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Villaverde grita alto contra la violencia de género

Acto que realiza la asociación de vecinos La Incolora en la Plaza Mayor de Villaverde, el día 24 de Noviembre de 18.00 a 19.00 horas. Este año debido a las restricciones por el COVID no habrán talleres, pero habrá una mesa informativa y se repartirán imanes con los lemas que habéis mandado a la asociación.

También una exposición titulada «ICEBERG DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO» y el grupo de Teatro de la Incolora hará una performance, manteniendo las distancias de seguridad pertinentes.

Fuente: A.V. La Incolora

DEVOCIÓN

Siempre que discuto contigo, levanto hogueras de palabras en las esquinas de las puertas entreabiertas, noto como me tiembla el cuerpo al oírte trastear en la cocina y siento deseos de abrazarte y de injuriarte, y, al mismo tiempo, me siento confuso, maldigo el aire que levanto en mi caminar violento por el pasillo. Una vuelta, dos vueltas, miro mis manos, arden como zarcillos huérfanos de otras manos, de tus manos, que me alcanzan y descorren el velo airado de mis ojos en la penumbra de este armario mal cerrado, y anidando los dedos, me envías entre ellos, tus ojos castaños que queman los míos con su fuego templado.

Templamos nuestros labios y nos estamos así, abrazados, unos 24 años. Años de disputas, calcos de palabras malsonantes, de silencios ardientes, de labios encendidos con el eco de los besos, besos dilatados por el deseo. Labios furiosos que escapan por el portal hasta la calle para volver siempre al mismo sitio, a nuestra casa, donde pasamos días enteros y la mitad de otros, sin hablarnos. A veces, durante la tempestad, concedemos un instante a la calma y nos besamos furtivamente, queriendo y no queriendo, al cruzarnos en la entrada. Yo voy a buscar libros antiguos, tú vienes de tus reuniones o de tus clases de Informática. Otras veces nos rozamos sin mirarnos al pasar por el salón, tú buscando un libro de lectura, yo camino de la terraza para regar las plantas. Entonces, te robo un leve escarceo, dejamos que nuestros dedos se turben un segundo que dura mil años.

Mil años o más, es el tiempo en que creo sentir tus manos enredadas entre los geranios y los cactus, sosteniendo como una ola alzada el agua con el que riego antes de que caiga, mientras pienso que escuchas la música que he puesto para romper el hielo de ese iceberg de sentimientos que debería derretirse antes de las comidas. Creemos que, con esa actitud de no comer durante una crisis, hacemos daño al otro. Nos mortificamos y cubrimos nuestro estómago de orgullo y misticismo vacío, en contradicción con las tripas, que a esas horas rugen  recordándonos al Humphrey Bogart de “La Reina de África”.

Así suelo llamar yo al sofá de nuestra casa, “Reina de África”, donde a veces corres la aventura de tus “siestillas” de sobremesa, con un documental en el satélite y el periódico a punto de desmoronarse como un barquito, por la alfombra descolorida. Más tarde, eres tú la que te desmoronas sobre la cama, por el multicansancio diario, con un vaso de leche y un poco de fruta haciendo noche en tu estómago.

Y para estómago el mío, que a esa hora segrega ese vacío emocional, ese ahogo misterioso que me produce el verte todas las noches. No has cambiado esa costumbre con los años, aún te desnudas tras la puerta entornada del armario, apoyada en la casa de muñecas. Yo, “pavisoso”, espero a que te duermas para invadir tu lado íntimo, ése donde habitan tus zapatillas descolocadas, tu ropa interior diseminada entre los joyeritos de madera baratos, y un libro de pie en la almohada que parece querer trepar por el espejo de la cómoda. Intento leer en tus ojos cerrados y sólo encuentro tinieblas. Trato de arrebatarte el libro que dormita entre tus manos y en tu inercia, entre gemidos, me opones resistencia, como si dentro de tu sueño, alguien quisiera arrojar fuera a los protagonistas y depositarlos en la mesita, al lado de los otros libros, junto a la lámpara, cuya esfera opaca irradia su habitual luz turbia que ensucia parte de nuestro cuarto.

