La migraña es una dolencia que hoy en día afecta a casi cinco millones de personas en España, especialmente a mujeres entre 20 y 50 años, lo que justifica que se haya convertido en un motivo de consulta frecuente tanto en Atención Primaria como en los servicios de urgencias.
Puede afectar gravemente la calidad de vida, ya que limita las actividades diarias, laborales, sociales y personales. En niños y adolescentes se relaciona con un aumento del absentismo y bajo rendimiento escolar.
Dado el impacto multinivel se ha ganado el espacio de este mes, haciendo hincapié en la importancia de un diagnóstico precoz para fomentar un tratamiento sintomático y preventivo adecuado. Vamos a aprender su manejo con medidas físicas y hábitos adecuados para contribuir positivamente fomentando estilos de vida saludables.
¿Qué es la migraña?
Son dolores de cabeza recurrentes y cíclicos, a veces transitorios, pero muy incapacitantes durante la crisis o episodio. Pueden estar localizados en una parte determinada o en toda la cabeza. El tipo de dolor se describe como latidos o vibrante y suele tener una base hereditaria.
¿Cuáles son sus síntomas?
A veces, momentos antes y de modo anticipatorio, se pueden ver destellos, como una luz brillante que se conoce como “aura”. Provoca cierta sensibilidad a la luz (fotofobia). Debilidad muscular e incluso mareos acompañados de escalofríos y sudoración excesiva. Son muy característicos las náuseas y vómitos.
En ocasiones, lleva a problemas de concentración dada la gran variedad de síntomas que pueden aparecer a la par.
¿Qué podemos hacer además de seguir un tratamiento médico adecuado?
Adoptaremos una serie de medidas físicas que van a contribuir en un grado importante a paliar esos síntomas.
Nos aseguraremos de tener localizado un lugar tranquilo, mejor a oscuras y en silencio para tratar de descansar poniendo en práctica técnicas de relajación como la meditación o la respiración controlada. Aplicamos un suave masaje craneal, incluyendo suaves presiones sobre los párpados y alrededor de los ojos. Podemos añadir el uso de compresas frías sobre los ojos.
Es muy recomendable llevar un registro en el que anotemos cada vez que surja un episodio posibles causas, síntomas, su intensidad y qué medidas hemos aplicado. Será nuestro “diario de migrañas”, y es muy útil para ayudar al profesional sanitario a analizar y evaluar con detalle cada episodio y su evolución.
Aprender a gestionar el estrés, mantener una correcta higiene del sueño y controlar el tiempo de uso de pantallas nos va a venir fenomenal. Acude a una revisión visual periódica y evita malas posturas.
Debemos evitar algunos alimentos cuando se es propenso a padecerlas como lácteos, embutidos, marisco o chocolate. El café y el tabaco tampoco ayudan nada.
Como siempre, la mayoría de las veces la clave está en la prevención.
TAMARA JIMÉNEZ CARO
Enfermera escolar y especialista de Pediatría
@tuenfermerainquieta