Arqueólogo y presidente de la asociación Foro por la Memoria Democrática
Hacía más de un año que no nos veíamos, aunque sí sabía por él de su estado. No sé si éramos amigos, pero sí que nos teníamos cariño y respeto, y por mi parte una profunda admiración hacia él. Enterarme este verano de su fallecimiento no ha sido fácil de digerir. Recuerdo las reuniones desde la Delegación de Villaverde de la FAPA Giner de los Ríos, recuerdo la reunión con Óscar en el IES Celestino Mutis, su exposición, su energía… Allí estaba Alicia Pintor, presidenta de la delegación en ese momento, y hay que reconocer que sin ella, por el profundo conocimiento y contactos de las AMPA y de los centros, este proyecto no habría salido adelante en los institutos. Poner proyectos de memoria en los centros públicos no es fácil.
Tampoco quiero dejar escapar el acto organizado por la A.V. La Unidad de Villaverde Este, con Óscar y el historiador Antonio Ortiz, uno hablando de exhumaciones de fosas comunes y otro del callejero franquista en los barrios de Madrid, de Villaverde en este caso. Escucharlos a los dos era como estar en la universidad.
Gracias a Gloria y Consuelo, profesoras, el proyecto se consolidó en el IES El Espinillo. Es por lo que le pedí a Consuelo que fuera ella quien le rindiera nuestra gratitud y homenaje desde Villaverde a Óscar, Óscar Blázquez, un hombre bueno. Ahí va su homenaje, que es también el nuestro.
Consuelo Nistal:
Conocí a Óscar Blázquez en 2017. Me facilitó su contacto Fernando Camacho, como representante de la delegación de la FAPA, siempre sumando voluntades por Villaverde. Óscar llevaba ya un tiempo colaborando con el Instituto El Espinillo en talleres por la memoria democrática. Entre 2017 y 2022 (con el paréntesis del año COVID) profundizamos en esa iniciativa ampliando las actividades con las actrices de Olí Olé Teatro y su maravillosa Presas de papel (ay, Olalla, como te echamos de menos también a ti) y las visitas al penal de Bustarviejo con la Asociación de Memoria Histórica Los Barracones.
Intentábamos con este proyecto aportar un poco de luz a un pasado tan próximo como desconocido, no solo por buscar la verdad de los hechos que nos habían sido hurtados y pagar nuestras deudas con las generaciones silenciadas que nos habían precedido, sino también por deber hacia los jóvenes.
Decía Óscar que los jóvenes son la gran esperanza, ésos que le escuchaban fascinados en sus talleres y luego le freían a preguntas porque por fin habían encontrado a alguien que les hablaba de aquello a lo que nunca llegaba el temario. En esos talleres había mucha ciencia: arqueología, historia, derecho, medicina forense, genética… pero sobre todo había mucha humanidad, una enorme cantidad de ética, empatía y dignidad.
Óscar hablaba desde la precisión del científico y la calidez del amigo, sin perder el humor ni la esperanza. Y cuando después de mil trámites y esfuerzos un juez archivaba un caso sin atender a las reclamaciones del Foro, su reflexión era: “Hace mucha falta seguir trabajando en esto”. Porque la memoria democrática para él no solo era acceder a los restos, era volver a poner sus pequeñas y grandes historias de manifiesto, era rehumanizar a las víctimas como único camino para borrar el odio y la injusticia.
En estos tiempos en que se televisa el genocidio y las grandes instituciones que se decían garantes de los derechos humanos resultan inoperantes, cuando no cómplices, necesitamos más que nunca gente como Óscar, contar la verdad, no rendirse, seguir apostando por la educación, la dignidad, la justicia.
Ya no estás con nosotros, pero marcaste el camino: “Hace mucha falta seguir trabajando en esto”. Gracias, tu luz nos acompaña.
Consuelo Nistal (profesora jubilada)
Fernando Camacho (jubilado de casi todo)