Hablo solo mientras duermes, susurro esas tonterías que no me atrevo a decirte despierta, se me inunda la voz y un oleaje de saliva me ahoga. Tú, en tu sueño, rumias algo sobre estudios, trabajo y hasta la palabra archivo, se escabulle por tu boca varias veces, sin soltarte de tu vieja almohada, ya plana.

Planas suelen ser las discusiones del fin de semana, el cansancio acumulado en nuestra agenda de huesos, apenas nos deja fuerzas para romper la tranquila ingravidez de la casa vacía. Tú preparas los desayunos, yo grito en la ducha: ¡cabrón, cabrones!. Tiemblas -¡ya estamos…!- dices, sentada en tu silla de tijera. Y cuando empujo la puerta de la cocina con mi rostro desahogado, tu carita airada, a la defensiva, brama con voz hiriente, y tus ojos bajos derriten el suelo sin dejar de hablarme. ¡Estás tan cómicamente pequeña, que no sé por donde empezaría a abrazarte, sin cometer alguna torpeza!. Torpedeo mi propia voz, desangro mi lengua en busca de palabras, de la palabra, y te repito una y mil veces que no grito contra ti, que lo hago contra esos malditos “onceañeros”, que malgastan su dinero en cine para pasarse toda la película hurgando con saña en el lenguaje, con risas prefabricadas y voces altisonantes, volcando cubos de palomitas entre carreras por los pasillos. Grito contra la mala programación de los cines en verano, contra las zanjas y los túneles que han dejado la ciudad hueca, contra las gramíneas de Mayo, que enrojecen nuestros ojos y los hacen llorar sin motivo, contra el lenguaje móvil (¡profanar con un: TQ en el móvil, un : TE QUIERO!), contra el “estrés” diario, contra los diecisiete años de mi hija Fani, que es como era yo, una magnetita emocional que imanta todo lo que se mueve a su alrededor.

Tú terminas tu café sin cambiar tu mohín. Resplandeces, como si alguien hubiera pintado tu cara con un lápiz amarillo. Estás horriblemente atractiva, pero no te lo digo. Doy vueltas en derredor tuyo, derramando palabras acompañadas de gestos. Es tanta mi devoción que tengo miedo.

Pero sin miedo me arrodillo teatralmente, tal vez a la espera de que reclines el palo del cepillo sobre mi hombro y me nombres tu caballero. ¡Qué me importa que me crujan los meniscos y se dispare el dolor en mis rótulas!, por ese mal de huesos que arrastro desde hace años.

Hace años que quiero arrodillarme para decirte lo que desde hace años te niego, “te quiero”, y arrullo las palabras en el aire muerto de nuestra cocina, junto a la ventana, al lado de los envases vacíos que tiraremos después, cuando salgamos a hacer la compra de los sábados, sin darnos la mano, sin disculpas por parte de ninguno. Otra vez con leves roces, no casuales, al andar y algún que otro fuego apasionado en los antebrazos. Y a medio camino del mercado, con ese sol pajizo de junio a nuestra espalda, a la altura de La Hinojosa, donde compramos tantas veces golosinas y frutos secos para acompañar nuestras reconciliaciones, volvemos a mirarnos con los ojos semicerrados por el sueño, o quizá por culpa de las paredes que nos han separado en nuestra casa, los pasillos y puertas entornadas que nos parecen infinitas durante un enfado. A las 9 a.m., en medio de la desfigurada acera por las obras, otra vez nos miramos. Escrutamos nuestros ojos como niños, como novios que fuimos, que somos, como si no nos conociéramos. Te suplico que dejemos de caminar sólo un segundo, -vamos bien de tiempo, todavía no es hora – te digo. Abro el carrito de la compra sin mirar dentro, como si ya estuviera seguro de lo que hay, o de lo que fuera a salir por su boca de lona cuadrada: 24 años de abrazos, cabezas descansando en hombros huesudos, toneladas de discusiones, sucesivos enamoramientos, flechazos sexuales, aderezado todo con el olor de ¡tantas compras…! Y antes de preparar, sin quererlo, el próximo enfado, gritos o desasosiegos, te recuerdo, durante ese segundo, que dura otro millón de años, aquella loca carrera por Hyde Park, tú sola, después de un monumental enfado, durante nuestro viaje de novios, cuando aún creías que los hoteles cerraban sus puertas con la última luz del día, como nuestra casa del pueblo.

