hemos podido llegar hasta aquí.

AMIFIVI siempre se ha distinguido por la labor de eliminar barreras físicas y psicológicas. A veces las físicas son más frecuentes de lo que quisiéramos, pero conseguimos rampa en la Biblioteca Pública María Moliner. Cinesia, otro logro que estuviese accesible y se tuviera en cuenta. También que la Gran Vía de Villaverde, a pesar de que siguen existiendo obstáculos, fuese más o menos accesible.

Que los centros culturales tuviesen accesibilidad, que no la tenían: Santa Petronila fue uno de ellos. Y en el más difícil y en el que siempre había pegas, el de San Cristóbal, se logró poner un ascensor. Nos queda Ágata, cuyo escenario sigue sin ser accesible a pesar de que ha entrado en vigor la Ley de Accesibilidad Universal en 2017.

‘seguiremos luchando por la
dignidad y la inclusión de las personas’

Dársenas en las paradas de los autobuses de las líneas 59, 79, 86, entre otras, que tuviesen rampas: parece sencillo ahora que se ve, pero a nuestro distrito llegaban todos los autobuses que desechaban de la zona centro y venían sin adaptar. Rebajes de bordillos, campaña para concienciar a los conductores de no aparcar en los rebajes y un sinfín de proyectos que sería interminable enumerarlos todos. Y hay una asignatura pendiente: el comercio accesible. Es muy difícil en pocas líneas desarrollar este tema, pero donde no hay accesibilidad AMIFIVI no va.

Los sociológicos: conseguimos tener dignidad y seguir estando en la lucha por una asociación necesaria en el Distrito. Logramos hacer un certamen literario, durante diez años, en los colegios, para divulgar y visibilizar la discapacidad y la movilidad reducida.

Los psicológicos: adaptar el lenguaje de inclusión en nuestro distrito, para dejar de ser minusválidos y ser personas con discapacidad o movilidad reducida.

Es importante que las personas crean en un trabajo. En AMIFIVI ha estado gente que ya se fue, gente que volvió, gente que murió… Y podríamos estar escribiendo y escribiendo, pero se nos acaban las líneas.

Y volvemos a la actualidad. Reivindicamos unas fiestas accesibles en el distrito, plataformas para personas con movilidad reducida, carroza de cabalgata accesible… Reivindicar a la mujer doblemente discriminada por ser mujer y discapacitada… Y aquí seguimos, no sabemos cuánto tiempo más o cuánto tiempo menos, pero estamos seguros de que el tiempo que nos quede seguiremos luchando por la dignidad y la inclusión de las personas con distintas capacidades.

Gracias a todas aquellas personas que nos han apoyado y ayudado siempre a la visibilidad, y la confianza de hacer que el Distrito sea accesible nos mantiene, no ya por quienes formamos AMIFIVI, sino por toda la ciudadanía. AMIFIVI es una asociación social, y estaremos donde creamos que debemos estar y se nos necesite.

NOS PUEDES VISITAR EN:

ALCOHOL Y CIUDAD

FUT-HOL
ALFREDO LÓPEZ, 53 AÑOS “FUT HOL” Categoría: Alcohol y ocio

Fotovoz, un proyecto participativo de promoción de la salud en el distrito de Villaverde

EQUIPO CMSC VILLAVERDE / GRUPO DE INVESTIGACIÓN DE EPIDEMIOLOGÍA Y SALUD PÚBLICA UNIVERSIDAD ALCALÁ

Durante varios meses de 2019, la vecindad de Villaverde ha protagonizado el estudio Alcohol y entorno urbano tomando fotografías de nuestros barrios y debatiendo sobre ellas con el objetivo de realizar un diagnóstico comunitario del entorno urbano de alcohol, al tiempo que adquirían conciencia crítica sobre el mismo. La finalidad del proceso participativo ha sido trasladar dicho diagnóstico a los decisores políticos, que tienen responsabilidad y capacidad para transformar los resultados obtenidos en actuaciones que mejoren los barrios en relación al entorno de alcohol.

Diversos estudios en salud pública nos indican que las características de los barrios en los que vivimos y trabajamos influyen en nuestra salud y bienestar. En este proyecto de investigación internacional se ha abordado la relación entre “el alcohol y el contexto urbano”, sabiendo que es actualmente la sustancia psicoactiva más consumida en el mundo. Es conocido que el entorno urbano y social tiene un papel determinante en las formas de consumo de alcohol, así como en la percepción del mismo. Si vivimos en lugares donde es omnipresente y su consumo está muy normalizado, es esencial conocer la perspectiva vecinal para poder diseñar acciones de salud pública orientadas a prevenir dicho consumo y reducir su aceptación social.

