El próximo 2 de julio, con motivo de la manifestación estatal del Orgullo LGTBI que recorrerá el centro de Madrid, los distritos del sur decidimos dar un paso al frente y hacer visible al colectivo allí donde dicha marcha apenas tiene eco. Villaverde, Usera y Arganzuela marcharán hacia Atocha, uniéndose así a la estatal, a partir de las 17:00, en una manifestación histórica que tendrá como lema “No hay Centro para tanta periferia”.
Tras las últimas agresiones en el centro de Madrid, comprendimos que no eran sino la expresión de nuestra visibilidad allí donde se daban —no por casualidad, en el Centro, tras años de manifestaciones que nos abrieron un hueco en nuestra ciudad y, por supuesto, entre quienes legislaban sobre nuestros derechos—. Comprendimos, por tanto, que existe un mapa desigual y nada caprichoso donde poder ser tú misma u ocultarlo según el distrito en el que vivas. Una geografía donde la diversidad se revela a dos velocidades. Durante años, imaginamos que las repetidas marchas del Orgullo en el Centro tendrían un efecto de desborde, que el tsunami que suponían terminaría salpicando a nuestros distritos. Algo se ha conseguido, pero no es suficiente. Y ahí es donde entramos nosotras: la batalla para conquistar espacios de igualdad tenía que trasladarse a los barrios, a cualquier lugar donde nuestra gente se vea en el dilema de irse o vivir ocultándolo.
Porque la clave no podía ser darle respuesta a ese dilema, sino cambiar nuestros barrios. Militar aquí, marchar aquí, manifestarnos aquí. Si hay un desahucio en Moratalaz o Vallecas, no se para en Chamberí, sino en Moratalaz o Vallecas. Si hay homofobia en Usera, Arganzuela o Villaverde, se marcha por Usera, Arganzuela o Villaverde. Esto no es un enmienda a la manifestación que se hace todos los años en el Centro, cuya lectura final compartimos con el Orgullo Crítico. Es el modo que tenemos de tirarle de la sisa a quienes no se acuerdan de nosotras, de decirles: “Estamos aquí y estamos para quedarnos”. Porque el nuestro es un doble orgullo: orgullo de lo que somos, y orgullo, también, de los barrios de donde venimos. Porque no queremos irnos, porque queremos ser lo que somos y serlo en todas partes. Y que, entonces, nos miren a la cara y respondan a una pregunta muy sencilla: ¿nos vais a dejar solas? ¿Nos vais a dejar solos? La masacre de Orlando, cuyo propósito no era otro que atemorizarnos, dicho todo lo anterior, no ha hecho más que confirmárnoslo.
Queremos que nuestras vecinas y vecinos del sur no se limiten a ver el Orgullo por la tele, siempre como algo exótico y lejano. Las lesbianas, gais, transexuales, bisexuales o intersexuales de nuestros barrios no somos nada insólito ni estamos tan lejos. Somos la vecina de enfrente, el conductor de autobús o el grupo de adolescentes que queda para estudiar en la biblioteca. Bastará con asomarse a la ventana para vernos, si no es que deciden sumarse y celebrar que somos muchas y diversos los que trabajamos por la igualdad. Porque estamos orgullosos de lo que somos y de dónde vivimos. Y, de paso, decirle a nuestra gente, a los que viven con miedo, a quienes no ven más salida que escapar o encerrarse en un armario a perpetuidad, que no les exigimos ser héroes o heroínas, pero que estamos aquí y no están solos.
La marcha partirá de la parada de Metro Villaverde-Cruce a las 17:00, con paradas para sumar al resto de distritos en de San Fermín-Orcasur (Usera, 17:30) y Legazpi (Arganzuela, 18). Finalizará en la Glorieta de Atocha a las 18:30.
VILLAVERDE ENTIENDE