-¡Vámonos!, antes de que se haga de noche, ¡por si nos cierran!- decías, con tus diecinueve años.

Felipe Iglesias Serrano

¿Qué meriendo? ¿Hoy qué snack tomo?

Como ya dijimos en el anterior artículo, que los adultos merienden, almuercen, tomen una media mañana o unos snacks entre las comidas principales es tan importante como para los pequeños de la casa. Ya conocido esto y su porqué, te preguntarás: “Pero Sarai, ¿qué me llevo al trabajo para merendar? Estoy aburrida de tomar siempre lo mismo”.

Te propongo algunos tentempiés. Todos se pueden transportar al trabajo, en una ruta o al colegio en recipientes como táperes, termos o simplemente envueltos… ¡No hay excusas! Son opciones saludables para toda la familia y muy variadas.

— Frutas y hortalizas: pueden ser al natural, en batidos o zumos (caseros preferiblemente), deshidratadas o al microondas.

— Cereales: bocadillo o tosta (de pan integral, evitaremos pan de molde o repostería industrial) vegetal con hummus, aceitunas, tomate, aguacate, u otros de jamón cocido, atún, pavo o queso fresco.

— Frutos secos: tostados o crudos, con bajo contenido en sal y azúcar.

— Lácteos: yogur con avena, frutos secos, cacao puro o trocitos de fruta. Leche con una rebanada de pan integral con aceite de oliva.

— Bebidas: saborizantes de agua naturales (como un limón exprimido), infusiones, tés o cafés.

Esta última opción tendrá como objetivo la hidratación, a diferencia de las anteriores, que aportan energía saludable que necesitamos recargar entre las comidas principales. Es decir, la combinación de hidratación y energía construirá tu opción más nutritiva.

Yo he decidido merendar mañana palitos de pepino crudo con toque de pimienta, ¿me acompañas?

Sarai Alonso. Dietista-Nutricionista

Medallas para el Club Gimnasio Castilla en la ‘Judo Schools League’

El pasado domingo 15 de noviembre se celebró en el Polideportivo de Villaviciosa la Primera Edición de “Judo Schools League”. Esta actividad es pionera en España, y está organizada por la Federación Europea de Judo.

En ella, los deportistas del Club Gimnasio Castilla consiguieron la medalla de bronce en categoría Benjamín y la medalla de plata en Categoría Alevín. Ya estamos preparados para la siguiente fase, que culminará en el mes de mayo en Alemania.

CLUB GIMNASIO CASTILLA

La puerta negra

Cuentan que en un país muy lejano había un rey que era muy polémico por sus acciones. Los prisioneros de guerra eran colocados en grandes hileras en el centro de la sala, y el rey gritaba diciéndoles:

— Les voy a dar una oportunidad, miren el rincón del lado derecho de la sala.

Al hacer esto, los prisioneros veían a soldados armados con arcos y flechas, listos para dispararles.

— Ahora —continuaba el rey— miren hacia lado izquierdo.

Los prisioneros veían una horrible y grotesca puerta negra, cráneos humanos servían como decoración y el picaporte para abrirla era la mano de un cadáver.

— Escojan: ¿qué quieren? ¿Morir clavados por flechas o abrir rápidamente aquella puerta negra?

Todos los prisioneros decidían lo mismo: morir atravesados por las flechas.

Pasado el tiempo, uno de los soldados del “pelotón de flechas” estaba barriendo la enorme sala cuando apareció el rey. El soldado, con toda reverencia y un poco temeroso, preguntó:

— ¿Sabes, gran rey? Yo siempre tuve una curiosidad… No se enfade con mi pregunta, pero… ¿qué es lo que hay detrás de aquella puerta negra?

El rey respondió:

— Ve y abre esa puerta negra.

El soldado abrió cautelosamente la puerta y sintió un rayo de sol besar el suelo de la enorme sala. Abrió un poco más la puerta y un delicioso aroma a verde llenó el lugar. El soldado vio que conducía hacia un gran camino. Fue ahí cuando se dio cuenta de que la puerta negra llevaba hacia la libertad.