Las investigaciones previas concluyen que existen desigualdades sociales y espaciales respecto al consumo de alcohol. Algunos estudios han observado que los barrios más vulnerables estarían expuestos a un entorno más favorable al mismo. Esto se relacionaría con un mayor riesgo de consumo excesivo de alcohol en la población que reside en estos barrios. Dos cuestiones a resaltar son que el consumo es mayor en población masculina, aunque en población joven el consumo de las mujeres se está igualando debido principalmente al consumo intensivo. La segunda cuestión es que el nivel socioeconómico influye en la forma de consumo de alcohol y existen mayores posibilidades de enfermar y morir por causas asociadas a dicho consumo en población de nivel socioeconómico bajo. Por último, diversos estudios han demostrado que el origen étnico y la aculturación son predictores importantes del patrón de consumo de alcohol. El de Villaverde es un distrito con bajo nivel socioeconómico. Tiene un 27,95% de población con un nivel de estudios primarios o inferior y el 18% de la misma es extranjera. Además, tiene un 11,53% de población en situación de desempleo. Estas características influyen de manera importante en los patrones de consumo.

Ya se han realizado dos subestudios Fotovoz en Villaverde, uno de ellos basado en “la alimentación y el entorno urbano” y otro en “la mejora del entorno de Villaverde en relación a la actividad física”. En esta ocasión, el equipo del Centro Municipal de Salud Comunitaria de Villaverde que lleva a cabo la Estrategia Barrios Saludables y el Grupo de Epidemiología y Salud Pública de la Universidad de Alcalá han realizado el Estudio Alcohol y Ciudad. Fotovoz. Ha sido una tarea interdisciplinar en la que han participado profesionales de la epidemiología y salud pública, sociología, geografía, trabajo social, enfermería, medicina, promoción de salud y salud comunitaria, un fotógrafo y la propia ciudadanía: vecinos que salieron a la calle a captar todas las imágenes que les sugería el Distrito en relación al alcohol. Las 13 personas participantes realizaron 134 fotografías, que fueron compartidas y debatidas en el CMSc de Villaverde durante seis semanas, promoviendo su reflexión crítica a través de discusiones colectivas. Tras dichas discusiones establecieron 18 categorías, concluyendo en 33 recomendaciones para el diseño e implementación de políticas públicas orientadas a la mejora del entorno de alcohol del Distrito.

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Algunas recomendaciones elaboradas por las personas participantes

I. Prevención en la infancia, adolescencia y juventud. Ocio alternativo y planes educativos

— Crear espacios específicos para adolescentes donde puedan hacer actividades según sus necesidades, libres de consumo de alcohol.

— Uso gratis de polideportivos y campos de fútbol para fomentar actividades saludables.

— Aumentar las plantillas de personal en los servicios de prevención de adicciones y promoción de la salud en el Distrito para poder hacer programas preventivos en colegios e institutos.

— Realizar actividades como concursos de grafitis, talleres de radio, cortos… con mensajes preventivos del consumo de alcohol diseñados por los jóvenes.

II. Residuos y reciclaje

— Ampliación del número de papeleras y de los puntos de recogida de residuos, entre los que haya una máquina que devuelva el dinero por reciclar.

— Dar información específica a personas propietarias de tiendas y bares sobre la gestión de residuos relacionados con el alcohol.

III. Información y sensibilización de la población

— Hacer campañas preventivas del consumo de alcohol, dando información sobre sus efectos negativos en la salud y otros problemas asociados, incluidas las sanciones legales por su consumo y hacer publicidad positiva de “vida sin alcohol”.

— Realizar diferentes actividades enfocadas a los diferentes grupos de población objetivo, como diseñar guías específicas para padres sobre estrategias para la prevención y gestión del consumo de alcohol de sus hijos.

IV. Rehabilitación

— Aumentar las subvenciones a las asociaciones de rehabilitación de personas con problemas de alcoholismo. Que el dinero recaudado de multas por consumo e impuestos de alcohol se destine a subvencionar a dichas asociaciones.

V. Legislación y uso del espacio público

— Que la Policía de proximidad controle el consumo de alcohol y su venta camuflada en la calle, plazas públicas, parques y zonas infantiles.

— Disponer de más recursos para controlar el cumplimiento de la legislación a través de la dotación con presupuestos y activación de un servicio municipal para controlar la venta ambulante y el consumo en calles.