En éstos tiempos de tanta incertidumbre, ¿cuál es tu puerta negra? ¿Ésa que observas con miedo y que, sin embargo, si te atrevieras sería el comienzo de algo mejor?

Beatriz Troyano Díaz – Directora de la Escuela Europea de Habilidades Sociales & Remodelatuvida, Socióloga Coach Personal y Profesional.

www.remodelatuvida.es

siquieres@remodelatuvida.es

Se levantan las restricciones en El Espinillo, San Andrés y San Cristóbal

La Comunidad levanta las restricciones en 10 zonas básicas de salud: dos en Torrejón de Ardoz, seis de Madrid Capital, una en Parla y Guadarrama

La Comunidad de Madrid ha revisado la situación epidemiológica de la región y a partir de las 00:00 horas del próximo lunes, 16 de noviembre, se levantan las restricciones extraordinarias de movilidad en 10 zonas básicas de salud: Brújula y Las Fronteras, en Torrejón de Ardoz; El Espinillo, San Andrés y San Cristóbal, en Villaverde; Rafael Alberti y Peña Prieta, en Puente de Vallecas; Vinateros-Torito en Moratalaz; San Blas en Parla; y Guadarrama.

Así lo han comunicado en rueda de prensa hoy el viceconsejero de Salud Pública y Plan COVID-19, Antonio Zapatero, y la directora general de Salud Pública, Elena Andradas, quien ha explicado que estas zonas han registrado descensos en el número de contagios por encima del 50% las últimas tres semanas, desde el cierre de la semana epidemiológica que terminó el 18 de octubre hasta la última que terminó el pasado 8 de noviembre.

Tras esta decisión, la Dirección General de Salud Pública sí mantiene las restricciones extraordinarias de entrada y salida y sólo por causas justificadas en las siguientes zonas básicas de salud. En Madrid capital son Núñez Morgado (distrito de Chamartín), Guzmán el Bueno (Chamberí), Entrevías, Pozo del Tío Raimundo, Alcalá de Guadaíra, y Numancia (Puente de Vallecas); Daroca (Ciudad Lineal), Pavones y Vandel (Moratalaz), Puerta del Ángel (Latina), Virgen de Begoña (Fuencarral-El Pardo) e Infanta Mercedes y Villaamil (Tetuán).

También se mantiene con límites todo Collado Villalba por tener afectadas sus zonas de Villalba Pueblo, Collado Villalba Estación y Sierra de Guadarrama; Majadahonda por Majadahonda-Cerro del Aire y Valle de la Oliva; San Juan de la Cruz (Pozuelo de Alarcón); Pintores (Parla); Colmenar Viejo Norte (Colmenar Viejo); la zona básica de Morata de Tajuña (Morata de Tajuña); Doctor Tamames y Barrio del Puerto, en Coslada; y los municipios de Galapagar, Alpedrete, El Boalo-Cerceda-Mataelpino, Villarejo de Salvanés, Colmenar de Oreja, Chinchón, Villaconejos, San Martín de Valdeiglesias, Pelayos de la Presa, y Moralzarzal.

RESTRICCIONES

En estas zonas los ciudadanos pueden desplazarse por la vía pública dentro de los perímetros del área afectada, para lo que ya hay dispositivos de colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Respecto a los lugares de culto, el aforo se establece en un tercio. En los velatorios podrán estar un máximo de 15 personas en espacios al aire libre y 10 personas en el caso de ser lugares cerrados.

Asimismo, los aforos y horarios de actividad se mantienen como en el resto de la región (por regla general al 50%) y se suspende temporalmente la actividad de los parques infantiles de uso público.

Estas medidas, no obstante, se acompañan de un refuerzo de la prestación asistencial y de la vigilancia epidemiológica en estos núcleos de población, intensificando la detección activa de casos y contactos estrechos mediante un incremento en la realización de pruebas diagnósticas.