VI. Juego y alcohol

— Prohibir la venta de alcohol dentro de las casas de juego.

— Limitar el número de licencias de apertura de casas de juego.

APROVECHAR EL TIEMPO, CONFIAR EN UNO MISMO Y TIRAR ‘P’ALANTE’

Kevin-Castillo
Kevin Castillo, en su peluquería. Foto: R.B.T.

Son las claves de Kevin Castillo, inquieto vecino de San Cristóbal que acaba de iniciar su carrera como boxeador profesional. Además es peluquero, miembro del colectivo SK Bars y un ejemplo de que todo es posible con esfuerzo y las ideas claras

ROBERTO BLANCO TOMÁS

Kevin Castillo es un vecino de San Cristóbal de los Ángeles que a sus 23 años de edad se está abriendo camino divinamente. Joven inquieto y activo en el barrio con su colectivo SK Bars, se gana la vida como peluquero y acaba de iniciar su carrera como boxeador profesional, además con un patrocinador tan importante en este deporte como Charlie. Le sobran motivos para estar satisfecho, pero al mismo tiempo es un chaval sencillo, juicioso y con los pies en el suelo, como demuestra en esta entrevista.

Acabas a dar el salto al boxeo profesional… ¿Cómo te sientes?

Pues con más responsabilidad… Ahora toca hacer las cosas cada vez más en serio: cuidarme en todo, en el descanso, en la comida, entrenar más… El boxeo profesional no es como el amateur, cambia mucho y también corres un poco más de riesgo: los guantes son más pequeños, el impacto duele más…

Foto: Adrián Rubio

¿Cómo empezaste?

Siempre he hecho deporte… Empecé con el fútbol, pero ya con 17 o 18 años no me veía para futbolista, porque a esa edad la gente que promete ya está en equipos top. Quería probar cosas nuevas, así que empecé con el gimnasio, levantando pesas y tal, pero no me gustaba, porque soy bastante enérgico y necesito descargar más. Luego conocí la calistenia, el street workout, estuve dos años y quería más y más… Y en fin, a mí siempre me había atraído el boxeo, aunque a mi madre no le gustaba demasiado la idea. Al final fui a la escuela de boxeo y ya llevo casi tres años y medio.

¿Cómo ha sido tu desarrollo en amateur?

He tenido 13 peleas, y he ganado 11. Uno de los motivos por los que paso a profesional tan rápido es porque en este año he peleado siete veces, he perdido solo una vez, y he vencido a adversarios que han sido seleccionados para la selección madrileña, a un subcampeón de Madrid… así que ya los últimos combates se me cayeron porque la gente no quería enfrentarse conmigo. Por eso también hemos urgido a la federación insistiendo en que quiero pelear y que para hacerlo debía pasar ya a profesional.

¿Qué tienes de aquí a los próximos meses?

Debuto el 8 de febrero en Rivas, y luego tengo que echar por lo menos cinco o seis combates profesionales hasta junio. Ahora toca enfrentarme a todo lo que venga, porque necesito hacerme un nombre. También tengo que entrenar superduro: estoy entrenando seis o siete horas diarias de lunes a sábado… El domingo me levanto y lo único que hago es ir al baño y volverme a acostar [risas].

Háblanos de SK Bars…

Es una de las experiencias que en verdad me hizo cambiar… Yo antes no hacía absolutamente nada, solo andaba por el barrio de aquí para allá. Entonces me dije: “Ahora o nunca: cambias o te vas para abajo”. Y me marqué seis meses como objetivo para entrenar… y mira, entre las barras y el boxeo ya son casi cinco años los que llevo entrenando, y en ellos ha cambiado mi vida. Hace cinco años no sabía qué hacer y ahora soy profesional en el boxeo y he conocido a muchísima gente. Y esto ha sido solo por hacer un cambio en mi vida e introducir el deporte. Por eso se lo recomiendo a todo el mundo: aunque no sea para competir, es importante hacer deporte. Todo lo malo se te va con el sudor, te quedas como nuevo, y así puedes luego continuar al mismo nivel, con fuerza.