También se potencia la colaboración con los municipios para el desarrollo de acciones conjuntas de información y mediación con la población vulnerable a través de los dispositivos socio-asistenciales; y se procede a la notificación y control del cumplimiento de aislamientos y cuarentenas con el apoyo de la policía local u otros cuerpos y fuerzas de seguridad.

HORARIOS Y AFOROS

En toda la Comunidad de Madrid, en virtud del Real Decreto 926/2020, de 25 de octubre, de Estado de alarma, y del Decreto 29/2020, de 26 de octubre, de la Comunidad de Madrid, se ha establecido además la limitación de movimiento entre las 00:00 horas y las 06:00 horas, salvo por causa justificada, y el cierre de toda actividad de hostelería en la misma franja horaria. Asimismo, las reuniones sociales o familiares están limitadas a seis personas en cualquier franja horaria, salvo convivientes.

En el caso del comercio y servicios profesionales, así como los mercadillos al aire libre, no podrán iniciar la actividad antes de las 06:00 horas y deberán cerrar a las 22:00 horas, a excepción de las farmacias, establecimientos médicos, veterinarios, gasolineras y establecimientos que presten servicios imprescindibles e inaplazables. Los centros comerciales donde haya cines, restauración u ocio podrán cerrar a las 00:00 horas.

Por norma general, incluidos lugares de culto, instalaciones deportivas de interior, hostelería y restauración interior, el Decreto establece la reducción de los aforos en toda la región al 50%. Además, se suspende el servicio en barra. Las excepciones contempladas a la norma general del 50% son un 75% en teatros, cines y otras instalaciones culturales, un 40% en las salas multiusos polivalentes (como el Wizink Center), las terrazas al aire libre que permanecen al 75%, los establecimientos comerciales con el 75% y los centros de formación no reglada, al 75%.

La fractura de cadera

En la articulación de la cadera se encuentran relacionados la cabeza del fémur con el hueso de la pelvis mediante una región de cavidad llamada acetábulo. Esta relación entre dos superficies óseas, que a su vez cuenta con una protección ligamentosa, proporciona la movilidad entre el tronco y el miembro inferior, que nos sirve para apoyar la pierna sobre el suelo y caminar.

Un impacto grave consecuencia de un traumatismo por accidente de tráfico o por agresiones puede ser causa de una fractura de cadera en cualquier rango de edad. En personas mayores, es más común por una caída al tropezarse estando de pie y por movimientos bruscos. En general, las personas mayores tienen más riesgo de presentar fractura de cadera porque los huesos tienden a debilitarse con la edad (osteoporosis) y porque habitualmente ven más disminuida su masa muscular. Se estima que es más frecuente este tipo de fracturas en mujeres, debido a que la disminución de hormonas estrógenas durante la menopausia acelera la pérdida ósea.

Algunos trastornos crónicos relacionados con el tiroides, el déficit de vitamina D y el consumo muy prolongado de medicamentos con corticoides pueden debilitar los huesos a largo plazo. El consumo de alcohol y tabaco puede interferir en el mantenimiento correcto de los tejidos musculares y de los huesos. Por otra parte, el ejercicio físico puede ayudar a fortalecer nuestro sistema musculoesquelético.

Por norma general, se puede intuir una fractura de cadera por los síntomas de dolor intenso en la ingle y la posición de la cadera y la pierna. A veces puede aparecer hematoma y rigidez, o incapacidad para moverse. La radiografía muestra las lesiones, el tipo de fractura se distingue en función anatómica y suele ser necesaria la intervención traumatológica para colocación de una prótesis del hueso dañado.

Las fracturas de cadera, en realidad se producen por una rotura en la cabeza del fémur, en su región proximal con la vecindad de la pelvis, que inhabilita la articulación y por tanto trae como consecuencia la inutilidad de la movilidad en el miembro inferior. Estas fracturas se dividen generalmente de modo anatómico en: región subcapital (justo por debajo de la cabeza del fémur), en cuello de fémur, intertrocantérea (por encima del trocánter); o subtrocantérea (por debajo del trocánter). Existen igual otro tipo de fracturas que se producen en la rama de la pelvis, y habitualmente no requieren cirugía, tan solo reposo absoluto. En otras ocasiones no se visualizan lesiones en radiografías, aunque si pasado un largo tiempo continúa con síntomas y dolor no bien controlado puede ser necesaria una reevaluación clínica.