Nuestro colectivo fomenta el deporte, y también aprovechamos el tirón para sacar los problemas que tenemos y desmentir lo que se dice en los medios de comunicación, que en el barrio no se puede vivir y demás. En nuestro grupo ha habido chavales de todas las nacionalidades, y todos siempre hemos conectado y nos hemos movido como una familia… Y he podido comprobar que nuestro proyecto tenía tirón, porque decías “bajamos a entrenar” y aparecían 15 o 16 personas. Así que viendo este tirón nos decidimos a reivindicar un espacio donde entrenar, porque empezamos haciéndolo en una barra colocada en una pared por el padre de un colega, y claro, nos preguntábamos “¿por qué Embajadores o Atocha tienen su parque y San Cristóbal no?”. En esto también la asociación de vecinos fue un intermediario bastante fuerte, y nos juntamos con ellos y otras entidades, nos empezaron a escuchar y tras mucho insistir durante tres años nos pusieron el parque.

Dices que antes no hacías nada, pero ahora haces un montón de cosas. Sin ir más lejos, estamos en tu peluquería…

Sí [risas], esto es con lo que me gano la vida… Como decidí no estudiar, mi madre me decía que tenía que hacer algo y que no me iba a dar ni un euro, que no mantenía a vagos. Y mi madre se enfada muy pocas veces, pero cuando lo hace hay que tener cuidado, porque lo que dice lo cumple [risas]. Mi hermano mayor había empezado a cortar el pelo antes, veía que él ya se sacaba algo con eso, y yo también quería. Él había aprendido conmigo: un verano estábamos viendo la tele, le dije que me cortase el pelo y lo hizo. Luego empezó a mirar vídeos por internet, a aprender cosas nuevas y probarlas conmigo. Cuando yo quise aprender, él me enseñó. Más adelante le cogieron en una peluquería recién abierta, y por casualidades de la vida el que estaba se fue y nos quedamos nosotros a cargo. Estuvimos ahí cinco años, y luego hará un año que cambiamos de local: éste ya es nuestro (Barbershop Cast, en C/ Rocafort 78).

¿Qué dirías a los chavales que se encuentren hoy como tú cuando tenías 18 años, sin saber bien qué hacer con su vida?

Yo creo que es cosa del sistema: desde que nos forman en el instituto ya salimos con unas ideas configuradas… A mí me gusta aprender, pero a mi manera, lo que a mí me gusta y por lo que siento curiosidad. En cambio, nos educan de algún modo para que no seamos independientes, para que siempre necesitemos a alguien que nos diga lo que tenemos que hacer. Yo creo que todas las personas tenemos un don: mi hermano dibuja, yo tengo la habilidad de relacionarme con la gente, otra persona a lo mejor es buena con los ordenadores… Todos tenemos que encontrar nuestro don, y no hay que tener miedo, porque a veces el miedo nos impide hacer muchas cosas. Les diría que prueben, que somos jóvenes, nos queda muchísima vida, y en dos o cinco años se pueden hacer muchísimas cosas… Que aprovechen el tiempo, que confíen en ellos mismos y que tiren p’alante.

PROGRAMA DE CONSOLIDACIÓN DEL PEQUEÑO COMERCIO

EMPLEO
pequeño comercioFUNDACIÓN INCYDE / REDACCIÓN

La Fundación Incyde está poniendo en marcha un proyecto de apoyo dirigido a los pequeños comercios de los distritos de Villaverde y Carabanchel que quieran mejorar sus técnicas empresariales para consolidar sus ventas. Con el mismo, los comerciantes que participen recibirán de forma gratuita 16 horas de asesoramiento personalizado para la mejora de sus negocios y un servicio de acompañamiento durante un año para el desarrollo efectivo de los planes de mejora.

Expertos ayudarán a los comerciantes
a mejorar sus conocimientos

Un equipo de expertos en áreas como marketing, finanzas, gestión de proveedores, digitalización o escaparatismo se pondrá a disposición de los comerciantes para mejorar sus conocimientos empresariales y sus ventas.

El programa ofrece servicio de asesoramiento personalizado durante siete semanas, un año de visitas mensuales de acompañamiento para seguimiento del plan de empresa, dos desayunos de trabajo con representantes institucionales para poder trasladar las inquietudes del sector, tres talleres prácticos que abordarán las necesidades de los comerciantes y un año de apoyo telefónico o por correo electrónico para resolver cualquier duda.

INFORMACIÓN E INSCRIPCIONES

  • El plazo para encontrar los 30 pequeños comercios
    del distrito de Villaverde que participarán
    en este proyecto finaliza en torno al 10 de febrero.
  • Los comerciantes interesados pueden inscribirse a través
    del correo electrónico cbango@incydecamaras.es
    y del teléfono 91 590 69 67.
  • Más información en la web www.incyde.org