Dr. Ángel Luis Laguna Carrero – Especialidad Medicina Familiar y Comunitaria, Máster Medicina de Urgencias y Emergencias, Experto Universitario en Nutrición y Dietética

FE

Como quien quiere apresar la sombra

o perseguir el viento, así es el que se apoya

en los sueños.

Eclesiástico 34.2

Era un mediodía lleno de palpitaciones felices, de ingenuos presentimientos recién traídos del sueño de la noche. No lo pensé dos veces y atravesé con astuta rapidez la descolorida plazoleta de San Nicolás. Escapaba del sol de agosto, de las vaharadas de intenso calor, desparramadas sobre los transeúntes que circulábamos como carne perdida por aquel lugar tan lleno de pobreza.

El chiringuito de la suerte estaba siempre abierto para los bobos como yo, jugadores ocasionales que van un día a la semana a depositar su boleto y piensan con deliciosa inquietud que ese día, ese momento, ese efímero instante  será el suyo. Es tan hondo el deseo, que rezan y piden sin fe, a todos los santos del cielo, para que cambien su vida artificial para siempre.

Me sentía lleno de una avariciosa necesidad de dar lo que nunca sería mío y, a pesar de ello, ansiaba poseerlo todo una sola vez para repartirlo todo entre todos al mismo tiempo, al fin y al cabo, no poseer nada nos hace libres.

Al mismo tiempo que depositaba y veía como sellaban en la ventanilla mi boleto del Euromillón, saqué mi móvil y me dispuse a hacerle una foto al listado de botes de todos los juegos semanales. La lotera me miraba de un modo afectuoso, con piadosa simpatía, al tiempo que preguntaba curiosa y yo le contestaba con todo el candor del mundo, que por una vez en mi vida, deseaba tener todos los botes, aunque solo fuera en una fotografía. Asintió sonriendo para sí mirando mi cara de estúpido ilusionista.

Salí de mi casa con los bolsillos vacíos, salvo unas escasas monedas para pagar el boleto, y regresaba a ella por el mismo camino, con el mismo sol puntilloso, la misma plaza, pero con todo el dinero del mundo impreso en una fotografía. También llevaba dentro de los ojos, una pizca de turbia esperanza.

Felipe Iglesias Serrano

La firma digital de documentos

Con los nuevos tiempos, en los que en buena parte la actividad presencial se ha ido sustituyendo por la virtual, las necesidades tecnológicas han aumentado. Y una de esas necesidades supone la autenticación de nuestra identidad ante organismos oficiales, así como la firma de documentos electrónicamente. De esta forma, términos como la “firma electrónica”, la “firma digital”, los “certificados digitales” o “electrónicos”, o el “DNIe”, se han convertido en casi imprescindibles, aunque ya estuvieran en uso hace mucho tiempo.

Como ya sabemos, y muchos ya utilizan, los certificados digitales nos sirven para acceder por Internet a numerosos sitios oficiales para realizar todo tipo de trámites. Dichos certificados, generalmente expedidos por la FNMT (Fábrica Nacional de Moneda y Timbre), debemos descargarlos en nuestros dispositivos para poder utilizarlos. Pueden obtenerlos tanto particulares como empresas. También podemos utilizar nuestro DNIe (DNI electrónico) para realizar dichas operaciones. Junto con dicho documento deberemos tener un PIN y utilizar un dispositivo especial para leerlo, o bien utilizar móviles con conexión inalámbrica NFC. Por desgracia, la utilización del DNIe no está suficientemente extendida y pocos ciudadanos lo usan, generalmente por desconocimiento de sus prestaciones y por cierta complejidad en su utilización.

Una de las operaciones que actualmente ha incrementado su uso es la firma digital de documentos. Aunque ya se utilizaba anteriormente, no era muy habitual su uso, generalmente por desconocimiento tecnológico. Pero con la irrupción de la COVID-19 se ha hecho necesaria y obligatoria en muchos casos para evitar los trámites presenciales.

La mecánica para realizar dicha firma es la siguiente: en primer lugar, deberemos tener instalado algún certificado electrónico reconocido o el DNIe; seguidamente utilizaremos la aplicación de escritorio “Autofirma”. Con ella cargaremos el archivo que queremos firmar, normalmente en PDF. Y una vez cargado, nos pedirá si deseamos que aparezca el texto de la firma o no. Si elegimos que sí, nos dará la opción de ponerlo en el lugar que queramos, su tamaño, etc. También en su momento nos pedirá qué certificado digital queremos utilizar, si tenemos más de uno. Una vez realizado el proceso guardaremos el documento y nos dará la opción de visualizarlo con la firma.

También a través de Autofirma podemos acceder a la verificación de un documento firmado, para saber si es correcto. Recordemos que la firma no se refiere a ese pequeño texto que se añade al documento con el nombre, la fecha y el tipo de certificado utilizado, sino a un conjunto de datos que se añaden al archivo y que no son visibles.

Por lo tanto, hoy en día es conveniente tener algún sistema de autentificación de nuestra identidad de forma digital, pues ello nos facilitará en gran medida realizar numerosos trámites de forma virtual, así como firmar documentos de una manera cómoda, rápida y segura.

CARLOS GÓMEZ CACHO – Tecnólogo

www.gestoriatecnologica.es

No eran los vecinos

El relato y las representaciones simbólicas, principalmente las suministradas por medios de comunicación de amplio alcance, asumen una importancia capital en la configuración de la visión que tiene la ciudadanía en torno a un acontecimiento o a un colectivo.

Por eso, resulta tan alarmante la cobertura que algunos medios han hecho en torno a la agresión y acciones derivadas ocurridas la semana del 12 al 16 de octubre en el Distrito San Blas-Canillejas. Ciertos titulares como “La tensión explota en San Blas ante el aumento de delitos violentos tras la llegada de ‘menas’ al barrio” parecían escritos a vuelapluma, con poca sensibilidad y ánimo sensacionalista.

Aún más pavorosos fueron los tuits donde aparecían vídeos que afirmaban que los integrantes de la manifestación portando las pancartas de “MENAS no” eran vecinos del barrio. Sin embargo, eran jóvenes venidos de otros lugares de Madrid que canalizaron una preocupación justificada de la comunidad y la convirtieron en un acto claramente xenófobo. No, no eran los vecinos.

En cuanto al lenguaje utilizado en los artículos, organizaciones como UNICEF ya desaconsejaron utilizar el término “MENA” (Menores Extranjeros No Acompañados) porque deshumaniza al colectivo e invisibiliza el hecho de que estamos hablando de niños y niñas, adolescentes o personas adultas que acaban de llegar a su mayoría de edad.

Pero además esta palabra se ha vinculado abiertamente a peligrosidad. En un contexto político tan polarizado como el que vivimos en la actualidad, términos como los que acompañan a los titulares (“tensión explota”, “delitos violentos”) refuerzan el imaginario colectivo de las personas que practican sin pudor el discurso del odio.

No todo vale. Instrumentalizar la palabra “mena” en búsqueda del clic fácil solo favorece el clima de discordia, se estigmatiza a miles de menores que están bajo nuestra tutela y dificulta su integración. Es responsabilidad de los medios de comunicación buscar las fuentes que aporten contexto más allá de los testigos. Afortunadamente, otros medios de comunicación sí que demostraron que este periodismo es posible.

El programa de Televisión Española La hora de La 1 invitó a Ismael, de la Asociación de Ex-MENAS de Madrid, que relató su experiencia como menor extranjero no acompañado. El debate se enriqueció además con la llamada telefónica de una vecina del edificio donde se sitúa el piso tutelado y que expuso su experiencia y sus legítimas demandas para una mejor convivencia.

Otros medios digitales se han dedicado también a desmontar los bulos que estaban alimentando la tensión en el vecindario. En definitiva, la función de la prensa en temas tan delicados no debe limitarse a dar el hecho noticioso —ya que puede malinterpretarse y ser utilizado para intereses partidistas—, sino que puede y debe alimentar el espíritu crítico para conformar una opinión pública libre e informada.

LAILA MUHARRAM

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